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lunes

11-07-2011 Kalamata a Limeni-Karavossios


El día 11 de julio, como todos los años hasta donde me llega la memoria, tengo que cambiar un dígito de mi edad legal. Así que ya he llegado a los 66 años, sin jubilarme, ni ganas de hacerlo a pesar de mi continuo trato con la administración pública, que me ha dejado mal sabor de boca, incluso nauseas muy profundas cuando pienso en mi hermana biológica, que ha encontrado en su prepotente cargo público el caldo de cultivo para pasar de lo mejor de mi primer apellido a lo peor del segundo. Afortunadamente por esa rama no se perpetúa mi apellido, - incluso se diluirá mas aún en una descendencia tan falta de moral como de espermatozoides -  un apellido que lleva por lema:

 "Et si oportuerit, memoriam tuam non te negabo"

Desde Kalamata salimos recorriendo la costa en un mar en calma total acercandonos a todas las ciudades, pequeños puertos y playas que vamos encontrando. Es aquí y en este trayecto cuando escribo sobre la sensación que me ha dado el Peloponeso, y que hoy, unos dias mas tarde se ha confirmado y reafirmado.

El pasisaje vacambiando progresivamente y desde la garganta de Kardamila, paraiso de los senderistas, a las peladas montañas de Limeni son un placer para los sentidos.
El estado de la mar nos permite acercarnos a la costa y a pesar de que no hay buenos tenederos para fondear (Mucha piedra suelta) nos permite encontrar algunas cosas curiosas, como las fuentes de aguas dulces de Levktron en medio del mar. Lo curioso es que cuando pasas por ellas notas la pérdida de flotabilidad y como si el barco se undiera en el agua.
Pueblos y playas se suceden con una invitación permanente a buscar alojamiento en ellas. No quiero volver a insistir sobre los sentimientos que me está causando el Peloponeso. Ahora es solo el tiempo de la imágenes.
Tranquila Trachilas.
Y unas millas mas al sur, cambia el paisaje y todo se vuelve piedra. Los pueblos pierden los colores y todo se mimetiza en piedra.

Al llegar a la ensenada de Limeni empiezan a aparecer una especie de fortificaciones, que no son otra cosas que "resort´s" de vacaciones, con casas económicas y ecológicas de adaptación al entorno y construcción en ladera de mucha pendiente.
Y reinando junto al mar Poerto Limeni, con su aspecto de castillo de Lego y su Wopo-Taberna (Taberna de Pescado) que nos ha sido altamente recomendada por nuestro guía en estas aguas, nuestro amigo Fernando.



Lamentablemente las condiciones de viento hacen inviable el fondearnos cerca de la taberna, donde además hay muchas lineas sueltas y bollas de amarre de particulares así que nos adentramos en la bahia y terminamos fondeados en la playa de Karavossios, a pesar de que había sitio en el pequeño muelle existe y por donde salimos con la auxiliar.

Y ahí salimos a cenar y celebrar este día tan singular y especial de mi cumpleaños y que por una vez justifica la fotografía del encabezamiento de esta entrada

sábado

09-07-2011 De Koroni a Kalamata

 De Koroni cruzamos a Kalamata a la búsqueda de una marina donde pasar el sábado y domingo para ver la carrera de fórmula I a las que somos aficionados.

Ni la marina, donde nos atienden fenomenalmente, ni Kalamata, una gran ciudad (mejor una ciudad grande) tiene para nosotros otro atractivo que la conexión a agua y electricidad que nos permitirá hacer la colada a fondo y pasear largo y tendido.

En las cercanias del puerto hay un parque en que se ha instalado un museo del ferrocarril, desgraciadamente tomado por los grafiteros que han dejado poco hueco sin cubrir.

Me sorprende que sea considerado arte algo que para expresarse empieza por destruir, así como que gente que cubre con sus rebuscadas caligrafias cualquier superficie luego se respetan entre ellos sin que jamás se le ocurra a otro grafitero cubrir el grafiti de un colega.
 Me apetecería en venganza coger un bote de pintura y embadurnar sus firmas, al estilo de como se deformaba la palabra PUTA de los primeros grafitis de la dictadura hasta transformarlo en BOTA o RUTA o  XXXX.

Enfín, dejemos que el tema sea tomado por los "agentes del orden" si es que nos queda de eso en nuestra sociedad decadente y enferma terminal.
 El museo para mi ha sido un encuentro agradable y me recordó mi afición a los trenes en miniarura y mis maquetas en los que malgasté mucho dinero, en cuanto lo tube, para mitigar ese hambre de niño que sueña ante los escaparates de las jugueterias mientras arrastra una locomotora de lata que solo tiene para desplazarse la cuerda de esparto (Aún le faltan años, incluida la mili desinformadora, para saber lo que es un cabo)
 Sorprende de Kalamata el que al llegar a la calle comercial, están todas las grandes firmas de la moda en sus lujosas tiendas. Pero yo prefiero quedarme de esos dias con el regalo del museo del ferrocarril.

viernes

08-07-2011 de Methoni a Koroni

Nos despedimos de Methoni, después de dar una vuelta pausadamente a las ruinas del castillo y de seguirla tradición de encontrar la mayor cantidad de leones alados, símbolo de las ciudades venecianas del pasado. Tengo contabilizadas 17 fotos diferentes, pero parece que me he quedado corto y hay muchas mas.



Pero no es una despedida para siempre, Lo que llevo visto y sentido del Peloponeso me hace sentir que son aguas a las que volveré cuantas veces me lo permitan tantas y tantas amarras como se van tejiendo en contra mía.
Muchas de ellas creadas por mi mismo y los errores cometidos en años anteriores, que son muchos. Unas veces por omisión y otras por acción, pero la mayor parte de ellas por exceso de confianza en la palabra de compromiso de los demás, a las que he dado siempre el mismo valor que a la mía.

Es una puerta que haré todo lo posible por que no se cierre, pues si así lo hace aunque siga vivo, será el final de mi vida.

Y que nadie se extrañe de estos comentarios. Voy narrando un viaje, mi viaje, y estos pensamientos y sensaciones forman parte del mismo y con las luces y las tinieblas, toman diferentes matices y a veces se llenan de contrastes y a veces los bordes quedan matizados y a veces delante de mi veo calmas y a veces tempestades.

Pero héteme aquí (La que me ha liado Psilicosis con lo del acento en la palabra "mas") narrando lo pasado y no haciendo ficción de lo por venir y ...

Subida fuese el ancora iniciamos singladura en demanda de la punta de Akritas con Céfiro soplando,  a ratos burlón, sobre la popa de nuestra nao y llegando endella, después de gobernalla, a la rada de Koroni.
El puerto es muy pequeño y está ocupado por infinidad de pequeñas embarcaciones locales y un nido de araña de cabos y amarras y boyas sueltas que hacen poco aconsejable meterse en camisas de once baras.

Así que fondeamos frente a los muelles del pueblo donde la profundidad de las aguas es de menos de un metro, pensando en salir a dar un vistazo por la tarde- noche con el fresco.

Pero hay un aumento del viento y tal como indica nuestra guía el fondo no es un buen tenedero, pues hay mucha piedra suelta y golpe a golpe vamos  garreando hasta que conseguimos que se clave en el fondo. La ausencia de calma en el viento no nos deja tranquilos como para saltar a tierra y permanecemos todo el día en el barco con las alarmas de garreo puestas y un par de marcas por si las moscas.

Lamentamos no poder acercarnos a la panadería que nos han recomendado ( y eso que en general el pan es muy bueno en Grecia) como una de las mejores y donde hacen una hogazas de pan de las que duran muchos días.

No es problema. Hay mucho que leer y mucho que escribir. Al final el viento cae por completo y dormimos sin ningún sobresalto.


jueves

07-07-2011 De Pylos a Methoni

De nuevo tenemos un día plácido de navegación a vela, esta vez muy lento, pues necesitamos casi tres horas para llegar a uno de los fondeos mas bonitos de nuestro viaje.

Pero no queremos fondear ya a las 11 de la mañana y nos vamos a ver algunos de los lugares que nos ha pasado nuestro amigo Fernando del yate Ralip V, un buen conocedor de estas aguas.

Las calas de Longos y Kolibri son nuestro destino para darnos un baño pero con diferente resultado. En Longos han colocado piscifactorias y como en casi todos los sitios donde miles de peces se dedican a comer, engordar y defecar, el agua está bastante turbia y la substancia en suspensión es muy sospechosa. Por otra parte toda la cala huele a la harina de pescado triturado con que lo alimentean. Una lástima pues la cala es en sí muy bonita y tranquila.

En Kolibri fondeamos en una playa junto a unas formaciones geológicas de estratos sedimentarios muy poco compactados y que parecen demoronarse con frecuencia. De hecho todo el acantilado está formado por rocas peladas, en las que aún no ha dado tiempo a formarse las incrustaciones de algas y demás que conforman habitualmente, con mejor o peor fortuna las costas del mediterraneo.
 Ya por la tarde volvemos a la ensenada de Methoni y nos vamos a dar una vuelta por el castillo a ver la puesta de sol

 El castillo, que por horario solo podremos visitar con mas detenimiento en la mañana siguiente, es una construcción de la época de dominio veneciano.

Uno de los juegos en esta construción es localizar todos los leones que en forma de bajo-relieves llenan sus paredes.

En el interior se hacen trabajos de restauración bajo la atenta mirada del escalafón de Comisario político->Director técnico->Responsable municipal->Director de escavación->Ayudante de dirección->Encargado de obras.->"Currante"

El currante se limita a, con ayuda de la alta tecnología que le proporciona una paleta de albañil, recolocar unas piedras caidas del forro de la muralla.

Naturalmente, falta todo lo que estaba construido en madera y la verdadera atmosfera que debía haber en esa gran explanada que encierra la fortaleza. Bueno, es que ya conoceis mis teorias sobre conservación de patrimonio.

De todas formas el paseo por sus piedras es agradable, no hay apenas gente y está todo bastante intacto. La torre que está construida en el final del espigón, carcel y lugar de vigilancia es muy indicativa de la importancia que debió de tener esta plaza para el control del paso por el Peloponeso del enemigo por excelencia de estas aguas. Los turcos


 Un pueblo muy lipio y de personas muy amables se encuentra en las inmediaciones de la Playa, y nos da la sorpresa de que incluso existen varios supermercados muy surtidos entre ellos un Carrefour´.

Y varias construcciones típicas de la Grecia de hace algunos años, que sin llegar al glamour de sus ruinas arqueológicas, nos dan una visión muy directa de como viven estas gentes en un sitio tan apartado de los centros de poder del pais.

Hay que pensar que estamos en el Sur y a la altura de Almería o Cádiz, pero en un pais de seis millones de habitantes. Apenas encuentro gente que hable Inglés y es dificil hilar una conversación.

Volvemos al barco que sigue reposando en esa balsa de aceite que es esta ensenada, dudando en si quedarnos unos dias en este sitio, tan tranquilo, tan acogedor.

Empezamos a pensar que Creta va a necesitar otro año. Dormimos como lirones.



miércoles

06-07-2011 Kiparisia a Pylos

La navegación entre Kyparisia y nuestro siguiente puerto es una delicia.

Desde el través hasta casi la popa con 15 nudos de viento mantenidos y haciendo regata con los italianos y el alemán, con el mar como un plato y corriente a favor.
28 millas que caen en menos de cinco horas paralelos a la costa y siguiendo el veril de los 20 metros de fondo. Ni tan siquiera el fondeo de la Isla de Toti nos hace parar en este día pleno de navegación a vela.

La llegada a la ensenada de Pilos es espectacular.

Hay que tirarse literalmente contra las piedras y cruzar por una boca natural de unos 50 metros entre altos picachos de rocas.

Y a partir de ese momento una amplísima ensenada, dominada por dos castillos al norte y sur del paso
Me pregunto si las tan buscadas "Ipsis y Caribsis"  por las que tiene que cruzar Ulises para volver a Su Itaca natal no serian estas, que le pillan de camino, y no las lejanísimas de las eólicas 
El mar como un plato invita a bucear, pero la ventaja sacada a los italianos no da para muchas alharacas en esa obsesión por llegar a puerto el primero, que han despertado en mi estas horas de regateo. El placer de preguntar amarrado al muelle ¿Que os ha pasado, porque habéis tardado tanto en llegar? es un recuerdo de épocas pasadas que aún se arraiga en las partes enfermas de mi cerebro, donde era tan importante ser el primero. ¡¡Valiente bavallu!! que diría nuestro comentarista Psilicosis

El castillo que domina la entrada a la ensenada está muy bien conservado y merece reservarle un par de horas, junto a la iglesia que se alberga en su patio de armas, tan opuesta a la pequeña de Kapirisia 


El puerto, de nuevo gratuito, aunque esta vez ya sin agua o electricidad, es una de esas marinas abandonadas que tanto abundan en Grecia y cuyo precio no me cabe duda de que es uno de los grandes atractivos de estas aguas y uno de los motivos de que una muy, muy lujosa y exclusiva no pase de los cuarenta euros para un 14 metros.


De nuevo el pueblo, es un pueblo de vacaciones tranquilas, con pequeñas playas de aguas calientes y limpias, bosques y montes para hacer senderismo y magníficas terrazas para dejar pasar las horas a la sombra de gigantescos árboles en el frescor de la noche.

Un puerto a continuación de la marina recibe los ferrys y es punto de carga  de gasóleo.

Por todos lados pululan pequeñas embarcaciones que regresarán por la noche a puerto entrando a toda máquina, sin que supongan realmente un contratiempo mayor las ondas que causan.

Es un sitio adecuado para dejar el barco unos días y hacer una excursión por tierra, incluida la Olímpia que dejamos atrás. 

martes

05-07-2011 Katacolon a Kipparissia

Katakolón es un lugar idóneo para dejar el barco a buen recaudo y visitar las ruinas de Olimpia.
Siempre y cuando que os guste visitar los lugares donde alguna vez existió algo construido por los vestigios que quedan enterrados y que corresponden a los cimientos de los posibles edificios.
Es como si dentro de dos o tres mil años (suponiendo que Gea nos lo permita) se descubrieran unos hierros oxidados entre pegotes de hormigón y se visitara como el yacimiento arqueológico de las obras de Calatrava del Parque de las Ciencias de Valencia. Y sin existir ninguna foto ni plano, se pusieran a epecular sobre como serían las edificaciones y la sociedad que las construyó y las habitó.
Todo pura filfa.
Pero Olimpia, para cualquiera que haya sido un deportista, tiene un significado que va mas allá de las posibles ruinas.

Así que junto con otras decenas de personas nos montamos en un tren de vía estrecha, mas que estrecha enana y que a las 09:00 de hora local salía en dirección a Olimpia, donde llega tras de una hora de viaje por una campiña con mucho colorido local, con cruces inverosímiles de carreteras en pasos a nivel sin ninguna barrera.

Corre que te corre llegas a una terrible cola para sacar los billetes de entrada a las ruinas donde a parte de los cien del tren hay otros cuatrocientos que han llegado en autobuses. Desistimos. Por referencias sabemos que solo hay algunas piedras sueltas y que del estadio no queda nada y que lo que se ve es las instalaciones que hicieron para las olimpiadas actuales para el lanzamiento de peso, única disciplina que se ha competido en Olimpia. Aparte, claro está, de ser el origen cada cuatro años de la larga caminata del fuego olímpico en forma de antorcha.

Pero las calabazas son sonadas. Es lunes y el museo arqueológico de Olimpia, donde hay una Victoria Alada que he dibujado muchas veces en la escuela de arquitectura, está cerrado
Corre que te corre llegamos al tren y volvemos a Katakolón. Donde como son las 12:30 ¡¡ Han cerrado el museo de técnicas antiguas!!

Afortunadamente nos pilla muy relajados y nos partimos de la risa con la situación. No nos importa. Vamos a volver y tiempo habrá de verlo casi todo.

Así que damos el salto al siguiente puerto. Kiparrissia. Un gran muelle con agua y electricidad, gratuito, para cinco barcos. Dos Italianos, un alemán, un pequeño Mac Gregor 26, del que quiero hablar mas despacio y nosotros. Tocaremos muchos puertos juntos.
Y empieza el entorno que no nos va a dejar en todo el Peloponeso. Ciudades pequeñas, muy vueltas hacia si mismas y sus necesidades personales. Pequeñas, modernas, comercio básico, muchas cafeterías esperando no a los "guiris" sino a los pobladores locales que saldrán a la calle en cuanto pasen las horas de sol y se acostarán tarde disfrutando, familias enteras del fresquito de la noche.

En Kipparissia hemos encontrado la capilla ortodoxa mas pequeña de todas las que hemos visto en Grecia. Situada en las inmediaciones del puerto no debe tener mas de 2,50 x 3.50 metros y está pintada por fuera con los colores de Grecia, Blanco, Azul Rojo y Verde


En el interior los mismos santos y apóstoles que en cualquier catedral nos miran serios con sus aureolas doradas. La iglesia está abierta y nadie cuida de ella. Pero está limpia como una patena

En el pueblo o en la zona hay un muy buen arquitecto y disfruto viendo edificios actuales, cargados de soluciones plásticas muy interesantes. Saco muchas fotos, pero como esto es un blog de viajes, prefiero cerrar este día con una foto de una casa cualquiera

domingo

03-07-2011 ORMOS KERI A KATAKOLON


Despues de la parrafada anterior quiero hacer llegar en este blog un recuerdo a alguien que se va haciendo casi imprescindible. Nuestro comentarista Ramiro, que firma con muchos nombres como "Psilicosis".

Pero para seguir leyendo comenzar por disparar la música de fondo.


Ramiro, marinero involuntario de altos vuelos, que nos acompañó el año pasado en nuestra aventura de pérdidad de helice en aguas de Evia, es todo un descubrimiento.

Durante años publicó una revista, la que le da el nombre. Psilicosis, de la que me ha hecho llegar una coleción completa. ¡¡Todo un tesoro!! y que debería estar entre lo mejor del Fancine.

Ramiro escribe, Ramiro dibuja, Ramiro pinta y sin su permiso voy a deleitaros con una de sus pinturas, precisamente la que está inspirada en la música que estais escuchando.



Ramiro ha comenzado su propio blog que podeis ver en :
Que como podeis ver es subrrealista hasta en el nombre, con ese guiño irónico a los punto com.

Ramiro y su familia son grandes conocedores de Grecia. Desde hace años, cada verano, salen de su Asturias de mi alma y pasan sus vacaciones en cualquier pueblecito de Grecia escogido por el sentimiento de que al verlo algo te dice "este está bién". 

Y en ese momento empieza su vida. Algo que para mi ahora vuelve a suceder, en que solo me siento vivo cuando suelto las amarras cada año para iniciar nuestro viaje.

Hoy estamos amarrados a uno de los puertecitos mas bellos que he visto en mi vida, en la costa Este del peloponeso, sesenta millas al sur de Navplion. Ya os lo contaré, pues no quiero perder el orden cronológico en que voy escribiendo el blog.

Pero voy encontrando tantas sensaciones que se me amontona el trabajo.

Punto y a la linea.

La travesía desde Zakintos a Katacolón, la hacemos a vela con vientos de la popa de poco mas de diez nudos, relajadamente y con las velas en orejas de burro con el génova atangonado.

A la llegada al puerto, nada es como dicen las cartas. Los pantalanes se los ha llevado un temporal y a nuestra llamada responden indicandonos un sitio en un muelle en ese momento completamente vacío. Hay por estribor nuestro otro muelle con algunos barcos, pocos amarrados, pero el sitio que nos inican está mejor para el viento que hay ahora. Agua, electricidad y unas duchas impecables y un marinero que ha trabajado en un barco en Marbella y que inmediatamente se vuelca con nosotros y en sus recuerdos, cuando trabajaba en el yate de  Stavros.

El pueblo es pequeñito, pero tiene un encanto un tanto artificial pues es paso obligado a los cruceristas que van a ver el Yacimiento de Olimpia, así que al poco rato aparecen los grandes hoteles flotantes que descargan no demasiados clientes ¿Crisis?

Un paseo por la ciudad nos hace descubrir que hay un pequeño museo de las técnicas antiguas griegas, y que tiene muy buena pinta. Así que unas cervezas Mythos a la sombra se hacen parada obligada
Y mañana será otro día, con Olimpia en perspectiva

sábado

02-07-2011 EL PELOPONESO

Quando comienzo a escribir sobre nuestras etapas por el Peloponeso, han pasado ya varios días y casi estamos a punto de doblar el cabo Maleas y entrar al argosarónico.

Han sido días muy especiales, y no porque entre ellos haya cumplido años (taitantos), sino porque estas aguas han sido como una revelación de hacerme saber que es lo que estaba buscando.



Para contároslo me vais a tener que permitir remontarme mucho en el tiempo

Todo empezaba al terminar las clases a finales de junio y nos montábamos en el Seat de mi padre, cargado hasta los topes, incluidos canario, colchones y una cazuela a presión de aquellas que tenían un mango muy largo y que siempre aparecía cuando mi padre ya tenía todo perfectamente estibado.


Nos llevaba, mientras nos cantaba todo su repertorio de tangos y previa parada a comer la tortilla de patata y los filetes empanados, desde Madrid a Asturias, mi tierra de nacimiento y en concreto a un pueblecito que nosotros llamábamos Santa María del Mar y que realmente era la aldea de La Llada, del poblado de Naveces y el ayuntamiento de Castrillón.

En aquellas épocas era bastante habitual que existieran esos pueblecitos en parajes maravillosos, donde algunas decenas, pocas, de familias pasaban todo el verano.


Yo he sido auténticamente feliz en Santa María.

Y lo que el Peloponeso me ha devuelto es esa imagen que se había perdido y que las abarrotadas zonas donde habitualmente nos movemos no pueden servir ni para rememorar.

Pueblos pequeños, pocas casas, mala carretera, pero donde el contacto humano y con la naturaleza era de una profundidad entrañable.


Y con la imagen los recuerdos de las familias; Los Duarte, Los Moreno, Los Uría, Los Vascos, Los Albornoz, Los Arrieta, Los Lana, La "nena", Xindo, Román, El padre santo..

Y con ellos los nombres, Carlos, Julio, Luis, Ana, Toyi, Paloma, Teté y Mari luz, mi amor platónico a la que nunca me atreví a confesárselo por no perder su amistad y a cuyo recuerdo reservo parte muy importante de mi alma...


Todos esos recuerdos sumidos en toda una vida, han comenzado a volver a mí con una fuerza inusitada, surgiendo limpios y netos entre tantas y tantas vivencias, la mayoría de ellas mucho más glamurosas, pero no de la intensidad de las de aquellas vacaciones en ese pueblo donde aprendí a andar y a tantas cosas. Y es que todo se reduce a algo muy simple. Era feliz con aquello poco (o con todo aquello) y encontrar que quedan en el mundo sitios como aquel ha activado todas las señales de atención de mi alma.

No quiero volver a Santa María. Ya no existe se ha transformado. Y lo mismo le sucederá a las personas, serán otras. Todo ha de quedar en un recuerdo.


Pero la respuesta al análisis de que es lo que me hacía feliz tiene mucho que ver con lo que ahora hago y busco y son la clave de muchas respuestas a preguntas que casi no sabía ni como componer.

Ahora sé que lo que quiero es encontrar un pequeño pueblo, con un buen clima, un pequeño puerto para mi barco y quedarme todo el verano, con unas alpargatas y tumbarme a la sombra en la playa y leer un libro y dejar que las horas se deslicen mansamente una tras otra.

Y a la tarde bajar al bar y jugar la partida con los paisanos y por la noche cantar canciones de las de siempre.


No busco un sitio donde vivir, busco un sitio donde descansar. Y creo que lo he encontrado