La emtrada en Grecia la hacemos atracando el barco en Mandrakis y caminando (una buena caminata) hasta la central de policia y autoridad portuaria que está al final del puerto, de donde salen los ferrys que cruzan a Albania. Trámite sencillo pero tedioso pues nos hacen esperar a que embarquen los pasajeros deun ferry casi una hora.
Aprovechamos para comprar las piezas para recosntruir el tubo de alimentación de gasolina del motor de la auxiliar. Tenemos que visitar tres tiendas para dar con todas las piezas. No quiero ni pensar que el problema nos hubiera surgido en Albania.
Continuamos viaje despues de haber visto por la noche "Master Chef", que descargamos de la web aprovechando la señal¡¡¡de la telefonía Albanesa!! que se recibe aún en Corfú.
Y llegamos al destino previsto, una cala situada en el continente en las cercanías de Parga y en la que paramos a refugiarnos el año anterior con un fuerte norte. y a la que prometimos volver.
Un sitio tranquilo y sin nada de nada salvo rocas y playas que...estaba invadido por una flotilla. Uno de los terrores a los que nos se enfrento Odiseo.
Un grupo de improvisados navegantes, sin apenas conocimientos de lo que es un barco apacentados por un par de chavales con poco mas de conocimiento que sus rebaños. Ruidosos e inquietos. Drizas que suenan, auxiliares que corren, llamadas a voces y una barbacoa en la playa que les frustra la lluvia de cada tarde.
Es muy curioso como atracan. Llega el barco Capitán y fondea llega el segundo, que se le abarloa y el "pastor" con la zodiac les hecha el ancla a unos metros y así sucesivamente. De algunos de entre ellos les coloca un ancla por la popa. Todos los barcos se amarran entre sí y forman como una isla.
Por la mañana se marchan y nos dejan esta maravillosa cala solo para nosotros ( y alguno mas) Hcemos una buena cosecha de bigaros y algún erizo que se escondió mejor que sus hermanos. La zona se ve muy castigada y es que cada vez hay mas degustadores de tan suculento manjar.
Me llevo un buen susto cuando me tropiezo con un pescador submarino que se mueve entre las rocas arrastrado por una moto submarina. Le observo un rato. La ventaja de la velocidad del pez para salir del alcance de los fusiles se ha quebrado, aunque no lleva colgando de la boya nada que merezca la pena ser comido por algo mayor que un gato.
El agua por fin está a una temperatura decente (mas de 28 grados) y se puede soportar con cierto escepticismo por nuestra parte.
Se nos ha hecho real lo de "Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sallo" y hemos vuelto a contradecir al "De los cuarenta para arriba, no te mojes la barriga"
Sitio chulo .chulo. Las coordenadas las teneis en el fichero que he colgado hace días sobre el Jónico. Nos quedamos un par de dias.