

No lamentamos vivir al margen de la comprensión y simpatía de otros. Estamos seguros de perder algo en ello, pero nos compensa nuestra independencia de las costumbres, opiniones y prejuicios de los demás, y no sentimos la tentación de abandonar nuestra paz espiritual por unos fundamentos tan quebradizos. ( By-Bertrand Russell)
Hemos acertado, esta todo abarrotado y sinceramente lo de las mesas en la popa de mi barco, no me hace gracia.
Fiskardho es el único pueblo que quedó en pié en toda la isla en relativamente reciente terremoto. Así que quedan en pié antiguas casas, que se han restaurado y transformado el sitio en un centro de turismo muy popular.
Damos una vuelta y decidimos volver a la mañana siguiente para sacar fotos con sol
De vuelta al barco vemos los intentos de varios barcos para fondearse en nuestra zona, pero lo de dar cabo a popa no lo tiene claro.
Hay quien intenta poner primero el cabo, pero luego no hace firme con la cadena, quien intenta llegar a nado a las rocas y luego no puede subir, al que se le queda corto el cabo... Toda una muestra de intentos que fracasan
En las paradas, entre que Lola duerme hasta las tantas, la hora de diferencia y que todo el mundo madruga para coger sitio en la cala de turno, el puerto se queda casi vacío a eso de las 10 (nuestras 9), por lo que paseamos y curioseamos con tranquilidad.
Compramos pan, normal y pan con aceitunas, ambos muy ricos.
En este puerto conocemos a Fernando y su familia, que tienen alquilada una casa en la ladera donde nos invitan a tomar unas tapas que sumadas a nuestro atún, hacen la cena. Son españoles, con dos hijos pequeños, muy simpáticos, que se sienten felices de poder hablar castellano con alguien mas que con sus padres.
Trabaja él en una multinacional y están "expatriados", lo que da pié a toda una serie de anécdotas que nos cuentan. Dentro de unos dias vuelven a España, a Madrid. Su sueño es otro. Al enterarse de mi profesión de arquitecto me plantean preguntas sobre " su casa" y posibles reformas que quieren hacer. Por unas horas vuelvo a ser quien soy. No hay ni una sola pregunta sobre nuestra forma de vida. No les interesa.
Por descontado que son gente encantadora, nos han abierto las puertas de su casa, y la tertulia ha sido muy cordial. A la vuelta al barco vemos que las mesas de las tabernas han llenado la calle, por lo que puedes encontrarte que te han puesto una mesa que impide subir al barco.
Fondeamos en 10 metros de agua y damos un cabo por popa hasta una piedra. Este tipo de fondeo permite estar en calas estrechas sin que el barco bornee constantemente
Voy a contaros la maniobra
Yo llevo la zodiak preparada a popa y un rollo de cabo con 150 metros ( He visto unos rollos de cinta muy interesantes, ya que ocupan poco) terminado en una gaza con protector de inox por la que pasa una cadenilla de 6 mm de unos dos metros, con un grillete. Nos permite atar a las rocas sin problemas de roces.
Al llegar a las cercanías de las piedras, salto a la auxiliar y me dirijo a las piedras, mientras Lola se pasa a popa del barco para manejar motor y winche del cabo de tierra.
Una vez fijado el cabo ( roca, anilla, árbol... etc.) y si el viento entra del lateral, con la auxiliar empujo la popa del barco para ayudar a tensar el cabo. Si el viento baila mucho hay que hacer lo mismo por las dos amuras, pero el segundo cabo es ya mas fácil de colocar.
Hay que fijarse bien antes de hacer la maniobra, pues no en todos los sitios está permitido cogerse a tierra, ya que se reserva una zona para bañistas.
Incluso en esa cala hay una pequeña taberna, que tiene montado un pantalán para dejar las auxiliares.
Pasamos una noche tranquila a pesar del viento, que entraba por la proa.
Al estar el barco mas cercano a mas de 20 metros, podemos soltar los generadores eólicos que compensan bastante del consumo de las casi 20 horas de amarre