Salir de Catania en dirección al Etna es todo un reto. Como se trata de una carretera de tipo comarcal, que se acerca al Parque del Etna, no existe ninguna señalización. Hay una carretera de circunvalación y un desvío lateral que pasamos varias veces en los dos sentidos sin encontrarlo. Mas de una hora y media nos cuesta salir siguiendo las indicaciones de algunos grupos de viandantes que discuten acaloradamente entre ellos cual es el mejor camino.
Tan solo cuando un viejo con una potente voz que sale de una casa y que deja callados a todos es escuchada, todos se ponen de acuerdo y señalan en la misma dirección. ¿Habremos presenciado un ejemplo de lo que es la mafia siciliana?
El caso es que con las inicaciones esta vez certeras salimos por fín a una carretera que está llena de indicaciones "Monte Etna" Poco a poco se van encontrando las huellas de las diferentes erupciones del volcán, algunas muy recientes, como la del año 2002, que se llevo por delante todo un pueblo y del que solo queda este tejado de hormigón, al parecer desplazado mas de cuatro kilómetros de su sitio
Pero la niebla no deja ver nada y además una vez llegado al refugio, hay que coger una escursión de un teleférico y posteriormente unos camiones orugas todoterreno al módico precio de 60 euros la tirada. Como hay cámaras que transmiten en tiempo real la situación en la cumbre y no se ve nada, desistimos justo cuando una catarata de agua cae sobre nosotros y comenzamos a caminar hacia tahormina a través de las carreteras del parque.Hoy es dos de Junio, dia de la república aquí en Italia, y una fiesta en que es tradicional salir al campo y comer en grupos. El Parque está lleno de rincones y veredas que debe ser un placer poder caminar con buen tiempo. Así que de nuevo dejamos atras un sitio para volver.
Esto es lo que nos sucede con Tahormina. Un sitio muy resguardado de los vientos del norte que se encañonan en el estrecho de Mesina y que hemos utilizado varias veces. Desde nuestro barco hemos visto un pueblecito como de maqueta de tren y sabemos que hay unas ensenadas que son zona protegida y por tanto no se puede entrar con los barcos (Italia está llena de estas zonas). Así que aprovechamos el automovil para llegar a este sitio inaccesible por barco.
La ensenada de Tahormina y en concreto esta ensenada son algo espectacular en si mismas. con aguas cristalinas y playas de guijarros blancos como la nieve. La llamada de una zona tan bonita sumada a un día festivo hacen que nos resulte muy dificil aparcar, ¡a mas de dos kilómetros del sitio donde debemos coger el fonicular hasta el pueblo!
Situado en el monte en un enclave perfecto, de fácil defensa y dominando el mar, este pueblo ha estado habitado desde tiempo atras, entrev otros por los griegos, que hicieron en su ladera uno de los teatros de mas capacidad, lo que habla o pretende hablar de la importancia de la ciudad.
A los pies del teatro se extiende la ciudad, superturística, con hoteles de un romanticismo decadente y con ese aire de "lo que espero encontrar". El trazado actual es el de una ciudad medieval, con mucha influencia de la arquitectura venecianaSi se consigue levantar la cabeza de las llamativas tiendas-estan todas las que són-se pueden descubrir rincones muy pintorescos
Pero siempre con ese aire de caducidad que rodea todo lo que hemos visto en Sicilia en nuestros viajes. Rincones que se van undiendo en el gris del olvido y que tan apreciados fueron de los románticos de hace un siglo.
También aquí ha llegado la moda de los candados, y en la balaustrada de forja que rodea la plaza central de Tahormina se amontonan cientos y cientos de candados. Desgraciadamente mi cámara está mas acostumbrada a enfocar barcos, simbolos de libertad, que candados, simbolos de atadura, pero baste la imagen para dar fé.