Entramos en esta ensenada hace ahora algunos años en un viaje de ida y sin casi nadie y se transformó en uno de esos sitios que no puedes dejar de visitar cada vez que pasas por ellos. Hay dos ensenadas, una muy profunda al Oeste y otra con una isla en medio al Este. Entre la isla y el pequeño cabo es nuestro destino.
El fondo es muy irregular, con pozos y rocas de roca, que sule hacer muy buen tenedero si se evitan las zonas de poseidoneas, que no dejan penetrar las anclas.
Hoy hemos soltado cuarenta metros de cadena para 7 metros de fondo y el ancla, que vemos desde el barco sin necesidad de bucear, esta durmiendo en un pozo los primeros veinte metros de cadena hacen un circulo casi perfecto a su alrededor.
Durante la noche, sin apenas viento, hemos ido tomando todas las posiciones posibles.
Decidimos pasar el día sin hacer nada y saltamos a tierra con la auxiliar.
La experiencia es muy chocante. Hay una playa de arena limpia y dos chiringuitos, hamacas e incluso un puesto de socorristas. Cubos de basura por materias para reciclar y un grupo de servicios y duchas.
Entre tohalla y tohalla no mas de cuarenta centimetros. Entre sombrilla y sombrilla no mas de veinte. Un serie de caballeros lee el periodico sentados en sillas de pástico que han metido en el agua. Poca teta suelta y mucho "Macho men". Una señora de mas de cien kilos se remoja en la orilla mas tirada que tumbada sobre la tripa. Hay dos parejas sobre un colchón de dimensiones matrimonio pudiente que llevan un megáfono (¿?) por el que sueltan risitas y gruñiditos recatados.
No se escuchan voces altisonantes, pero el agobio que nos entra es muy fuerte. Se que la escena no se diferencia de cualquier escena en cualquier playa en agosto, pero a nosotros nos ha pillado de sorpresa. Nos volvemos al barco, nuestro refugio. Hacemos una pata de cordero al horno con una receta griega, pero sin respetar los tiempos de cocción (3 horas)reduciendolo a solo 1,5 horas. La verdad es que el cordero de Grecia era (se nos ha acabdo la reserva del congeladosr) muy bueno.
Siesta grande.
por la tarde aparece un barco con bandera española y matrícula de Málaga,el Sangrilá, barco que está además amarrado en nuestro puerto de base. Los saludo con la lógica alegria y recibo por respuesta un ligero movimiento de cabeza.
Y es que poco a poco vamos entrando en otro mundo, donde es una alegría encontrarte con aquel barco que estaba fondeado en aquella cala, o al que ayudaste o te ayudo en aquel puerto, y tomarte con el una cervezas, cambiar impresiones e información sobre otros barcos o sitios a donde ir, comprar butano, pan. Donde hay un LID´L.
Nada que ver con estos otros personajes que también calzan barco, a los que escucho decir cuando se dirigen hacia la playa en la auxiliar vestidos de punta en blanco.
"Pues lo que nos faltaba es que ahora no hubiera sitio donde cenar, pues menuda mierda de sitio con lo lejos que está. Con lo bien que estabamos en "Porto Portal".
Han dejado el generador en marcha y un chorrito de agua constante denota que el aire acondicionado está trabajando.
Nos vemos una película, Transiveriano, que nos entretiene hasta las 11 de la noche.
A las dos de la mañana llegan de otro barco frances y hablan a voces que nos obligan a cerrar los tambuchos.
Curiosamente todos los barcos viejos, pequeños y desordenados no hacen ruido.
Nosotros si lo hacemos a las seis de la mañana al levantar el fondeo. Incluso tengo que "acelerar el motor bastante" para recargar, bajar de nuevo el ancla que viene sucia, mientras suena la alarma de la radio por que no recibe datos GPS. La cosa no va a mas por que no llevo a bordo pasodobles toreros, pero me apetecía esta mañana el España Cañí a todo trapo. En compensación piso "accidentalmente" la bocina de niebla. Lamentablemente el Inglés había fondeado casi a mi lado y se ha despertado. Pobrecito, con lo que yo quiero a los "hijos de la gran...bretaña"
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