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jueves

23-06-2011 Kastos a Astakos

 Desde Kastos nos dirigimos a Astakos, un puerto que nos han recomendado porque hay comunicación con Atenas por autobús para dejar a Jesús.

Pero la información que nos han dado es incompleta y el autobús es solo uno al día y no llega a enlazar a una buena hora con el aeropuerto. Así que no llegaría a tiempo, cosa que hubieramos conseguido fácilmente unas millas mas abajo en Mesolongi con autobuses cada hora.
Tras negociar apresuradamente alquilar un coche,(150 Euros) tomar un taxi (350 euros), encontramos una solución que nos brinda el "WaterMan", casado con una colombiana y que chapurrea castellano, y es compartir un taxi con otras personas por solo 100 €.

Es la vez que mas nos ha costado desplazar a alguien hasta Atenas y encima en un puerto donde no hay casi de nada. Nos han metido en una ratonera, salvo por el atraque que es gratuito. Pero al fín todo se soluciona.
Así que despedimos a Jesús que ha sido un compañero de los de recordar para siempre y al que desde ahora contamos entre nuestros amigos y sabemos que volveremos a ver en nuestro barco.

Como suelo acostumbrar, le he pedido que haga su comentario de los dias pasados con nosotros y tal como lo escribe lo transcribo.
Jesús dixit:

Huyendo de las ofertas de una semana de playa a todo incluido, encontré una nota donde se ofrecía compartir un velero por las islas griegas. Después de un breve intercambio de correos aterrizaba en Corfú.

Debo aclarar que nunca había navegado quitando las excursiones de turista de un día y un viaje en un crucero, no sabía si me iba a marear o qué iba a encontrar pero con una mente abierta me lancé, no a la piscina pero sí al mar.
Desde el primer momento todo fue bien, en Alberto y Lola he encontrado a unos amigos que no conocía, desde el principio buen entendimiento y una relación muy cordial.
El barco, un buen velero preparado para cualquier aventura sea con el mar o culinaria, fue una gran alegría ver un jamón, así como hubo muy buenas comidas regadas con vinos y sidra que fui degustando a lo largo de la travesía.
Del viaje propiamente dicho ¡qué contar!, sitios precioso con casitas pintadas que parecían de cuento, en cada recodo de las islas calas solitarias invitaban a un baño con  aguas transparentes, colores del mar del verde turquesa al azul intenso y buen tiempo.
Sobretodo mucha relajación y tranquilidad, da igual ir a un sitio que a otro, sin prisa, estamos bien nos quedamos, pero sin un momento para el aburrimiento, ver el paisaje, otros barcos, todo era noticia que iba cambiando al instante, con la luz, otro barco que entra, otro que se va…todo un espectáculo.

Con Alberto aprendí nociones básicas de un barco, con Lola labores de marinería, y de los dos, clases de buena cocina.
Por el camino conocimos a gente con quien compartir el día con una buena botella de vino, es un placer lejos de tu tierra en un entorno paradisíaco poder disfrutar de buena compañía y algo de tu origen.

Resbalando por las islas Jónicas vistamos lugares desconocidos para el mundo en general y otros conocidos como la isla de Skorpio del millonario Onasis, o la famosa Ítaca hogar de Ulises, llegamos a la realidad y encontrarme un día que el sueño se acababa y tenía un avión que me llevaría a la realidad.

Me llevo un muy bueno recuerdo, el conocer la vida en un barco, los paisajes, esos baños en cualquier parte, me gusto mucho convivir con Alberto y Lola, las enseñazas y filosofía de Alberto, y las charlas después de cenar con Lola, todo ello con un punto de aventura y algo nuevo en un entorno casi mágico.
Desde aquí os quiero agradecer unas de mis mejores vacaciones, GRACIAS, se despide hasta pronto, un amigo.

Jesús

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