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03-05-2022 A Grecia con el perro y un jamón

Trasladarse a Koilada en Grecia desde Benalmádena en Málaga hoy por hoy parece muy sencillo con los vuelos aéreos y la liberación de las restricciones Covid.

Pero la cosa se complica cuando lo quieres hacer para cuatro meses y además llevar contigo esos repuestos que en Grecia no encuentras, quieres llevarte a tu perro y además una pata de buen ibérico para no perder los buenos hábitos alimenticios.

Ordenadores, telefonos, cargadores y ropa de entretiempo y verano, nos ocupan dos maletas de 23 kg mas dos maletines de mano que irán en la cabina y que cada vez las compañías están limitando mas y mas.

El equipaje no es el problema. Pagas, facturas y se acabó el problema. Según tu presupuesto tardarás mas o menos y podrás buscar vuelos directos.

Pero nosotros desde Málaga, solo tenemos vuelos directos a partir de finales de mayo y tenemos un compañero de viaje que nos impone algunas limitaciones. Nuestro perro Drako.


Lo cierto es que Drako se ha transformado en una pieza clave de nuestro entorno de familia. Ha de ir a donde nosotros vallamos o mejor dicho solo iremos a donde a él lo dejen ir. Y nuestro mundo no es demasiado amigable en muchos casos con las mascotas.

A partir de un determinado peso (creo que ocho kilos con jaula) no pueden ir contigo en la cabina y tienen que viajar en una jaula especial junto al equipaje, Aparte de cumplir algunas normas de morfología del perro ( digamos que los perros chatos- braquicéfalos- no pueden volar pues presentan anomalías respiratorias) deben hacerlo en unas condiciones de comodidad que implica que las condiciones del tamaño de las jaulas sea bastante grande, transformándose en un bulto difícil de manejar y almacenar.

Para cumplir las normas de IATA nuestro perro necesita una jaula de 90 x 60 x 58 cm ( mas alta interiormente que el perro a cuatro patas y la cabeza erguida y mas largo que el perro tumbado con las patas delanteras extendidas). Aunque he visto aceptar jaulas mas pequeñas para perros mas grandes, me parece una canallada obligar a nuestra mascota a permanecer varias horas, en un ambiente ruidoso y extraño desde que lo dejas en las manos del personal de tierra hasta que lo recoges en la sala de equipaje a la llegada.

Pensar en hacer un vuelo con enlaces es una locura y no da tiempo a intentar sacarlo un rato en las escalas.


Así que nosotros hemos optado por una solución que, ante la negativa de RENFE a que viajen los perros en Ave, es la que nos resulta mas cómoda. Viajamos en nuestro automóvil hasta Madrid, parando en donde nos apetece a tomar un café y que Drako, tumbado en su asiento trasero, se toma como un viaje mas, hasta llegar a un aparcamiento cercano al aeropuerto, donde un conductor nos lleva hasta la puerta de salida del aeropuerto y luego lleva el coche hasta el aparcamiento hasta nuestra vuelta, Nos resulta mas cómodo y barato que alquilar un coche. A la vuelta mismo proceso. nos va a buscar con el coche hasta la terminal.

Hoy por hoy a Lola y a mi nonos supone ningún esfuerzo conducir 600 Km de un tirón.

Al llegar a Atenas tenemos alquilado un coche, necesariamente grande para que quepa todo, en un Rentacar del que somos clientes antiguos, soslayando las pegas que por llevar perro o por tener mas de setenta años en muchas compañías supone un extra diría que abusivo.

Doscientos  kilómetros y tres horas mas tarde estamos en nuestro barco. Hemos salido de Málaga a las dos de la mañana y llegado a Koilada a las ocho de la tarde. No iremos al barco hasta el día siguiente, pues dormiremos en un apartamento cercano, pues aunque a día de hoy nunca hemos encontrado problemas una cama hecha y una ducha de agua caliente nos devolverán la vida. Aparte de ello las maletas se quedarán en el coche hasta que el barco esté en el agua, pues no me imagino a Drako subiendo por una escalera de mano o izando todas las maletas.

Otro problema de logística cada año es transportar un jamón, que es 10 cm mas largo que nuestras maletas, y que puede contaminar de grasa todas nuestras prendas. Para transportarlo recurrimos al siguiente truco. Mandamos cortar la parte de la pata, por la parte del hueso unos 20 cm que reservamos y lo embalamos todo en una doble bolsa al vacío, con lo que no solo puede entrar en la maleta si  soltar grasa, sino que además impide salir el olor, que lo pondría en el punto de mira de los amigos de lo ajeno. Además nuestras bolsas de viaje, con ruedas muy flexibles, para que luego puedan almacenarse fácilmente en algún tambucho del barco, las rodeamos de plástico y cinta de sellar paquetes, para proteger y marcar las nuestras.


Al llegar a su destino, mediante unos palillos y cinta americana volvemos a colocar la parte amputada que fijaremos con unas vueltas de cinta americana recuperando, como se puede apreciar en la foto el aspecto de  un jamón. Nuestros experimentos con jamón lonchado al vacío en blíster es decepcionante. Toma mal sabor. Y el jamón deshuesado de la marca Argal, ni se puede comer, pues la materia de origen es de una ínfima calidad.

Así que nuestro aspecto debe ser de lo mas célebre. dos ancianitos tirando de dos carros con cuatro maletas y la jaula desmontada del perro y un perro en dirección a las mesas de checking . Cualquier cosa alejada del Glamour de la gente de bien, pero es que ya es tarde para rectificar por muy de sabios que eso pueda ser.

Eso si un año mas os puedo decir "estamos de nuevo en Grecia"



 

1 comentario:

  1. Me encanta constatar el hecho de que adaptar el viaje a nuestro fiel amigo no es una carga. Siempre feliz con él, aunque haya que dar vueltas y rodeos. Cuca Tanit

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