Hace tiempo, y creo que me he referido a ello otras veces, se leía una revista cómica, La Codorniz, que entre sus lineas colgaba cosas de una gran seriedad y entre ellas los artículos de Pitigrilli eran mis preferidos.
Decía Pitigrilli que la vida es como un velo negro bordado y que nosotros somos como pequeñas arañas que caminan sobre los hilos del velo, sobre hilos negros. Pero cada cierto tiempo se cruza en nuestro camino un hilo dorado y hay que estar atento a esas ocasiones para cambiar de hilo.
Silvia y Johan son uno de esos hilos dorados.
Un día se conocen y sueñan juntos con otra vida diferente. Dejan su trabajo, buscan un barco a su alcance, lo transforman y lo convierten en su casa. Cada centímetro de ese barco cuenta una historia de tenacidad, de esfuerzo y de amor, de avance hacia el objetivo.
Su meta esta en el infinito, su camino es un sueño. Grecia, Turquía, Rusia por los canales, Mar del norte, Canada, Alasca...No es el sueño habitual del calor y las aguas cálidas, el sueño del Caribe. Ni es el sueño del Cabo de Hornos ( Hoy destino de Charters a nivel mundial)
Los conocemos a través de su blog http://viajesaleatorios.blogspot.com/ y ahora personalmente, después de haber pasado un par de días estupendos con ellos.
Se han barajado esas preguntas que tantas veces se hacen en los pantalanes y en los foros de Náutica. ¿Como se consigue, como se mantiene? Desde los charters, a la venta de tortillas de patata por los barcos, pequeños trabajos o un teatro de marionetas en la popa y pasar el sombrero. Pero sobre todo irse desprendiendo poco a poco de esas "necesidades" innecesarias. Minimizando el día a día.
Silvia no sabía si aguantaría el mar, hasta que un día se vió contemplándolo con cariño, sin pastillas, sin pulseras. Descubrió que ese era su mundo, y esa su vida. Camina sobre un hilo dorado, a pesar de que de vez en cuando aparece un hilo negro que cruzar
Nos dejaron para seguir su viaje. Van a hacer unos viajes de charter por la zona de Corinto, para hacer un poco de caja y pasarán el invierno en Turquía.
Si alguien quiere ver de cerca la vida de esos navegantes de verdad, lo tiene fácil. Unos días a borde del Alea, serán unos días de auténtica vida en el mar. Mirar su interesante oferta en http://www.sailingalea.com/
Hay una anécdota que da la nota de estas estupendas personas. A Silvia se le cae un empaste. Están en otro país, en un pequeño pueblo. Se van a tierra y vuelven con el empaste hecho. Casi no hay comentarios sobre el tema. ¿Como hubiéramos resuelto nosotros en nuestras casas este tema? ¿ Con tanta sencillez?
Los hemos visto alejarse en su barco. Se llevan un poco de nuestro corazón. Es un hilo dorado que se ha cruzado de nuevo en mi camino. De nuevo no me veo con fuerzas para caminar sobre él.
A la pregunta de " ¿que es lo que mas miedo te da de navegar?", la respuesta mas sincera que puedo dar es " La cantidad de tiempo libre que tengo para verme a mi mismo"
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