El viento nos hace quedarnos fondeados en la ensenada de Polace.
Estamos en un fondo de unos 15 metros y tenemos soltados 50 metros de cadena. El viento llega a los treinta nudos en las rachas. No hay garreo pero no me siento lo suficientemente tranquilo como para dejar el barco solo. Asi que no pasamos al paque natural que esta a dos kilometros andando.
Música, lectura y cotilleo. Poco mas.
Cerca de nosotros hay fondeado un "parato" un tanto peculiar.
Creo que lo que mejor lo define son las fotos.
Y le he sacado unas cuantas.
Darán juego en las charlas de invierno sobre lo que debe de ser un barco.
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