Diocleciano, emperador romano del siglo III, (que como su propio nombre indica, debería haber terminado de forma natural, como su intestino pero termino suicidado naturalmente, cosa rara entre los emperadores romanos, que lo hacian a manos de terceros), nos ha dejado como recuerdo uno de los palacios romanos mejor conservados.
A pesar de que todos los que venian detrás se empeñaban en construir sus templos sobre estos palacios y llevarse las piedras para hacer casas medievales, Split conserva mucho de la estructura del palacio original y sus murallas y recintos.
Incluso para acoplar la consabida catedral, han aprovechado el templo de Jupiter para tal fin.
La visita a los sótanos del palacio muestra el sistema de construcción basilical, con ese "sinemblok sixmico" que son unas hiladitas de ladrillo cada varios metros de muro de piedra.
Sistema por el que están en pié muchos edificios a pesar de terremotos de mayor o menor grado.
He sacado muchas fotos y os he seleccionado estas para vuestro disfrute, recuerdos o información para vuestro viaje.
Y las fotos
www.captainteach.com/taberna/2008-07-15_Split
Split-Algo para no perderse.
Un curioso sistema de pesca submarina era practicado allí. Caña de un metro con metro y medio de hilo, plomo y anzuelo. Con el snorkel se sigue al pez hasta la cueva, se le planta delante el anzuelo y si pica… se le recoge con un salabar y al cesto. ¡Oiga, funciona!.
Es como un puerto de Venecia y, como no, lleno de turistas. 
A ellos se acercan uno tras otro diferentes grupos de polifonía, cantando "a capella", desde canciones populares de las Balcanes a música de jaz, pasando por muchas composiciones de música clásica.
Al llegar la noche por la calle aparece un desfile, lo seguimos y llegamos a un patio en ruinas donde, previo pago de 100 kunas por cada uno, presenciamos un espectáculo muy interesante.
Entramos en Okuklje y nos encontramos no menos de 15 “marinas” Muelles de no mas de 8 metros, donde un paisano te hace señas para que te amarres al fondeo de su Restaurante, eso si, con la obligación de comer en él. En cada muelle un reclamo, incluso con la carta en letras grandes.
Dubrovnik es una ciudad que no hay que perderse y a la que hay que llegar con ganas de caminar y dispuesto a pasar mucho calor. Y no tarde, pues la visita a la muralla, de pago, termina a las siete de la tarde. Nosotros la dejaremos para otra ocasión. 
Al llegar a Leuca nos encontramos con un pueblecito que solo hace unos días ha recibido al Papa y que está todo limpio. Hay un montón de palacios de verano del siglo XIX y anteriores.
Esto nos permite pasear por la Cefalú antigua, hacer fotos y comer en una "tratoría", no demasiado bien, no demasiado barato. 
El lugar, llamado Bahía di Mondello, es como una postal sacada de otra época. Un Club Náutico- casino construido sobre pilotes de madera clavados en la arena y unas casetas de baño, de película de principios del siglo pasado, evocan películas de Visconti. 
Llegando a Cagliari nos empiezan a caer chuzos de punta. Un chubasco detrás de otro nos ahorran el endulzar el barco. 
Cuando me asomo y miro donde he atracado, no me lo creo. El canal entre barcos es mas estrecho que la eslora del barco. ¡y ahora es fácil! Hay guias y muertos. Antes había que echar el ancla. Preparo la zodiac para usar de remolcador para salir. El viento sigue arreciando
Así que en vista de que la pesca esta vez y por primera vez en una travesía larga se nos ha negado solo he podido hacerme las fotos con "los pezones" que nos acompañan en el barco y que son unos cojines (que no albaidas) que pescamos en el último Salón de Madrid. Muy pero que muy amables y amorosos a los que por su tamaño hemos denominado " los pezones" y que fueron los que nos tocaron los amigos de Palma.
Pero la necesidad de hacer unos taladros gordos, nos ha llevado a atracar en una de las islas de Rivera del Puerto. Precio 40 Euros. ¡Ahora entiendo que estén reservados desde meses atrás!
