Abandonamos el fondeo de Messolonghi muy de mañana y con un mar de estaño, volviendo de nuevo a pasar por el canal de acceso entre las construcciones palafíticas que lo rodean.
El camino es todo a motor y con una corriente entrante hacia el golfo que nos impulsa muy fuerte a pesar de lo conservadores que nos hemos vuelto con el motor.
Patras, viejo conocido, tiene una pequeña marina y una policía muy eficiente que nos espera a pié de atraque para cobrarnos los 15 euros de canon anual que hay que pagar por navegar por sus aguas. Sello la entrada en Grecia y También la salida, ya que no tocaremos seguramente puertos donde hacerlo con comodidad.
La busqueda del coche de alquiler nos pone en contacto con la tragedia que vive este pais, que en tantas cosas se parece al nuestro.
Locales cerrados donde se acumulan cartas de correspondencia que han metido por debajo de las puertas casi cubiertas por el polvo.
Y cuando llegamos al local que conocemos de otros años, nos encontramos que no solo está cerrado sino que el edificio se ha desplomado, sin que nadie haya quitado el cartel que antes era entrada a un próspero negocio.
Tan solo quedan multinacionales como Herz o Avis que aprovechan su `postura de fuerza para cobrar precios un tanto excesivos. Casi 70 Euros por día por un pequeño Citroen C1
Carrefour, que aún no ha cumplido su amenaza de irse de Grecia, nos llena la nevera y una cisterna nos llena el tanque de Gasoleo a 16,55 Euros el litro
Nos vamos a la cama pensando en la larga caminata en coche que vamos a hacer mañana para ir a pasar el día con unos amigos y luego recoger a otros en el aeropuerto de Atenas.
El camino es todo a motor y con una corriente entrante hacia el golfo que nos impulsa muy fuerte a pesar de lo conservadores que nos hemos vuelto con el motor.
Patras, viejo conocido, tiene una pequeña marina y una policía muy eficiente que nos espera a pié de atraque para cobrarnos los 15 euros de canon anual que hay que pagar por navegar por sus aguas. Sello la entrada en Grecia y También la salida, ya que no tocaremos seguramente puertos donde hacerlo con comodidad.
La busqueda del coche de alquiler nos pone en contacto con la tragedia que vive este pais, que en tantas cosas se parece al nuestro.
Locales cerrados donde se acumulan cartas de correspondencia que han metido por debajo de las puertas casi cubiertas por el polvo.
Y cuando llegamos al local que conocemos de otros años, nos encontramos que no solo está cerrado sino que el edificio se ha desplomado, sin que nadie haya quitado el cartel que antes era entrada a un próspero negocio.
Tan solo quedan multinacionales como Herz o Avis que aprovechan su `postura de fuerza para cobrar precios un tanto excesivos. Casi 70 Euros por día por un pequeño Citroen C1
Carrefour, que aún no ha cumplido su amenaza de irse de Grecia, nos llena la nevera y una cisterna nos llena el tanque de Gasoleo a 16,55 Euros el litro
Nos vamos a la cama pensando en la larga caminata en coche que vamos a hacer mañana para ir a pasar el día con unos amigos y luego recoger a otros en el aeropuerto de Atenas.