Pasan los dias sin pena ni gloria. El mar va bajando de fuerza pero queda un insoportable mar de fondo de mas de dos metros. El problema es que va a seguir así unos días pues ahora no entra viento que lo descomponga y cuando mejora en Baleares empeora en Cerdeña.
Nos limitamos a leer, trabajar en el ordenador ( aún me queda un cliente romántico que piensa que esta crisis va a remontar y quiere que le vaya preparando un proyecto para cuando todo vuelva a empezar). Disfruto con ello casi mas que navegando y me doy cuenta de cuanto me ha gustado mi profesión. Aprovecho tanto tiempo libre para ensayar soluciones nuevas y como siempre tengo la impresión de que mis mejores trabajos son los que hago en estos meses de navegación.
Damos largos paseos por las calles de Mahon y volvemos a sitios ya vistos muchas veces y seguimos descubriendo sus pequeños secretos.
Hoy nos ha llamado la atención la decoración de una plaza con adornos hechos con botellas de plástico. O la nueva pintura de un preciosa galería en una esquina.
Pero al final siempre volvemos al puerto. Y por su rivera, como no, miramos los barcos, los comentamos, los envidiamos.
Un monumento a los desaparecidos en el mar tiene como elemento simbólico una hélice de paso variable, precursora de las “Gorit & company” ¿Cual es la relación entre los marinos desaparecidos y esa pieza? O es que acaso se refiere a la cantidad de Euros que la náutica deportiva tira al mar con piezas como... por ejemplo las hélices de sofisticada hechura.
Volvemos al barco y seguimos esperando una ventana para seguir. Mientras trato de poner en lógico acuerdo la ordenanza municipal de los obtusos políticos y la cruda realidad que obliga a reservar 50 metros cuadrados para los 2 coches de una familia de cinco personas que vamos a meter en poco mas de 65 metros de una vivienda de V.P.O.
Casi como obligar a llevar en una “chalana” dos lanchas salvavidas homologadas.
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