Pero todo sea por tener el barco a buen recaudo por el módico precio de 5 €diarios mas 250 € del movimiento y limpieza. Y todo ello en una cuna de acero especial para mi barco y con el deshumidificador conectado a la electricidad.
Todo muy lejos de los casi 7000 € anuales que me han pedido en Marina Benalmádena por conservar mi amarre de toda la vida, ahora que ha vencido la concesión.
Vuelvo a oir , una vez mas, aquel grito desgarrador que en los maratonianos examen de Ingreso de Arquitectura donde se luchaba contra el tiempo en pruebas que duraban varios días, varias horas al día. (Aclaro, por si hay algún joven lector, que después de un complicado curso Preuniversitario, se hacia primer año de comunes de ciencias llamado Selectivo para luego enfrentarse al curso de ingreso donde 2000 estudiantes optaban a las menos de 200 plazas disponibles para seguir los cinco años de carrera)
El grito en cuestión era "ESTO SE ACABA Y NO HAY QUIEN LO PARE" Vaticinando que todos los que no terminaran el ejercicio se quedarían fuera.
Y es algo que voy escuchando cada vez mas a menudo y a lo que, que remedio, me voy acostumbrando.
Grecia me recibe con una caída de la temperatura de cerca de 22 grados, Atenas cubierto por la nieve, viento fuerte y una soberbia nevada en los montes de Epidauros, donde a duras penas puedo mantener la cámara quieta por culpa del viento.
Afortunadamente el barco está totalmente seco por dentro. La cama, que he dejado hecha en septiembre, no está ni húmeda ni huele a nada. Solo tengo que cambiar de deshumidificador a calefacción y en media hora estoy durmiendo como los angelitos.
Por la mañana buenas y malas noticias. La raspadura contra una roca del casco, no ha afectado al Gelcoat y con solo imprimación y patente quedara perfecto.
Esa vez voy a recurrir a u n profesional para limpiar la obra muerta, que, sobre todo en la proa, está mas amarilla que blanca además de eliminar las letras de la matrícula española, que al no volver a España ya no me interesa conservar, pues las dificultades de todo tipo que impone la DGMM y lamentándolo mucho, la próxima bandera será Polaca.
También voy a sellar la junta de casco y cubierta bajo el trancanil de madera, punto débil de los babarías de esta época y por donde he tenido alguna entrada de agua con mar muy picada que llegaba hasta la borda. Que aunque diga el tango que "Veinte años no es nada" son un montón.
Una de las labores a hacer este viaje es sustituir el ánodo de la hélice del barco, Bronton, que es la joya del barco, no solo por las velocidades que se alcanzan o la ausencia de caída lateral al dar marcha atrás, sino que una vez pasado el tiempo, creo que es una de las causas de la longevidad del motor, al permitir llevarlo siempre muy poco forzado de vueltas ( menos de 1.800 r.p.m.)
El tiempo no acompaña para hacer reparaciones en cubierta y una avería en la conducción eléctrica de la nevera se lleva mi tiempo, aprovechando las calmas para ir colocando toda la jarcia de labor, que se ha retirado y sustituido por guías, como cada año y que convenientemente lavadas, revisadas y plegadas esperan a cubierto volver a su sitio.
Pero el año pasado se rompió la guía de la trinqueta y aun no la he pasado de nuevo. A finales de la campaña pasada me quedé esperando casi una semana a que llegara un conocido ( bueno, eso creía yo) pero me dejó tirado y con la avería pendiente. Creo que en otra entrada del blog he contado mi pánico a estar colgado de un cabo desde mi experiencia escalando el Naranco de Bulnes, y por tanto el problema sigue pendiente.
Pues para completar el panorama al ir a reponer la driza del Spí, la driza que sin llevar spinaker mas utilizamos en el barco ( subir zodiak a cubierta, meter cargas al barco, trasladar garrafas de gasóleo hasta la popa, etc) el cabito guía se ha metido entre la roldana y la pared. La culpa es mía pues he utilizado un cabo muy resistente pero de poca sección. Así que ya tengo dos drizas enganchadas y nadie que me ayude. Aparte hay que tener en cuenta que en muchos varaderos no dejan subirse al palo y solo puedes usar la alternativa de desmontar el palo con una grúa o alquilar un "cesta" de las de cambiar luces en los farolas.
A estas alturas la fiebre y el malestar general me hacen pensar que he cogido el Covid. Me hago un test y da negativo, Pero me paso los tres últimos días metido en la cama y atiborrado de paracetamol.
La misma noche de mi llegada a casa Lola me lleva a Urgencias y me diagnostican una Bronquitis de caballo percherón, que me durará varias semanas.
Había otro grito típico de la Escuela de Arquitectura. Cuando a alguien se le caía un tablero, una silla o alguno de los pocillos de porcelana donde preparábamos las tintas, tras el estruendo en el silencio del aula, grandísima aula se escuchaba la voz desgarradora " UNO MENOS" y a mi se me estan cayendo odos los palos del sombrajo.