Todo está preparado para poner el barco en el agua. Hemos cambiado el aceite, los ánodos, dado una mano de imprimación a parte arañada del casco y han procedido a limpiar a fondo y pulir la obra muerta, que con el paso del tiempo se ha puesto un tanto amarillenta y también le hemos eliminado los rótulos de la matrícula, una vez tomada la decisión de que no vamos a volver a llevar la matrícula española.
El trabajo nos lo hace un Griego que habla español pues ha trabajado unos años en Palma. El trabajo no es demasiado bueno, aunque tampoco ha sido caro. Es el peaje que hay que pagar en el varadero de Lekkas Shipyard en Kilada, del que nada malo hay que decir en cuanto al trato al barco. con un magnífico y potente travelif, Un grupo de cuatro operarios, Kostas Lekkas, el propietario y habilísimo conductor del pequeño tractor con que mueve los barcos, una vez colocados desde el travelif, conducido por su hijo y dos trabajadores,
Manolis y Nikos, a los que voy a echar de menos pues creo que se jubilan este año. Son los encargados de apuntalar y ajustar los pies regulables de la cuna metálica donde ha descansado el barco todo el invierno, ocho meses.Se que el tema de dejar el barco en Grecia abre las dudas de donde y cuanto, con una larga cadena de preguntas sobre temas muy diversos. Hay muchos varaderos y muchos sistemas de sacarlo del agua Grua, Travelif, Tractor y muchos sistema para dejarlo apuntalado a dormir en seco. Yo después de evaluar las diferentes ofertas he descartado algunos, por motivos que pueden ser muy personales y me he quedado en este pequeño varadero, muy familiar, al lado de un gigante de la varada como es Vasimipoullos, lo que me supone algunas pegas, como que el gigante no quiere que los trabajadores, independientes, trabajen en Lekkas, con lo que a veces tengo que recurrir a esperar a estar en el agua y amarrado a algún puerto para obtener algunos servicios.
Muchas veces recibo preguntas sobre este tema y a través del correo o del blog y aprovechando que hay formado un grupo de WhatsApp de navegantes de habla Española, hemos tratado de hacer una base de datos con lo que vamos sabiendo de los varaderos usados, pero parece que ha caído en saco roto. Hay poca predisposición a trasladar experiencias.
Al poner el barco en el agua y tratar de dar avante para dejar el barco abarloado en el exterior del canal del travelift, la hélice no responde. Parece que no he esperado suficiente para que retiraran los plásticos de protección de las bragas y los he enganchado. Saco mi equipo de buceo para ir a dar un vistazo y...no soy capaz de enfundarme el traje de neopreno de 6 mm. La barriga invernal se niega a entrar en el interior y tengo que desistir de esa protección con el gua a poco mas de 16 grados en este primer baño del año, que me pilla muy tarde si aplicamos lo de que de los cuarenta para arriba no te mojes la barriga. Así que tengo que recurrir a un traje de surf mas ligerito que apenas me tapa las albaidas. Ya en el agua vemos salir un trozo de plástico de varios metros flotando y la inspección ocular no indica nada y se ve como las palas de la hélice Bronton hacen los movimientos necesarios para acoplarse al paso y ahora si impulsan el barco.Ya solo nos queda esperar que llegue el griego del pulido que se ha ofrecido a subir al palo a pasar las guías de las drizas que se han partido, pero parece que se lo ha pensado y me dice que el me ayuda a subir a mi, que el no sube. Tiramos por la calle de en medio y lo vamos a hacer nosotros solos.
Kosttas, escurre el bulto y dice de llamar a una grúa con una canastilla como las que se usan para reparar farolas. No hay manera de encontrar un Griego que quiera hacer ese trabajo. Yo le tengo pánico a estar colgado de un cabo, así que le toca subir a Lola a recordar sus tiempos de espeleología.
Hasta ahora siempre que hemos tenido que trabajar en el palo hemos utilizado como tractora la driza del Spinaker y como seguridad el amantillo de la botavara. pero no como tractora, pues el tiro lo hace desde la parte de popa del palo y estamos trabajando en la parte de proa.
Para elevar a Lola, cómodamente sentada en la guindola me ayudo de una palanca eléctrica de la que ya creo haber hablado anteriormente y que con una fuerza de 140 KNT transforma en eléctricos los 8 Winches del barco.
Un hilo de nailon de pescar con una plomada y un alambre doblado en forma de garfio nos permiten pasar una nueva guía para la driza de la trinqueta. Pero Lola no tiene la habilidad ni la fuerza para sacar la guía que se ha encajado entre la roldana y la pared de la polea y no podemos poner la driza del Spi.
Curiosamente en el barco no llevamos ni spinaker ni genaker, pero es la driza que mas utilizamos. Desde subir y bajar la auxiliar a la cubierta, meter maletas al interior del barco o petacas de combustible de 30 l. del tambucho de proa a la popa.
Al final hemos habilitado el amantillo del tangón para estas funciones y tendremos que seguir esperando a encontrar una joven alma caritativa que quiera darse una vuelta por nuestras alturas. Al último que convencimos, Fernando del Ralip V, ha apagado su señal de AIS para que no lo localicemos. Y es que los años no pasan en balde.
¡Buenos vientos!
ResponderEliminarA mi siempre me ha ocurrido lo mismo, pero a Cristine la enseñe el oficio de mono, y subía como un cohete.
ResponderEliminarMe gustan tus comentarios.
Un abrazo y buena mar.