Cada año, cada viaje, la misma disyuntiva. Nuestro destino es Grecia y la embocadura del canal de Corinto. En dos dias podemos estar allá si cruzamos el Jónico. Los vientos serán del traves al descuartelar y hay pesca casi asegurada.
Pero son tres dias y dos noches de Guardias constantes, en una zona muy concurrida por barcos en rumbos que atravesarán nuestra derrota. pero solo 273 millas.
Si hacemos norte para pasar por Otranto la distancia aumenta hasta las 414 millas y tardaremos 8 dias. Dormiremos cada día en puerto y además volveremos a pasar por las jónicas que tanto nos gustan.
Vence la comodidad y poder dormir cada día amarrados a un muelle, así que decidimos ir por la ruta del norte, la fácil, la cómoda.
Amanece sobre Catania cuando iniciamos la marcha, lo que nos permite por primera vez en años poder fotografiar el Etna sin su acostumbrado sombrero de nubes. arrumbamos a Espartivento con idea de hacer la primera parada en Rochela Ionica.
El puerto deportivo de Rochela Ionica ha ido sufriendo a lo largo del tiempo una transformación importante. De sitio mítico, refugio de navegantes transmundistas, sin agua, electricidad y con un supermercado a mas de un kilómetro, pero gratuito, a un puerto mas, relativamente caro de momento, con suministro de gasoleo, y un amable marinero que te alquila una bicicleta para ir al pueblo.
Anteriormente te encontrabas con nómadas como nosotros y era un punto de trasvase de información sobre donde y como ir.
Poco movimiento pero mucha camaradería de navegantes. Una bocana muy peliaguda con poco fondo y una barra de arena que ponía los pelos de punta para entrar y salir.
Hoy se ha transformado en una marina de pago pero sigue arrastrando los mismos problemas de acceso.
Lo que no ha cambiado e incluso creo que lo han franquiciado a otros lugares es la peculiar forma de preparar y vender la Pizza, por cierto muy buena. Se vende por metros. Si, por metros.
Cuando llega la noche el bar del puerto se llena de cientos de personas en largas mesas donde el camarero deposita largas tablas con las comandas. Al parecer es que el horno es un sistema continuo que va haciendo pizzas de forma industrial y de donde se recortan las porciones. En la foto la ración mínima para dos personas, que suele ser la adecuada.
El segundo día navegamos hasta Crotone, ciudad con un interesante barrio antiguo que merece la pena visitar y que ya os he descrito en anteriores viajes.
Esta vez quiero mostraros algo que contesta una pregunta lárgamente guardada ¿Donde van a parar los barcos viejos? ¿Todos al fondo del mar? ¿Existe algo como un cementerio de barcos?
En Crotone, el el puerto industrial, en el que ahora no dejan fondear y justo detrás del baradero he encontrado esta estampa de barcos abandonados a su suerte, y que recalca la pregunta en cuestión.
El tercer salto lo hacemos a Santa María de Leuca, la ciudad mas al sur y al Este Italia y donde Musolini se hizo construir una escalera que lo llevaba al faro, desde donde contemplaba las costas de Grecia y soñaba con Imperiales conquistas como las del pasado Romano.
Hoy es una ciudad de vacaciones, muy tranquila.
Me llamó la atención, paseando por la ciudad, la forma en que han sabido aprovechar las rocas para construir una gradas en las que albergar los servicios de baño. Me pareció una sugestiva idea aunque creo que los ecologistas pondrán el grito en el cielo por la usurpación territorial que pretenden hacerle a los cangrejos.
Y al final del trayecto, Kerkira -Corfú o Kurfú, que ya en Grecia, la transformación de los caracteres griegos en arabigos, suele dar infinidad de formas de llamar a las cosas.
A nosotros nos gusta recalar en un Club Náutico que se sitúa por debajo del Castillo y en concreto debajo del Conservatorio de música.
Se trata de la marina Sigfredi. pequeño puertecito que queda casi en el centro de la ciudad, donde en verano habilitan como muelle el pequeño rompeolas exterior y, aunque sea andando entre cables, manguera y amarras puedes saltar a tierra y visitar la ciudad.
Hoy ya si estamos de verdad en Grecia.