Ha empezado la marcha a motor.
No obstante este día navegamos casi todo él a vela, por el través babor y completamente solos, salvo algún velero en dirección contraria. A medida que pasa el tiempo el viento va escaseando y terminamos a motor como ya teníamos previsto.
Una calima acusada no da mucha visibilidad, por lo que en esta navegación de cabo a cabo, casi no vemos nada.
Nuestro destino inicial es Palermo, pero encontramos antes de llegar un fondeo que nos ha parecido interesante, aunque no es más que una playa a la sombra de un monte, pero la presencia de un par de barcos fondeados nos anima.
El lugar, llamado Bahía di Mondello, es como una postal sacada de otra época. Un Club Náutico- casino construido sobre pilotes de madera clavados en la arena y unas casetas de baño, de película de principios del siglo pasado, evocan películas de Visconti.
Dormimos en cinco metros de fondo con treinta de cadena y a más de cien metros de cualquiera de los otros barcos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesan mucho tus comentarios.
Puedes ponerlos aquí