Vamos a aprovechar que no parece que haya demasiada acumulación de barcos para dar una vuelta por las islas Cicladas.
La travesía inicialmente la habíamos programado para pasar la noche en Cabo Sunion, y subir hasta el templo de Zeus a ver la puesta de sol, que se promete espectacular.
Pero el viento está de SW y el fondeo esta muy movido e inconfortable, así que nos hemos de limitar a sacar unas fotos y continuar viaje a la búsqueda de un puerto que nos proteja del oleaje para pasar la noche.
Así que nos dirigimos hacia kea y en Kea al puerto de Korissia, donde llegamos sobre las seis de la tarde y con el puerto prácticamente vacio.
Una especie de milagro, pues en anteriores ocasiones hemos tenido que recurrir a atracar en el muelle pesquero en el otro extremo de la ensenada e incluso tener que fondear.
Apenas ha crecido la aldea en estos años que no hemos venido a esta isla, de poco mas de 1800 habitantes y lo que parecen casas de vacaciones están todas cerradas.
Al llegar a tierra nos espera un camarero del restaurante que hay frente al muelle "Magaces" que en perfecto castellano nos hace la presentación de su local.
Conectamos a una torreta de electricidad y nos vamos al restaurante a tomar una cerveza y conseguir la contraseña del Wi-Fi. El camarero, un gran profesional, nos cuenta que se fué a E.U. a aprender ingles y cayo a trabajar en una zona de florida donde solo había mejicanos y cubanos.
Al final terminamos cenando en el restaurante antes de retirarnos al barco, donde nos retiramos a descansar después de uno de esos días que son el sueño dorado de nuestros viajes.
Buenos vientos, buena mar Atraque en un sitio tranquilo y contacto con los personajes locales que nos cuenten un poco de su país, de sus cosas.
En concreto este nos ha dado una "master clas" sobre los vinos blancos de Grecia.