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lunes

01-06-2009.- Camino del Gran Sur Tunecino

Son las seis de la mañana cuando suena el despertador, pues hay que estar a las siete en el hotel "Les palmiers", pero las siete de "ellos", que a pesar de estar en un sitio donde el sol sale mas de una hora antes, sin embargo no hacen ninguna corrección y son las 05:00 así que nos toca esperar mas de una hora a que llegue nuestro autobús, que con dos guias ( Español e Ingles uno y Ruso y Turco Otro.



La primera parada es en el circo o anfiteato de El Jem, que es uno de los mejor conservados del mundo con el de Roma. Actualmente se ha recostruido uno de los graderios y se utiliza para un festival de música clásica que tiene fama internacional. La acústica es sorprendente.

A partir de aquí kilómetros y kilómetros de una mala carretera en un mal autobús. Su suspensión inexistente hace que ante cualquier maniobra, el cacharro se incline, oscilando, durante un gran rato. paramos a Café y luego a comer en Medennie.

A primera hora de la tarde visitamos una zona de casas trogloditas, como la que sale en la Guerra de las galaxias, rodada en estas tierras. Son como las de Guadix o el Sacromonte, pero con la particularidad de estar peerforadas en torno a un patio central donde se hace la vida.

La que visitamos, perforada en un manto de barro duro, no tenía nada de particular. Salvo el folclórico atuendo de la dama de la casa, todo tenía un aire de superficial "chapucería" que denotaba la superchería de la visita.

Realmente nadie vive en ellas y las que se conservan utilizadas no se enseñan. Por otra parte, cada vez que llueve, al ser de barro, se desmoronan. La población se va asentando en pueblos como Matmata o emigra a las grandes ciudades


En Keili entramos en contacto con el Sahara y sus dunas de arena, que van adueñandose del país. Responsables, las cabras, solución plantar para frenar el avance de la arena. Batalla que de momento vamos perdiendo

En Kebili nos ponen una chilaba que ni se sabe desde cuando "Chi lava" y un trapo a la cabeza a modo de turbante y nos plantan encima de un camello. La silla está puesta de "aquella manera" y la única forma de llevar las piernas es colgando. trato de poner las piernas como me enseñaron en Egipto y debo abandonar para no discutir con el camellero.

Tras de un viaje de mas de una hora por la arena llegamos a un grupo de palmeras, donde los de viajes caros pueden descender un rato. Nosotros, de mas bajos emolumentos, damos media vuelta y seguimos.
Ahora entiendo que a "Laurenz de Arabia" no se le conozcan novias ni descendientes. Me he pasado casi dos horas sentado sobre los restos de mi "glorioso pasado" y cuando desciendo del camello, dudo de que me quede futuro


Sorprendo a los camellos con una sonrisa que seguramente es por la pinta estrafalaria que llevamos y la paliza que nos han dado. Algunos de los transeuntes esconden una de sus manos en la chilaba recomponiendo la maltrecha situación.
Dormimos en Douz, en un buen hotel de cuatro estrellas, donde cenamos como es normal en estos establecimientos. Mal

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