De nuevo nuestra ancla aguanta bien, pero uno de los barcos que “pasean” nos engancha la cadena y cuando nos suelta, aunque firmes estamos demasiado cerca de otro barco y si cambia el viento podemos golpearnos. Así que tenemos que volver a fondear. Tengo amigos franceses y espero que me perdonen por todo lo que salió por mi boca para los ancestros de los navegantes gabachos, que dios confunda.
Hemos contactado con los “Ensaimada Boys” que tanto nos ayudaron en el viaje de ida. Llevo reservada una ventresca para hacer un marmitako para ellos. Me comentan que hay una “quedada” (reunión de asiduos a un foro de internet para tener trato directo ), en las aguas de Dragonera.
Hago la reserva de la boya y salimos hacia Mallorca. En Pollensa nos paramos en el puerto a saludar a algunos amigos, pero todos están con gastroenteritis vírica. El viento y la mar nos aconsejan quedarnos otro día mas viendo después de tres meses la TV española. Me pongo “ciego” de ver Olimpiadas, aunque en deportes tan poco olímpicos como el tenis o el basket.
Salimos a las cinco de la mañana con idea de llegar a las boyas al medio día. Cuando llegamos no hay nadie. La llamada por el canal 77 a Lima-Tango-Papa es respondida por “Icordoba” que va de travesía a Valencia y que se ha detenido para estar en la KDD.
Nos fondeamos en quince metros en una cala mas al norte y pasamos un buen rato de charla hasta que cae la tarde e “Icordoba” salta hacia Columbretes y nosotros nos vamos a la boya reservada
No aparece nadie.
A eso de las dos de la mañana al cambiar el viento, el barco se quiere atravesar a la mar y en los balanceos la pequeña boya del amarre golpea contra el casco y no nos deja dormir. La solución es la de siempre. Motor atrás al ralentí hasta que el barco se aproa al mar, ancla de la zodiac (plegable de uñas) lanzada por popa lo mas lejos posible. Apagar motor y a dormir.
A las ocho de la mañana salimos hacia Ibiza. Mallorca no era un objetivo este año y ya le dimos mucho de nuestro tiempo a la ida. Lamentamos no haber podido estar con “Guerret” “Butxeta” “Embat” y tantos otros, atesorando vivencias para el invierno.