Me resulta muy difícil narrar lo sucedido la noche del 10 al 11 de julio, cuando de repente cayó sobre nosotros un tornado acompañado de una tormenta de granizo. Aun se me ponen los pelos de punta al recordar lo pasado durante aquellos pocos minutos. La escena y el miedo están, aun hoy cuando escribo después de 5 meses, muy presentes cada vez que me subo al barco.
Los que navegamos por Grecia sabemos que antes o después nos van a coger vientos de 50/60 nudos de los
meltemis. pero la falta de camino hace que las olas no sean excesivamente altas y todo se suele saldar con algún toldo roto y algún garreo inoportuno si estás fondeado.
Pero ¿ Un tornado? La prensa Griega hablaba de vientos que llegaros a 300 km por hora y el anemómetro del barco salió por los aires dejando un record de 90 nudos ( unos 176 km/h) en la pantalla.
Estábamos, afortunadamente, atracados en una marina de altos vuelos. quizás la mas cara de Grecia, la marina de Porto Carras, amarrados a un finger por la banda de babor, con dos cabos por la popa a mas de medio metro del muelle y cuatro defensas por banda y "sprints" desde la cornamusa del centro hacia roa y popa.
Veíamos en la TV una película y acabábamos de cenar. serian com las 11 de la noche y el viento se mantenía sobre los 20/25 nudos, cuando de repente notamos como si algo hubiera golpeado contra el mástil y comienza el tamborileo típico de las gruesas gotas de agua. en ese momento se apagan todas las luces del puerto y salgo al exterior a ver que pasa y le digo a Lola que meta al perro en un camarote para que no salga a la cubierta.
Cuando voy subiendo la escalera una racha de viento tumba el barco casi treinta grados, afloja un poco y carga de nuevo cuando estoy en la bitácora viendo que velocidad tienen las rachas y en ese momento se desata el infierno, comienza a caer un diluvio de granizo del tamaño de aceitunas que golpea contra el toldo inicialmente hasta que se pone a entrar a unos 40 grados por babor y las piedras comienzan a golpearme, mientras el barco toma una escora tremenda que hace que la regala golpee contra el finger. Me despido del toldo y el bímini pues no creo que puedan aguantar este viento y veo horrorizado que un tornillo que sujeta la estructura de los paneles solares salta y comienza a salirse el machihembrado de los tubos superiores.
Como puedo con el,cabo de la grúa amarro las piezas y justo en ese momento se desenrosca el génova que comienza a gualdrapear sin control con casi la mitad de la vela fuera cuando consigo frenar la salida, quemándome las manos con la fricción hasta que consigo enganchar el cabo del enrollador en el Winche y comienzo a cazar cabo rogando a Dios que no se rompa el cabo y se salga toda la vela ( una génova de 145 % J).
Comienzan los relámpagos y le digo a Lola que me mira horrorizada desde la puerta que corte toda la electricidad y compruebe que todo está trincado dentro. Afuera afortunadamente la auxiliar está sobre cubierta y con todas sus trincas colocadas.
Los relámpagos me dejan ver que en el barco de al lado luchan con el toldo y la funda de la mayor y tratan de impedir que una motora que navega a la deriva boca abajo nos golpee. Me sale sangre de una herida que supongo que me ha abierto el hielo en la cabeza, o me he golpeado con la estructura, o algún palo de los que vienen volando.
Sigo recogiendo vela y en uno de los golpes de escora de una racha, el viento se va al través y la vela se engancha en algún herraje de la motora que tengo al otro lado del finger y.. se produce un desgarro del tejido que con los gualdrapazos rompe en muchas tiras la vela, que queda enroscada gracias al refuerzo que supone la protección ultravioleta compruebo amarras, nudos escotas y todos los pianos y se me acaban las ideas de que mas puedo hacer.
El viento se calma casi de repente y deja de caer el granizo. Estoy molido a golpes y muerto de frío, pues me ha pillado con solo un pantalón de deportes y tiemblo por mas que Lola trate de revivirme frotándome con una toalla.
Pasado un tiempo prudencial y comprobado que la calma no es el ojo de la tormenta, me meto dentro del barco a entrar en calor y es solo entonces cuando soy consciente del peligro al que hemos estado sometidos.
Pero es en plena resaca, cuando amanece y vemos lo que tenemos alrededor cuando nos damos cuenta del alcance de la tormenta que nos ha pasado por encima,
Lo que mas nos impresiona es que ha desaparecido el bosquecillo que había entre el puerto y la playa. Ahora vemos el mar y los dos edificios aplastados por los árboles, barcos hundidos, palos partidos. Hay incluso un finger que ha volado y caído sobre un barco. a otro le ha dado la vuelta. El parque donde había un juego de niños y un pequeño cine al aire libre, está arrasado. barcos que estaban varados han caído de sus cunas.
Empiezan a llegar noticias y se habla de varios muertos y multitud de heridos. El viento ha tirado abajo varias torres del servicio de alta tensión y no hay electricidad en toda la península. El supermercado está cerrado toda la marinería está tratando de despejar la zona de arboleda que ha caído sobre la carretera de acceso.
Tenemos varias roturas en la madera que cubre el trancanil, han reventado dos defensas, han desaparecido las cazoletas del anemómetro y el indicador de viento, se ha arrancado un perfil de protección de acero de la regala, que afortunadamente encuentro sobre el finger. Los tirones sobre las cornamusas de popa han hecho que los soportes tengan holgura. El toldo de la auxiliar ha desaparecido y la vela ha quedado completamente destrozada.
Pero lo pero es nuestro estado de ánimo. Es la primera vez que sobre el barco pienso en que todo se puede acabar al minuto siguiente. He pasado miedo. No cuando estaba tratando de salvar los muebles sino después, mientras Lola trataba de hacerme entrar en calor.
Os dejo algunos enlaces a los artículos que sobre el tornado publico la prensa mundial. No puedo pensar en otra cosa que en lo afortunados que hemos sido.
Noticia en la prensa
el universal
Con la gente
ABC
Las provincias
Los que navegamos por Grecia sabemos que antes o después nos van a coger vientos de 50/60 nudos de los
meltemis. pero la falta de camino hace que las olas no sean excesivamente altas y todo se suele saldar con algún toldo roto y algún garreo inoportuno si estás fondeado.
Pero ¿ Un tornado? La prensa Griega hablaba de vientos que llegaros a 300 km por hora y el anemómetro del barco salió por los aires dejando un record de 90 nudos ( unos 176 km/h) en la pantalla.
Estábamos, afortunadamente, atracados en una marina de altos vuelos. quizás la mas cara de Grecia, la marina de Porto Carras, amarrados a un finger por la banda de babor, con dos cabos por la popa a mas de medio metro del muelle y cuatro defensas por banda y "sprints" desde la cornamusa del centro hacia roa y popa.
Veíamos en la TV una película y acabábamos de cenar. serian com las 11 de la noche y el viento se mantenía sobre los 20/25 nudos, cuando de repente notamos como si algo hubiera golpeado contra el mástil y comienza el tamborileo típico de las gruesas gotas de agua. en ese momento se apagan todas las luces del puerto y salgo al exterior a ver que pasa y le digo a Lola que meta al perro en un camarote para que no salga a la cubierta.
Como puedo con el,cabo de la grúa amarro las piezas y justo en ese momento se desenrosca el génova que comienza a gualdrapear sin control con casi la mitad de la vela fuera cuando consigo frenar la salida, quemándome las manos con la fricción hasta que consigo enganchar el cabo del enrollador en el Winche y comienzo a cazar cabo rogando a Dios que no se rompa el cabo y se salga toda la vela ( una génova de 145 % J).
Comienzan los relámpagos y le digo a Lola que me mira horrorizada desde la puerta que corte toda la electricidad y compruebe que todo está trincado dentro. Afuera afortunadamente la auxiliar está sobre cubierta y con todas sus trincas colocadas.
Los relámpagos me dejan ver que en el barco de al lado luchan con el toldo y la funda de la mayor y tratan de impedir que una motora que navega a la deriva boca abajo nos golpee. Me sale sangre de una herida que supongo que me ha abierto el hielo en la cabeza, o me he golpeado con la estructura, o algún palo de los que vienen volando.
Sigo recogiendo vela y en uno de los golpes de escora de una racha, el viento se va al través y la vela se engancha en algún herraje de la motora que tengo al otro lado del finger y.. se produce un desgarro del tejido que con los gualdrapazos rompe en muchas tiras la vela, que queda enroscada gracias al refuerzo que supone la protección ultravioleta compruebo amarras, nudos escotas y todos los pianos y se me acaban las ideas de que mas puedo hacer.
El viento se calma casi de repente y deja de caer el granizo. Estoy molido a golpes y muerto de frío, pues me ha pillado con solo un pantalón de deportes y tiemblo por mas que Lola trate de revivirme frotándome con una toalla.
Pasado un tiempo prudencial y comprobado que la calma no es el ojo de la tormenta, me meto dentro del barco a entrar en calor y es solo entonces cuando soy consciente del peligro al que hemos estado sometidos.
Pero es en plena resaca, cuando amanece y vemos lo que tenemos alrededor cuando nos damos cuenta del alcance de la tormenta que nos ha pasado por encima,
Lo que mas nos impresiona es que ha desaparecido el bosquecillo que había entre el puerto y la playa. Ahora vemos el mar y los dos edificios aplastados por los árboles, barcos hundidos, palos partidos. Hay incluso un finger que ha volado y caído sobre un barco. a otro le ha dado la vuelta. El parque donde había un juego de niños y un pequeño cine al aire libre, está arrasado. barcos que estaban varados han caído de sus cunas.
Empiezan a llegar noticias y se habla de varios muertos y multitud de heridos. El viento ha tirado abajo varias torres del servicio de alta tensión y no hay electricidad en toda la península. El supermercado está cerrado toda la marinería está tratando de despejar la zona de arboleda que ha caído sobre la carretera de acceso.
Tenemos varias roturas en la madera que cubre el trancanil, han reventado dos defensas, han desaparecido las cazoletas del anemómetro y el indicador de viento, se ha arrancado un perfil de protección de acero de la regala, que afortunadamente encuentro sobre el finger. Los tirones sobre las cornamusas de popa han hecho que los soportes tengan holgura. El toldo de la auxiliar ha desaparecido y la vela ha quedado completamente destrozada.
Pero lo pero es nuestro estado de ánimo. Es la primera vez que sobre el barco pienso en que todo se puede acabar al minuto siguiente. He pasado miedo. No cuando estaba tratando de salvar los muebles sino después, mientras Lola trataba de hacerme entrar en calor.
Os dejo algunos enlaces a los artículos que sobre el tornado publico la prensa mundial. No puedo pensar en otra cosa que en lo afortunados que hemos sido.
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