Con mucha vagancia en el cuerpo salimos del fondeo para encaminarnos hacia el golfo de Patras donde hemos quedado con algunos amigos.
Son unas cuantas millas pero comenzamos muy temprano con idea de echar un vistazo a algunos sitios que no conocemos para sacar el plano para futuras ocasiones.
La primera isla es Kálamos, donde la primera singladura es a un bucólico fondeo rodeado de pinos y con un capilla y un pequeño muelle. Magnífico lugar para pasar un tiempo.
Mal sitio para llegar de noche con nuestras cartas electrónicas que dan errores de casi media milla en la posición marcada y la realidad.
Así todo parece que hay bastantes sitios a explorar, con pequeñas playas y caletas y rocas para hacer un poco de buceo, a la búsqueda de algún erizo comestible, casi desaparecidos.
En el extremo SSW de la isla está el antiguo pueblo de la isla, abandonado desde hace varios años, creo que desde los años 50, en que un terremoto lo destruyó completamente. En su entorno hay varios sitios de fondeo protegido de los vientos del norte, aunque esas laderas...
Después navegamos entre las islas que quedan cerca del continente, Provati, Pontikos , Estamodi, etc etc todas ellas desiertas y peladas de vegetación, con preciosas calas invadidas por las piscifactorías y su olor y sus marañas de cabos y boyas flotando en cualquier dirección.
Así que rodeamos Oxeia por fuera y nos dirigimos al canal de entrada a Mesolonghi, con sus casas lacustres, La intención es tratar de encontrar un coche de alquiler, pero por Internet ha sido imposible y desde la marina nos dirigen a una casa donde sale a mas de ciento veinte euros al día.
La exploración no da resultado y cuando hemos vuelto al barco, que está fondeado fuera de la marina, escuchamos una fuerte explosión y comenzó un voraz incendio en el varadero que luego supimos se llevó por delante unos cuantos barcos en tierra y afectó a algunos de los que estaban fondeados en el muelle.
Los bomberos tardaron poco en llegar, pero al parecer tenían dificultades para acercarse al foco del fuego y las explosiones de los depósitos de combustible hacían que las llamas se levantaran por encima de los palos de las embarcaciones. Por suerte no corría ni una brizna de aire