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viernes

26-05-17 Un paseo por Kythnos


Nos gusta, cada cierto tiempo, dejar atrás el barco y meternos hacia el interior para ver algo que no sean solamente playas y acantilados.

Y en algunas islas wes básico hacerlo así, pues los sitios donde entrar con el barco suelen ser pequeños puertos nacidos muchos de ellos al influjo reciente del turismo náutico y por descontado que no tienen nada que ver con la vida de los naturales de la isla.



Y esto cobra mucho mayor sentido si la población se separa varios kilómetros de la costa. generalmente construida en un promontorio en torno a una fortaleza encaramada en lo mas alto o en una ladera de un valle casi oculta a la vista desde la costa.

Casi siempre hay razones de tipo defensivo para la aparición de estas "choras", que crecen de una forma orgánica, sin respetar ninguna cuadrícula, como las ciudades romanas, y que responden a una aprovechamiento escalado en el tiempo de las condiciones orográficas del lugar.


En la isla se Kythnos hay dos ciudades diferenciadas y que acentuan su diferencia, conscientemente en un elemento arquitectónico. La resolución de la cubierta.

La primera que visitamos, Messaria ( y como no "Chora") es un pueblo de casas formadas por un amontonamiento de cubos blancos y cubierta formada por una terraza plana, lo que le confiere un aspecto muy característico de toda la arquitectura blanca del mediterraneo, lo que los Baleares nos tratan de vender como Ibicenco y que en realidad se encuentra aquí y en otros enclaves de diferentes paises mucho mas y mejor representado.



Hay un constante intento de matenerlo todo muy limpio, pintado y decorado, algo que si se rasca un poco la superficie, no es mas que una concesión a lo que el visitante desea encontrar , y que se desvanece en cuanto te acercas a la periferia y se encuentran las casas verdaderamente habitadas por labradores mas ocupados en la subsistencia que en la decoración minimalista.


Pero a pesar de todo hay que reconocer que el resultado es muy agradable y que supone un placer pasearse por estas calles limpias y decoradas aunque a veces lo hagan de forma un tanto apabullante.



Desde Chora descendemos por una carretera de vueltas y revueltas hasta uno de los grupos de calas mas bonitas de Grecia. Me refiero a Kolonna, Kyklada y Apocrousa, sobre todo las dos primeras, que han nacido al formarse una playa entre la isla madre de Kythnos y Loukas.

Me reservo mucha información para hablar de ellas cuando volvamos a fondear.


 Siguiendo la costa, un poco mas al sur por mar y Dando una vuelta de varios kilómetros por carretera está el puerto de la Isla, al que llegan los ferrys, Merichas.

Hay un muelle, entre donde atraca el ferry y el muelle pesquero donde pueden amarrarse no mas de 15 barcos deportivos, y todo alrededor está montado para sorprender al viajero y sacarle algunos euros, cosa que con nosotros no vale, pues empezamos a tener la sensación de "Dejá Vu" y que no discrimina entre este puerto y otro cualquiera



Y no quiero con ello decir que no existan sitios encantadores y que invitan a detenerse y pasar un buen rato degustando una cerveza muy fría y observando como la gente devora trozos de carbón que anteriormente eran suculentas sardinas o boquerones, e incluso he creido reconocer entre las carbonillas alguna pata de pulpo.

Y el caso es que cuando he invitado a un griego a comer pescado preparado por nosotros, siempre han alabado el punto de cocinado muchísimo menos echo.

El segundo pueblo de la isla es Dryopida, que contrapone sus tejados de teja árabe a las terrazas de Chora, aunque en cuanto bajas a nivel de calle el aspecto es muy similar

Y de nuevo esa mezcla de luz y sombra, el omnipresente azul y los toldos y emparrados buscando mitigar el incipiente calor que ya se nota llegar, buscando un equilibrio entre los fuertes vientos del Meltemi y la necesaria brisa que disminuya la sensación térmica, que consigue el trazado irregular de sus calles transformadas en gigantescos aparatos de aire acondicionado.


Nuestro último destino es otra de las calas recomendables donde nuestra intención era comer algo, La cala de Lefkes al este de la isla.

Para nuestra sorpresa estaba aún todo cerrado salvo dos tabernas, completamente vacías, por lo que no nos arriesgamos y volvimos a  Loutra a nuestra casa a comer un gazpacho, que aquí toma un sabor especial por la calidad de tomates, y pepinos y el cambio de variedad de aceite.


jueves

25-05-2017 de Isla de Kea a Isla de Kythnos

La siguiente etapa de nuestro recorrido por las Cicladas será desde el puerto de Korissia en la isla d Kea a iuna pequeña marina de la isla de Kythnos.

Un trayecto corto y que realizamos a vela casi en su totalidad, con viento del norte de no mas de 10 nudos.

Llegamos sobre las dos de la tarde y alas indicaciones del marinero, contramaestre, oficinista y todo en uno nos indica. Amarrados al muelle de entrada por la parte de fuera del puerto.

Se trata de un pequeño puerto, anteriormente cargadero de mineral, luego balneario de aguas termales y hoy punto de atracción turística de la isla.



Aparentemente hay mucho sitio, pero al poco empiezan a llegar barcos y mas barcos y se van llenando todos los pantalanes  de dentro y fuera del barco.



El puerto se termina de llenar ( unos 30 barcos) y comienza a funcionar el ingenio sobre donde pasar la noche.



Entran unos 10 barcos mas que se amarran con largos cabos de pòpa a las piedras del espigón, quedando expuestos a los posibles embates de las olas.


Aún siguen llegando barcos que tienen que renunciar a amarrarse a algún sitio del puerto y se van a dormir en una cala cercana, amarrados con lineas a tierra.

Todo un aviso de lo que espera cuando empiece la temporada. Este puerto está en la ruta de vuelta de los charter que tienen que entregar el barco mañana y que van a carajo sacado intentando que no les enganche el Meltemi que está a nunciado fuerte para el fin de semana.


El centro de Hydroterapia está cerrado, pero descubrimos que hay una canalización que lleva las aguas del manantial, a unos calientes 50 grados hasta la playa. Aprovechamos para meter nuestras artríticas extremidades en el agua.
En la playa, con piedras, han construido una pileta o "jakutci" donde vienen las ttripulaciones de los barcos "a tomar las aguas".
Lo cierto es que terminado el tratamiento, parece que vas andando sobre un lecho de plumas, y mis manos se mueven sin los dolores habituales.

Es una buena experiencia.





miércoles

24-05-2017 Un paseo por Kea


Hemos pensado que hoy vamos a alquilar un vehículo y darnos una vuelta para ver el interiro de la isla y visitar la ciudad- La CHORA- centro de la isla, que está en un monte a cinco kilómetros del puerto. Esto nos va a permitir tener información de las calas en las que vamos a fondear.


El precio oscila entre los 25 y 35 euros por un cochecito pequeño y algo menos por una moto o un quad. y realmente merece la pena. El día es fantástico, no hace aún calor y somos casi los únicos "turistas" de la isla

Trazamos un itinerario que nos va a permitir ver además de la Chora las calas que llevamos marcadas como fondeos interesantes. Solo nos quedarán algunas calas en el sur pero que no tienen acceso desde tierra



Nada mas ganar un poco de altura en la retorcida carretera empezamos a tener una nueva perspectiva de los que es la isla y sus calas, Decenas de ellas para pasar un rato a darse un baño, pero pocas que ofrezcan resguardo para el temible Meltemi cuando decide peinar las islas.


Las ciudades de las islas siempre las suelen colocar en lo alto de una montaña, en lugares casi inexpugnables para protegerse de los ataques de todo tipo que han de padecer a lo largo de la historia.

Son puebles de calles empinadas y estrechas y auténticos laberintos que han crecido de forma organicista y muy similares en todo el mediterráneo.


De hecho el coche lo tenemos que dejar en el aparcamiento a la entrada del pueblo a partir de ahí caminar por sus calles. Afortunadamente tengo un gran sentido de la orientación y nunca me pierdo del todo en estas ciudades.

A  mi en concreto Kea me ha recordado mucho a las ciudades granadinas al pié del Mulacem en Granada, con las casas dejando las calles por debajo de ellas. 

De hecho llevamos una dirección de una taberna de cocina típica de la isla y las indicaciones son "segundo tunel a la izquierda y luego a la salida del tercer tunel enfrente, en la paza y pintado de azul"


Saco docenas de fotos de detalles de construcción y decoración en un paseo relajado de un pueblo que hoy es casi para nosotros solos.


A partir de la chora comenzamos a visitar ensenadas, playas y calas y sucesivamente nos vamos encontrando esos sitios que han sido a lo largo de años el objetivo de nuestros viajes. Hoy sorprendentemente vacíos y que dentro de unos dias, en cuanto empiece el mes de junio se empezarán a llenar de barcos y mas barcos de los charter.


Las guias turísticas que manejamos hablan de la historia, de su antiguedad y las desaparecidas ciudades de Loulis, Korissia, Poiessia y Karthea. pasando por invasiones de jónios, persas, venecianos y turcos, hoy la invasión es del turismo, que aún no ha hecho muchas de las suyas.




En Kea se ven casas unifamiliares de tamaños mas que respetables ya que es la isla de los ricos del Atica, que la tienen a tiro de piedra de casa. Escasamente una hora desde Labrio.




 El viaje nos ha llevado toda la mañana y llegamos a las tres de la tarde a nuestro barco, donde tenemos la comida ya preparada.

El día ha sido perfecto. y la siesta merecida


martes

23-05-2017 De Aegina a Kea


Vamos a aprovechar que no parece que haya demasiada acumulación de barcos para dar una vuelta por las islas Cicladas.

La travesía inicialmente la habíamos programado para pasar la noche en Cabo Sunion, y subir hasta el templo de Zeus a ver la puesta de sol, que se promete espectacular.

Pero el viento está de SW y el fondeo esta muy movido e inconfortable, así que nos hemos de limitar a sacar unas fotos y continuar viaje a la búsqueda de un puerto que nos proteja del oleaje para pasar la noche.


Así que nos dirigimos hacia kea y en Kea al puerto de Korissia, donde llegamos sobre las seis de la tarde y con el puerto prácticamente vacio.

Una especie de milagro, pues en anteriores ocasiones hemos tenido que recurrir a atracar en el muelle pesquero en el otro extremo de la  ensenada e incluso tener que fondear.


Apenas ha crecido la aldea en estos años que no hemos venido a esta isla, de poco mas de 1800 habitantes y lo que parecen casas de vacaciones están todas cerradas.


Al llegar a tierra nos espera un camarero del restaurante que hay frente al muelle "Magaces" que en perfecto castellano nos hace la presentación de su local.

Conectamos a una torreta de electricidad y nos vamos al restaurante a tomar una cerveza y conseguir la contraseña del Wi-Fi. El camarero, un gran profesional, nos cuenta que se fué a E.U. a aprender ingles y cayo a trabajar en una zona de florida donde solo había mejicanos y cubanos.

Al final terminamos cenando en el restaurante antes de retirarnos al barco, donde nos retiramos a descansar después de uno de esos días que son el sueño dorado de nuestros viajes.


Buenos vientos, buena mar Atraque en un sitio tranquilo y contacto con los personajes locales que nos cuenten un poco de su país, de sus cosas.

En concreto este nos ha dado una "master clas" sobre los vinos blancos de Grecia.