Después de toda la noche con guardias alternativas de dos en dos horas y tras haber quemado cien o más litros de gasoil, llegamos a la ensenada de San Pietro a la que entramos por el Sur. De las opciones posibles arrumbamos al puerto de Carloforte, con cuidado de no dejarnos la quilla en los bajos que hay por todas partes.
El muelle de transito del que habla el derrotero no existe y ha sido sustituido por una marina donde los precios van de 40 a 63 euros según la temporada. Damos una vuelta por el pueblo, chiquito y muy agradable de pasear y sin grandes espavientos de turismo de momento.
Y cuando nos disponíamos a encerrarnos, aparece un barco con el gallardete del Foro La Taberna del Puerto, Se trata del barco CACAO que transporta a Epops y tres cofrades más, que viene resbalando la costa Oeste desde Alguero y Oristano.
Nos conocemos de alguna quedada (reuniones que se montan por Internet) y es grato poder charlar un rato. Quedamos a tomar unas cervezas y decidimos salir a cenar a una "Atunería" que han localizado en el interior del pueblo.
Este sitio es como Barbate en Cádiz. Viven del Atún y por todos lados hay referencias a las almadrabas y la pesca del atún.
El restaurante es sorprendente, la calidad muy buena, y el precio razonable.
La cena fue a base de unos entrantes de diferentes partes del atún, Morro, Lomo, Ijada, Corazón, Hígado, Cuerpo, preparado cada uno de ellos de una diferente manera, desde salsa de alcaparras a un pastel con nueces y vinagre de Módena, pasando por ensaladas de judías verdes o tomates a cual mejor.
Le siguió un Pargo de casi tres quilos preparado al horno con patatas y una salsa de ajo muy ligera.
Naturalmente charlamos de la Taberna, de viajes y de barcos.
A la vuelta al puerto nos enteramos por teléfono de los problemas que hay en España con el tema del petróleo. Nos han asegurado que faltan alimentos frescos en muchos sitios, y que incluso el presidente de los Estados Unidos ha hecho referencia a la situación en una de sus intervenciones.
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