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sábado

27 de Mayo de 2023.- Cruzamos el puente de Calcis (Chalkis)


 Despues de tres dias en Panagía, emprendemos viaje al estrecho de Euripo, donde la isla de Evia casi toca a la región de Beocia, al norte del Atica, tan solo separadas por un puente de 38 metros de ancho y donde las corrientes de marea pueden llegar a alcanzar los 11 nudos de velocidad, y que solo es practicable en los puntos de cambio de marea, normalmente por la noche.

Antes de llegar a Calcis entramos al precioso fondeo de Eretria, pues hemos contactado con Xoan, viejo conocido que con su pareja y a bordo de su precioso barco, Norín, llevan mas o menos nuestra derrota. Pero Lola tiene un problema en la boca y vamos buscando donde la puedan dar un vistazo, así que solo paramos unos minutos para saludarnos y comunicarles que vamos a parar algunos días en Calcis.

Intentamos entrar en el club náutico o en el puerto municipal, aunque no hemos llamado para hacer la reserva al Comodoro del puerto y además es la primera vez que entramos en esa dársena previa al puente, con la gran fortuna de que en el momento en que renunciábamos a encontrar sitio, un velero casi similar al nuestro deja una plaza, la única, libre .Y aunque el atraque, al que no nos ayuda nadie es un tanto complicado por como están las líneas de fondeo, un tanto enmarañadas.

Calcis es una ciudad en la que a pesar de que hay de todo, es agobiante por el tráfico, y el ir desde el puerto deportivo al centro de la ciudad es por una carretera, con aceras de cincuenta centímetros, y en una curva sin visibilidad y a mas de un kilómetro, lo que supone un reto para mi dolida pierna, que no acaba de ponerse bien.

Los trámites de paso del puente se han simplificado mucho y todo se hace en una oficina situada en el muelle al sur del puente ( no dejan amarrarse por mas tiempo que el meramente necesario para el trámite). Ahí se hace el pago tanto de las tasas del puente, como de la estancia en el puerto y al parecer el trámite se puede hacer por internet, pero la página está en Griego y no es posible pagar con una tarjeta. Van progresando pero... ahora los trámites de documentación y policia , pago del T-Pai, etc ya no es necesario ir a la oficina de la policia de puerto. Directamente comprueban por el ordenador que el barco está registrado .

Ya no nos queda mas que esperar que nos llamen para pasar. A última hora del día previsto para el cruce hemos dejado el puerto y fondeado en las inmediaciones, donde coincidimos con el "Norín" de Xoan y oros dos barcos mas que esperamos al cruce.

A las 11 de la noche nos llaman para hacer el cruce, retiran el puente y pasamos al lado norte, donde nos amarramos al muelle a pasar la noche.

Durante la noche el Drako, nuestro perro ha estado muy inquieto y ha ladrado y gruñido. Hemos cerrado los accesos al barco, pues se están reportando robos en este sitio. A la mañana siguiente Xoan nos confirma que efectivamente le han robado varias cosas que tenía sobre la mesa de cubierta, (Gafas de sol, un walki-talki) Es la primera vez que escuchamos hablar de robos en los barcos, aunque desgraciadamente nos deberemos de ir acostumbrando a ello como contaré mas adelante.


Misión cumplida. Estamos en el Golfo Voreios, en la parte del norte de la isla de Evia. Nos despedimos de Xoan y su pareja, que van a quedarse unos días por esta zona y nosotros seguimos viaje



   

miércoles

24-05-2023 De Karystos a Port Paganía en Almiropotamos.-

Creo que merece la pena que muestre las fotos que sacó el chaval que subió al palo a desatascar la polea del palo y que a nosotros tantos problemas nos ha dado. Muchos de lo que leáis lo que sigue pensareis que valiente tontería lo de subir al palo del barco, pero cuando el terror mas tenebroso se abate sobre ti en cuanto despegas los pies del suelo, con un ataque de acrofobia que hace que te quedes paralizado con solo poner los pies encima de la botavara, la cosa no es de risa. 

Y mucho mas si por una estraña razón solo se da en ciertos entornos, y de forma imprevisible, ya que por mi vida profesional estoy acostumbrado a revisar armaduras de estructuras, subiendo a forjados en construcción. Y os aseguro que tengo en mi “curriculum” edificios altos, muy altos en los que hay que aproximarse a los bordes. Sin embargo jamas he tenido un ataque en esas situaciones, pero si en lugares tan poco “peligrosos” como el interior del ascensor de Eifel en Lisboa, donde me tiré al suelo incapaz de controlar el miedo.

Asi que suelo cambiar labores de buceo bajo el agua por operaciones en el palo. Afortunadamente Lola, que ha sido siempre aficionada a la espeleología, es feliz colagada de un cabo. Pero…cada vez que se acerca a una tuerca la tuerca deja de funcionar.

El caso es que no he sido capaz de encontrar profesionales para esta misión ( salvo propuestas disparatadas de traer un coche con un grua de canastilla, naturalmente en Grecia desde Atenas), lo que nos impedía utilizar la driza del espinaquer (invento del maligno como velamen) como pluma o penol para mover la auxiliar de la cubierta al agua, o incluso mover pesos del muelle al interior del barco.

Os dejo las fotos que me proporcionó nuestro salvador, y que tubo que cortar y empalmar el cabo para poder sacarlo de entre la roldana y la pared larteral. Asi que cuidado con las guias demasiado finas.      

Tras unos días muy tranquilos en el puerto de Karistos, emprendemos la travesía hacia el norte de la gran isla de Evia, con la vista puesta en la bahía de Almiropotamos, que ya conocemos de años anteriores. 

El recorrido es espectacular, pues se pasa por un estrecho canal entre las islas Petalio, que dan nombre a este golfo sur entre Atica y Evia, con unos fondeos magníficos , aunque de poco calado y que invitarían al baño si la temperatura no estuviera anormalmente baja para esta fecha del año, con lo que pasamos de largo y seguimos nuestra remontada hacia el norte, que se va poniendo cuesta arriba al comenzar a soplar el viento del norte, por lo que nos acercamos a la costa al resguardo de la isla de Styra para evitar la ola que está subiendo un tanto. 



Hay un pequeño puerto, pero no reúne las condiciones para entrar con nuestro calado y nos vamos a un espigón donde amarran los ferris un poco más al norte y donde un gran ferry al otro lado del muelle nos hace de pantalla, con lo que el viento es casi nulo y la ola apenas se nota. Es, como casi toda esta zona, lugar de vacaciones de los griegos y poco frecuentado por la extranjería por lo que conserva un sabor muy particular. 

Llega un pequeño pesquero también a refugiarse y los ayudo en la maniobra, por lo que recibo como recompensa un atuncito que Lola se encarga de preparar en escabeche de esa manera que solo ella sabe hacer.


Damos un largo paseo hasta que la dirección del viento cambia a W-NW y la ola empieza a hacernos saltar, por lo que seguimos viaje hacia la gran bahía de Almiropotamos, y su pequeño puerto denominado Panagía, donde llegamos a la caída de la tarde, tras de haber hecho un total de 33 millas.


 Estamos aquí durante cuatro días y donde podemos conectar a agua y electricidad mediante la tarjeta válida para casi todos los puertos de Evia, y donde cada día aparece una señora a cobrar la estancia, pero que solo cuesta unos 5 a 6 euros por día. Los restaurantes están todos abiertos y con el personal a la espera, pero no me parece oportuno comer en lugares que no conozco y que no hay una mínima rotación de las existencias, así que a base de marmitako y ensalada de atún pasamos los dias en este bonito lugar

Llega un barco con bandera Polaca, y nos hacemos la ilusión de que hemos coincidido con otro recalcitrante navegante español, pero para nuestra sorpresa es una pareja de auténticos polacos cargados de niños, que han bajado Europa por los canales y salido por medio del mar Negro (¿?) y van en dirección a Suez.