La información meteorológica lo había advertido.
De los dos días necesarios el primero muy bueno y empeorando al llegar a Menorca.
Salimos a las 12 de la noche para tratar de ganar el mayor tiempo posible con mar en calma. Intentar llegar a Menorca de madrugada para poder coger los cabos “dormidos”. Rumbo directo a Fornells, dejando la posibilidad de si se levantaba mucha mar, caer hacia Mahon con el mar más de popa.
Toda la primera noche y casi hasta el mediodía caminamos con el motor y mayor a unos siete nudos, excepto cuando tuvimos que parar a sacar los tres pequeños atunes (albacoras de unos tres kilos) que picaron en media hora. La verdad es que me dio pena coger el tercero, pues con los dos primeros almacenábamos comida para lo que nos queda de viaje. Y no me gusta matar por matar.
A partir de las 12 de la tarde paramos el motor y navegamos a vela, entre un través y un largo con todo el trapo a 6 nudos y la mar en calma.
A medida que va cayendo la noche, el viento no sube pero se va al descuartelar y el través, por lo que el aparente se acerca a los 20 nudos. El mar, que las previsiones del I.N.M.E. suponen con olas de máximo un metro se va cabreando, por lo que recojo trapo. Genova hasta la segunda marca de cuatro (como foque I) y mayor casi al 50 % hasta que se equilibra el piloto automático, un Raymarine autohelm 6000 que después de calibrar completamente tal como dice el manual, ha pasado de ser una cabra loca a un magnifico y casi fiable tripulante.
Con esta facha hacemos a eso de las tres de la noche puntas de 7.75 nudos. Pero ni una gota de agua ha caído sobre la bañera. Reduzco un poco mas la vela de proa. Nos acercamos a Menorca y vemos todos los faros, a pesar de que el cielo encapotado tapa la luna y hace de la noche una noche de lobos.
A las siete y media estamos amarrándonos a una boya, la última de Fornells. Nos duelen todos los huesos, hemos dormido poco y decidimos pasar el día durmiendo.
De los dos días necesarios el primero muy bueno y empeorando al llegar a Menorca.
Salimos a las 12 de la noche para tratar de ganar el mayor tiempo posible con mar en calma. Intentar llegar a Menorca de madrugada para poder coger los cabos “dormidos”. Rumbo directo a Fornells, dejando la posibilidad de si se levantaba mucha mar, caer hacia Mahon con el mar más de popa.
Toda la primera noche y casi hasta el mediodía caminamos con el motor y mayor a unos siete nudos, excepto cuando tuvimos que parar a sacar los tres pequeños atunes (albacoras de unos tres kilos) que picaron en media hora. La verdad es que me dio pena coger el tercero, pues con los dos primeros almacenábamos comida para lo que nos queda de viaje. Y no me gusta matar por matar.
A partir de las 12 de la tarde paramos el motor y navegamos a vela, entre un través y un largo con todo el trapo a 6 nudos y la mar en calma.
A medida que va cayendo la noche, el viento no sube pero se va al descuartelar y el través, por lo que el aparente se acerca a los 20 nudos. El mar, que las previsiones del I.N.M.E. suponen con olas de máximo un metro se va cabreando, por lo que recojo trapo. Genova hasta la segunda marca de cuatro (como foque I) y mayor casi al 50 % hasta que se equilibra el piloto automático, un Raymarine autohelm 6000 que después de calibrar completamente tal como dice el manual, ha pasado de ser una cabra loca a un magnifico y casi fiable tripulante.
Con esta facha hacemos a eso de las tres de la noche puntas de 7.75 nudos. Pero ni una gota de agua ha caído sobre la bañera. Reduzco un poco mas la vela de proa. Nos acercamos a Menorca y vemos todos los faros, a pesar de que el cielo encapotado tapa la luna y hace de la noche una noche de lobos.
A las siete y media estamos amarrándonos a una boya, la última de Fornells. Nos duelen todos los huesos, hemos dormido poco y decidimos pasar el día durmiendo.
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