Desde la Marina de Govia, el autobús nº 7 nos lleva hasta el centro urbano de Corfú, y justo nada mas bajar en la central de autobuses ( algo tan sofisticado como una acera con varios autobuses en doble fila y un pequeño quiosco de venta de billetes), hay una tienda de Vodafone, donde contratar la SIM de Internet (25 Euros al mes, 300 horas). Y una papelería donde compramos El País, donde nos enteramos de otra barbaridad de los asesinos de ETA.
El centro de la ciudad conecta casi inmediatamente con la zona antigua, de trazado medieval, un tanto caótica, con los edificios en bastante mal estado de conservación.
De nuevo lo pintoresco de las calles queda tapado por los muestrarios de las tiendas, los carteles de los anuncios y los aparatos de aire acondicionado.
Lo mismo que he visto tantas veces en mi patria, ordeñar la vaca hasta que le salgan llagas en las ubres, pero no gastar nada en darla de comer y adecentarla.
Cada vez que levanto mi cámara tropiezo con que algo ajeno enturbia la foto que quiero sacar.
Así y todo la ciudad es bonita y se pasea sin agobios y poco a poco, como nos gusta a nosotros, vamos tropezando con esas pequeñas cosas que le darán un lugar único en nuestra memoria.
Como esa pequeña capilla ortodoxa, donde la señora que limpia, nos permite, como haciendo una diablura, entrar y curiosear y hacer "una sola foto".
O la pequeña joyería, donde encontramos a un artesano del esmalte. Una nueva salamandra aumentará nuestra colección, será la mas lujosa, pues es un camafeo, que se puede abrir pulsando la boca. Todas las escamas están hechas con esmalte sobre una base de bronce, y decorado todo con cristalitos de colores. Una belleza.
Comemos en un restaurante en el puerto pesquero. Una ensalada para dos y un plato surtido de carnes a la brasa ( achicharradas, al gusto griego) acompañando a una botella de REXINA, el único vino que me suena como griego de los tres que hay en la carta. De nuevo ha funcionado el Radar y el sitio es bueno, bonito y barato. Y lejos de los turistas...habituales.
Hay tres mesas de parejas y grupos de parejas. Parecen Albaneses y puede que lo sean pues se van corriendo a un barco que hace la travesía con un puerto de Albania, Sarandés. Hay algo que no deja de llamarme la atención. Piden la comida, viene la bebida para todos, refrescos para las damas. Viene la comida y... solo comen los caballeros. ¿Dieta? ¿Formula de ahorro? ¿Será por que es día par?.
Se lo hago notar a Lola y le propongo hacer algo similar. Me enseña "la peseta", y eso que las metálicas las cambiamos todas a su tiempo y forma. Lo dejo correr.
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