Querid@s lectores:
Aunque me parece que ha sido ayer cuando salíamos de
Benalmádena, a estas alturas llevamos ya siete días de viaje, de los que
cinco han sido de navegación y …
Pero vallamos por partes.
Dia 29-abril-2015 de Benalmádena a Almerimar. (83.85 Mn en
11horas)
El día dos lo dedicamos a dormir, hacer compras de encurtidos en el mercado y a una distendida cena a base de tapas en un lugar llamado el Tranvía, donde dimos cuenta de una buena serie de botellas de un Rivera tan bueno que casi parecía Rioja. El precio una sorpresa. 10 € por persona y en una terraza en pleno centro de la ciudad es un lujo que pocas veces seencuentra en estos tiempos.
Salimos con las primeras luces del día, es decir a las siete
de la mañana, en una rutina ya conocida. Nos levantamos, preparamos un té,
revisamos niveles y cargas y soltamos amarras. Mientras Lola conduce el barco
hasta el exterior yo recojo las defensas y las ordeno en los aros preparados en
cubierta. Lola se vuelve a la cama y yo programo piloto automático, pongo
alarmas en rumbos y radar y empiezo a llenarme de ese paisaje que he añorado
durante todo el invierno. Un invierno que ha sido benévolo con nosotros y en el
que apuntan posibilidades de trabajo en mi profesión, lo que vendría muy bien a
nuestra apretada economía.
El sol trata tímidamente de asomar entre las nubes pero no
llega a conseguirlo del todo, pero nos brinda un amanecer muy gratificante Un viento suave de poniente nos ayuda a sacar
una media muy alta con el motor casi al ralentí. Navegamos a rumbo directo
aprovechando la corriente y con viento por la aleta.
Nos visita un cardumen de delfines que permanecen un buen
rato con nosotros. Fascinado con sus juegos olvido que tengo una cámara y solo
consigo sacar unas pocas fotos, casi siempre de las colas, mal iluminadas y
desenfocadas. Pero esta vez he recordado que la cámara puede sacar video y he
conseguido unas tomas interesantes tanto del barco navegando como de los
juguetones delfines.
En Almerimar nos esperan Senda y Alfredo del “Matira Uno”
con los que viajaremos hasta Cartagena.
Dia 30-Abril-2015 de Almerimar a Garrucha. (70.53 Mn en
11horas)
Almerimar, con su habitual buen talante, muy serviciales y
precios muy razonables sigue con sus tomas de corriente personales, lo que
obliga a tener que volver a atracar en el muelle de espera en la salida y
perder media hora si tienes suerte de que la marinería no está en otros
menesteres. No me cansaré de decir que un puerto Deportivo no puede tener el
mismo horario de oficina que un ayuntamiento. Los que navegamos recorridos
medianos, llegamos con la oficina cerrada y nos marchamos con la oficina aún
cerradas.
. Funcionar es cumplir una función y no crear puestos de trabajo para “funcionarios” (naturalmente en sentido peyorativo del término)
El Cabo de Gata nos recibe con viento de levante,
afortunadamente de poca intensidad y con una ola larga que no es difícil
remontar. Navegar “en conserva” con otro barco es, aparte de más seguro, más
ameno, pues vas comentando cosas y el otro barco es siempre una referencia.
Al entrar en Garrucha y pedir atraque en el puerto nuevo,
nos sorprende oir una voz conocida del Club Náutico que nos quiere dirigir al
puerto viejo, tan estrecho, apretujado y caro. El motivo es que el gobierno de la
Junta de Andalucía, con la política seguida con los puertos deportivos, el afán
recaudatorio y el odio de su socio, Izquierda Unida, al “señorito”, han dejado
de dar servicio al puerto nuevo, quedando en estado de abandono, y abandonados
todos sus usuarios, en su gran mayoría propietarios de pequeños botes. Pero
además han puesto en la calle a los trabajadores de a pié, aunque tengo
entendido que los cargos “de Confianza” siguen cobrando sus nóminas.
Pataleta después de que el Tribunal Supremo les haya
obligado a devolver las tasas cobradas por excesivas e ilegales, que nos ha
dejado con todo un puerto a nuestra disposición, con agua y electricidad por un
precio de 0.00 €.
Viaje al Mercado y compra de Gambas rojas de Garrucha,
saltando de la caja y un par de pargos a precios de los de antes.
Día 01-mayo-2015 de Garrucha a Cartagena. (45.43 Mn en 07horas)
Y vuelta a empezar con la rutina, aunque la visibilidad no
es buena y nos hace estar más atentos al Radar.
Aparece una señal que no localizamos a simple vista.
Es una señal fuerte, definida y vamos directos hacia ella. Mucha atención y
¡¡TAACHAAAN!! Aunque parezca mentira se trata de una boya de aparejo de pesca,
con su reflector de radar. Valla desde aquí mi más sincero homenaje al pescador
que ha cumplido con la ley y con la lógica. Después de tantas botellas de agua
con un cabito es una alegría encontrar algo así, que esperamos sea algo que
prolifere.
En Cartagena tenemos una cita con otros compañeros del foro
de “La taberna del Puerto” y a la altura de Cabo Tiñoso alcanzamos al Manolo y
su hija Lucía y contactamos con la emisora con el puerto del R.C.R de
Cartagena, pero nos ofrecen atraque en el muelle más al exterior, del que todos
tenemos mal recuerdo en caso de mal tiempo. Un pantalán por el que hay que ir a
gatas. Echamos en falta la coordinación que Pepe “Libra” y su equipo han
llevado en años anteriores.
Unido a que este puerto establece la temporada alta a partir
de uno de mayo y no tenemos clara la tarifa a pagar nos decantamos por el Yacth
Port, que nos reciben encantados en sus instalaciones, cediéndonos su mejor
atraque.
Es la hora de comer y “unos alaridos” que salen del
“Sonrisa” el Krogen de nuestro amigo Luis “Miahpaih” nos insta con urgencia a ir a comer. Nuestras
gambas rojas, jamón Joselito y un Rivera se unen a una ensaladilla nacional, un
estofado y un buen Valdepeñas.
Por la noche nos reunimos con un reducido grupo (unos
18 en total) y dejamos constancia de que la Kedada de primero de Mayo en
Cartagena no ha muerto ni morirá en el futuro. Con cartageneros o sin ellos
hacemos promesa de volver a esta amable ciudad, que tan bien nos enseñó Ramón
“El Piloto”
El día dos lo dedicamos a dormir, hacer compras de encurtidos en el mercado y a una distendida cena a base de tapas en un lugar llamado el Tranvía, donde dimos cuenta de una buena serie de botellas de un Rivera tan bueno que casi parecía Rioja. El precio una sorpresa. 10 € por persona y en una terraza en pleno centro de la ciudad es un lujo que pocas veces seencuentra en estos tiempos.