Un vecino de atraque, argentino radicado en Italia, nos comenta que hay un nuevo puerto en la cara oeste de Skopelos. Neo Klima. El puerto se ha construido tras del derrumbe por un terremoto del puerto base de la isla, el de Loutraki, a los pies de Glossa, la capital de la isla, a unas pocas millas mas al norte.
Y agotados después de una noche de ruidos, cohetes, bocinazos y saltos por culpa del ferry, nos dirigimos a darle un vistazo.
La sorpresa no puede ser mas agradable. Un amplio muelle, ocupado por dos barcos, limpio y cuidado, con una playa a menos de veinte metros de la popa. Un pueblecito de vacaciones, donde encontramos, Supermercado, panadería , carnicería y pescadería, con un surtido mas que suficiente para salir del paso.
La llave de agua y electricidad se compra en el primer restaurante que se encuentra caminando por el muelle y que forma parte de un grupo de ellos ( de los cuales este, a pesar de lo amables que son los dueños, no es el mejor, mas bien al contrario).
Se nota que el enclave se prepara para la avalancha del verano y por todos lados hay operaciones de limpieza, pintura y desbrozado de maleza.
Nuestro perro corre, salta y se mete en el agua. Quiere jugar con todo y con todos. Sobre todo una pelota de tenis, su pelota, es para él como una obsesión. Cometemos el error de tirársela al agua, y al cogerla traga agua y eso le causa descomposiciones, así que tratamos de separarlo del agua salada, pero en cuanto se siente un poco caluroso, se mete en el agua y se tumba, luego se reboza por todos lados de arena, se acerca a nosotros y se sacude con ganas. Así que volvemos al barco todos rebozados como croquetas.
Cambiamos el recorrido y caminamos con el por las amplias y tranquilas zonas verdes, recién podadas y nuestra inexperiencia de urbanícolas nos hace descubrir que entre la maleza hay unas semillas, que se enredan entre las lanas de Drako, sobre todo en la lana de cachorro que está perdiendo para sustituirla por su manto de adulto, mas fuerte. Sacamos cientos y cientos de entre su pelos, pero una de ellas se le queda en la articulación de una pata delantera y le produce una herida considerable.
Así que no podemos darle excesiva libertad, pues además a adquirido la costumbre de querer jugar con todos los pies de cualquier viandante, En particular le llaman la atención mucho los dedos gordos que asoman por las sandalias. La mayoría de las personas reacciona respondiendo al juego del cachorro, pero también hay personas que se asustan o simplemente que les molesta y tenemos que estar siempre atentos.
Los barcos vienen y van en los días que permanecemos amarrados, Incluso llegan flotillas enteras, pero siempre queda sitio.
Lo cierto es que este año aún no hemos fondeado ni una sola vez y hemos encontrado sitio sin problemas mayores en todos los puertos. Está siendo un año atípico para nosotros, pero la travesía está resultando muy agradable hecha en esta forma.