Cuando yo decía que nos iba a costar levantar el ancla, no podía suponer que esa frase dicha en el sentido figurado de pereza por abandonar el fondeo tan ideal de la Isla Budeli, se transformaría en un castigo de Eolo para con la corta tripulación del May Way. Os cuento, aunque no hay fotos.
Nos quedamos en Budeli otro día mas y al comenzar la segunda tarde-noche aparecieron los Cobradores Por Estar.
Si, en esta zona, se paga simplemente por estar un rato, fondeado con tu propia ancla, consumiendo tu agua y electricidad y sin un solo sitio controlado donde dejar los desperdicios.
Pero estos señores no te pueden cobrar si no te encuentran en el barco y … conociendo al personal, y asesorados por navegantes franceses, cuando se ve venir “La gomona”, solo hay que aprovechar para hacer algo dentro del barco.
Lo pusimos en práctica y nos partíamos de risa como dos niños jugando al escondite con los “ gominidos”.(os aseguro que lo mas cercano a drogas que hay en este barco, es un queso de Mahón y alguna cerveza).
Entretenidos en estos menesteres, nos dieron las 8 de la tarde y el viento cambió de dirección 180 grados, haciendo que los 30 metros de cadena (60 con el borneo) nos acercaran a unas piedras y a poco fondo.
Puestos a dormir tranquilos levantamos el fondeo (UNA) y nos enganchamos a una boya que quedaba libre.
A las tres de la mañana, el viento comenzó a soplar con rachas de mas de treinta nudos, pero lo que era peor, el mar entraba en la rada sin nada que tener por delante, levantando olas de cerca de un metro dentro de la ensenada.
El peligro de las boyas es que no sabes que hay debajo, si la cadena está rota o desgastada. Total Una noche en Blanco, con la auxiliar pegando botes detrás de nosotros.
En la duermevela de las cuatro de la mañana, vemos como una motora de mas de 25 metros viene hacia nosotros garreando sin control.
Encender motor, preparar machete de abordaje (ojo, solo para cortar el fondeo y librar nuestro barco) y Bocina de niebla que despierta al personal de la “Putrida Barca”. Gracias a nuestro aviso, controlan su barco a motor y tras de media hora de pelea con las anclas zancadilleadas consiguen salir al mar.
Nada mas amanecer, seis de la mañana, Soltamos el Fondeo (DOS) y con viento y mar de proa, navegando entre piedras sumergidas, y tras de una hora de duchas frias, conseguimos salir de la dársena y rodear la isla hasta una ensenada protegida del viento, donde fondeamos para poder subir la auxiliar y el motor, para navegar tranquilos.
Levantamos el fondeo (TRES) y aprovechamos la fuerza siete por la aleta para saltar a la isla de Córcega, a Porto Vecchio.
A eso de la una de la tarde llegamos a una preciosa ensenada Baie de Stagnolu. Y a los diez minutos de haber fondeado, el viento gira 180 grados y ¡otro barco se nos viene encima! No esperamos, levantamos el fondeo (CUATRO) y nos vamos a las inmediaciones del puerto deportivo (dentro no hay plazas).
Anclamos fuera en tres metros de agua y a pesar del viento de fuera la ola no es molesta, pero un catamarán cercano a nosotros tiene soltados ¡70 metros de cadena! Y con los cambios de viento amenaza con darnos un envite, así que levantamos el fondeo (CINCO) y lejos de todos, en tres metros de fondo con 45 metros de cadena, por fin podemos dormir. Nos despertamos al día siguiente, por la mañana a eso de las ocho, cuando Eolo vuelve a ponerse en marcha, pero esta vez ya no picamos. Aguantaremos “al ancla” hasta que se le pase el enfado y a nosotros el cansancio y el Stres de este día para el saco de los malos recuerdos.
Nos quedamos en Budeli otro día mas y al comenzar la segunda tarde-noche aparecieron los Cobradores Por Estar.
Si, en esta zona, se paga simplemente por estar un rato, fondeado con tu propia ancla, consumiendo tu agua y electricidad y sin un solo sitio controlado donde dejar los desperdicios.
Pero estos señores no te pueden cobrar si no te encuentran en el barco y … conociendo al personal, y asesorados por navegantes franceses, cuando se ve venir “La gomona”, solo hay que aprovechar para hacer algo dentro del barco.
Lo pusimos en práctica y nos partíamos de risa como dos niños jugando al escondite con los “ gominidos”.(os aseguro que lo mas cercano a drogas que hay en este barco, es un queso de Mahón y alguna cerveza).
Entretenidos en estos menesteres, nos dieron las 8 de la tarde y el viento cambió de dirección 180 grados, haciendo que los 30 metros de cadena (60 con el borneo) nos acercaran a unas piedras y a poco fondo.
Puestos a dormir tranquilos levantamos el fondeo (UNA) y nos enganchamos a una boya que quedaba libre.
A las tres de la mañana, el viento comenzó a soplar con rachas de mas de treinta nudos, pero lo que era peor, el mar entraba en la rada sin nada que tener por delante, levantando olas de cerca de un metro dentro de la ensenada.
El peligro de las boyas es que no sabes que hay debajo, si la cadena está rota o desgastada. Total Una noche en Blanco, con la auxiliar pegando botes detrás de nosotros.
En la duermevela de las cuatro de la mañana, vemos como una motora de mas de 25 metros viene hacia nosotros garreando sin control.
Encender motor, preparar machete de abordaje (ojo, solo para cortar el fondeo y librar nuestro barco) y Bocina de niebla que despierta al personal de la “Putrida Barca”. Gracias a nuestro aviso, controlan su barco a motor y tras de media hora de pelea con las anclas zancadilleadas consiguen salir al mar.
Nada mas amanecer, seis de la mañana, Soltamos el Fondeo (DOS) y con viento y mar de proa, navegando entre piedras sumergidas, y tras de una hora de duchas frias, conseguimos salir de la dársena y rodear la isla hasta una ensenada protegida del viento, donde fondeamos para poder subir la auxiliar y el motor, para navegar tranquilos.
Levantamos el fondeo (TRES) y aprovechamos la fuerza siete por la aleta para saltar a la isla de Córcega, a Porto Vecchio.
A eso de la una de la tarde llegamos a una preciosa ensenada Baie de Stagnolu. Y a los diez minutos de haber fondeado, el viento gira 180 grados y ¡otro barco se nos viene encima! No esperamos, levantamos el fondeo (CUATRO) y nos vamos a las inmediaciones del puerto deportivo (dentro no hay plazas).
Anclamos fuera en tres metros de agua y a pesar del viento de fuera la ola no es molesta, pero un catamarán cercano a nosotros tiene soltados ¡70 metros de cadena! Y con los cambios de viento amenaza con darnos un envite, así que levantamos el fondeo (CINCO) y lejos de todos, en tres metros de fondo con 45 metros de cadena, por fin podemos dormir. Nos despertamos al día siguiente, por la mañana a eso de las ocho, cuando Eolo vuelve a ponerse en marcha, pero esta vez ya no picamos. Aguantaremos “al ancla” hasta que se le pase el enfado y a nosotros el cansancio y el Stres de este día para el saco de los malos recuerdos.
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