La necesidad de hacer una compra mas seria de lo que permiten los pequeños centros del Peloponeso, nos hacen dirigirnos al Puerto de Gytheon, del que tenemos un mal recuerdo por el caos y desorden que reinaban. Sin embargo las obras en curso de ampliación del espigón han limpiado el lugar y el atraque es sencillo y además hay agua y electricidad gratuitos, unos bienes preciados por inexistentes en los puertos griegos.
Con el barco a buen recaudo nos dirigimos a la mítica Esparta y a la mas reciente Ciudad de Mistra.
Toda una lección de historia que analizada con atención deja fuera de contexto muchas de las demagógicas llamadas de los últimos días a conservar la cuna de Europa.
La Grecia actual nada tiene que ver con las grecias clásicas, su teogónia su cosmogonia, incluso su etnia apenas nada tienen de aquellas.
Es tan absurdo decir que los actuales griegos son los sucesores de aquellos griegos, como decir que los alemanes son los sucesores de los aztecas por que comen patatas.
Hay que preservar e investigar la historia, hay que extraer de ella todas las enseñanzas posibles, pero como se trata de la historia de la humanidad, nadie tiene derecho a apropiarse de ella y utilizarla demagógicamente. es tan falso hacerlo así como utilizar aquella frase de " Aprovechando que el Pîsuerga pasa por Valladolid...." para argumentar falsamente.
Mistra es una ciudad que crece sobre la desaparecida esparta y resultado de guerras y contraguerras de poderes que nada tienen que ver con la clásica grecia. Son las guerras por el dominio comercial del mediterraneo entre Francos, Venecianos y Otomanos y algún desmán de algún cruzado los que hacen aparecer esta ciudad, que junto con Nomenmbasia, Naplio, y otras muchas están en todo lo que se conserva de la edad media en este area del mundo.
Un caballero cruzado, tras saquear Constantinopla, se refugia en esta zona, tratando de impedir que le sean exigidos por la "troika" de entonces, Iglesia, Rey y Comerciantes los pagos comprometidos, cuando necesitó su ayuda para la aventura de rapiñar el mundo árabe y que ahora no quiere devolver. y da origen a la Peninsula de Morea y aparecen las ciudades fortificadas y una de ellas es Mistra, estamos sobre el año 1200.
Y Morea prospera y es codiciada sitiada y ganada por diferentes facciones del poder a lo largo de los siglos, siendo otomana en su final hacia 1850, en pleno auge de los nacionalismos, cuando se queda con ella una naciente Esparta nueva, que luego se unirá en ese conglomerado que toma el nombre de Grecia.
Volviendo al sitio arqueológico de Mistra, patrimonio cultural de la humanidad y protegido por la unesco se trata de un sitio muy interesante para hacerse una idea de como se vivia en aquella epoca, ya que se han cosnservado gran cantidad de edificios en muy buenas condiciones y se está haciendo una restauración inteligente.
Lo mejor conservado son las iglesias, hasta el punto de que en uno de los monasterios que visitamos nos llevamos la agradable sorpresa de oír un coro de voces femeninas cantando salmodias.
El convento sigue habitado, pocas monjas, pero "haberlas hailas". Las paredes están llenas de frescos (No seais mal pensados, de pinturas al fresco, esos otros "frescos" están en los parlamentos o esperando turno para entra en ellos)
El sitio es mágico. Exhala un clima de paz y sosiego indescriptible
El paseo por Mistra es duro, largas y empinadas escalinatas para ir de un sitio a otro, pero en cada rincón aparece una nueva vista sorprendente, con sus mezclas de estilos y soluciones constructivas
Cúpulas, arcos, contrafuertes, algunas cerchas y los espacios. Hacia el interior el recogimiento, la sombra. hacia el exterior los grandes espacios, la luz. pasa el tiempo sin apenas darse cuenta.
Pero es que además en la historia de estas ciudades se encuentra la semilla del pensamiento que acabó con la edad media. Es en estas ciudades, en esta en concreto, donde surge la idea filosófica del Renacimiento.
Haría bien Europa en buscar aquí sus orígenes y no en escritos, que nunca fueron aceptados, de un "filósofo" sin contrastar.
Muy recomendable darse una vuelta tranquila por Mistra. Mas aún si se hace una investigación previa sobre que es y que significa lo que estamos viendo. Hay un librito de Nikos Georgiadis, barato y esclarecedor.
Se sigue trabajando en la restauración. Ojala que se siga avanzando en ello