El fondeo en Korfo es muy seguro, la bahia está muy cerrada a los vientos predominantes, así que hay varios sitios libres en el muelle, pues casi todo el mundo prefiere fondear y que no te metan en el barco las mesas de los restaurantes. Dormimos toda la noche de un tirón, despues de hacer un corto paseo por el pueblo. A la mañana siguiente levantamos el fondeo y salimos en demenda de cercanía a Atenas. La embarcación auxiliar ya no acepta reparaciones, y ha comenzado d despegarse las lonas de refuerzo de los tubos. Comprada en el año 2000, ha durado 9 años de usos intensivos a base de cuidarla mucho. Era una Quiq Silver 300 y nos ha dado muchos problemas de despegues de piezas, rotura de soportes de bancos, remos corrompidos por el salitre... No son de buena calidad, como casi todo lo que es PVC. El Hipalón o el neopreno hacen mejor función , pero son mucho mas caras y difíciles de encontrar. No hay fotos de esta travesía, que ha sido muy relajada, con entrada en varias calas en Angisgtri, como la que hay entre el islote del SW y la isla y una parada a darnos un baño en agua a 31,5 grados, que casi no refresca, y limpias como el cristal. Poco a poco sube el viento y ponemos proa al puerto de Aigina, donde hay agua y electricidad. La idea es dejar el barco alli y en un ferry ( 20 minutos) cruzar a Atenas para utilizar el domingo en ver el Acrópolis y comenzar a buscar una nueva embarcación auxiliar. En el puerto hay dos zonas. Una que es como una pequeña marina y el consabido muelle público. Optamos por el segundo y alquilamos una llave electrónica que nos permite las conexiones de agua y electricidad. 9.80 € por el barco y 10 € por los servicios. Hay un caos de embarcaciones muy notable. Las pequeñas motoras de 6-7 metros se cuelan en cualquier sitio y estamos todos como sardinas en lata. Hay aviso de que se aproxima el Miltemi y todo el mundo busca refugio.
Al norte de Aigina o Egina hay una marina seca, donde por 100 Euros al mes se puede dejar el barco, tomamos nota, pues seguramente y a la vista de lo visto, y que vamos a volver, puede que no nos sea interesante el devolver el barco a España.
¿¿Sería el primer paso tímido para soltar las amarras par siempre??