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lunes

30-06.- DUBROVNIK.

A primera hora nos hemos acercado al muelle de Cavtat y hemos cambiado dinero, comprado fruta y conectado a Internet, todo a menos de 100 metros de la zodiac. Luego hemos levantado el ancla y aproado a Dubrovnik.

Primero una visita a la isla de Lorum y enfilar el puerto viejo de Dubrovnik y luego bordeando la península, hasta el puerto de Gruz, al otro lado de la ciudad. Aquí hemos hecho gasoil 9,13 “kunas” a 1,29 Euros.

No me extrañan ahora los comentarios de la entrada al país por Dubrovnik. Toda la amabilidad de Cavtat se ha transformado en hostilidad en Gruz. Encontramos a los amigos ingleses del BlueWather y están que se suben por las paredes. Llevan seis horas intentando hacer los papeles que a mi me llevaron 15 minutos.

Subimos el rio Dubrovacka hasta la ACI Marina de Dubrovnic a unas tres millas.
Las ACI marinas son el resultado de la privatización de una empresa estatal de puertos deportivos a lo largo de Croacia. En esta marina hay de todo un poco, pero poco. Un varadero donde no hay un soldador, Una náutica donde no hay poleas, un supermercado donde los tomates están a 2,5 Euros y el agua de litro y medio a 0,95.

Pero es casi el único sitio para dejar el barco con tranquilidad para estar todo el día fuera, y por 60 Euros y con un autobús a la entrada, que te lleva hasta la puerta de la ciudad vieja, no es mala opción.

Dubrovnik es una ciudad que no hay que perderse y a la que hay que llegar con ganas de caminar y dispuesto a pasar mucho calor. Y no tarde, pues la visita a la muralla, de pago, termina a las siete de la tarde. Nosotros la dejaremos para otra ocasión.


La ciudad esta dividida en tres sectores, El que huele a meada de gato, el que huele a comida refrita y desperdicios de restaurante y en el que los aparatos de aire acondicionado elevan la temperatura a cerca de cincuenta grados.


Y es que el ambiente recuerda mucho a Ibiza la vieja, calles estrechas donde hay un restaurante cada cinco metros. Estamos en “Guirylandia”. Miles y miles de turistas, muchos españoles también y el asalto constante, aunque educado, de los que tratan de meterte en su local.
Nos salimos del centro y deambulamos por las callejuelas. Una escalera de mas de 150 peldaños nos lleva a… ningún sitio.


Pero Dubrovnik hay que verlo, yo solo advierto para ir mentalmente preparado.
Bus y cena en el barco. Es el 25 aniversario de la inauguración del puerto y nos invitan a una copa, para lo que han puesto una mesa en donde te la puedes servir. Pasamos de copas, no tiene Gin de Xoriguer ni Larios.

Y las fotos

www.captainteach.com/taberna/2008-06-30_Dubrovnik

Hasta mañana

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