Dejamos Ermioni y nos dirigimos a Poros, donde en la tienda de Spyros haremos las últimas compras de acastillaje para la puesta a punto de nuestro barco. Esta vez le toca la sustitución de la cocina de Gas.
En Poros solemos atracar en el muelle al sur de la isla, frente a Gálatas en el canal de entrada, menos concurrido de barcos de chárter y cerca del mercado y la tienda de náutica. Mas hacia el verano hay un poco de ruido proveniente de un conocido bar de copas, el Malibu, que suele ser punto de reunión de las flotillas de chárter.
La maniobra de atraque es la típica de Grecia. soltar el ancla en seis metros a sesenta o setenta metros del muelle y dar marcha atrás. Si, me habéis entendido bien. setenta metros en solo seis o cinco metros de agua. Hay una razón para incumplir esa norma de tres veces la profundidad mas la eslora del barco, que en nuestro caso serian treinta metros mal contados. Es bastante habitual que alguno de los vecinos te levante el ancla en sus maniobras, con lo que siempre te queda la esperanza de que cazando un poco con el molinete vuelvas a hacer firme y aún te quede suficiente cadena para un fondeo seguro.
En Poros nos encontramos a nuestros nuevos amigos del Petite Marie, Marcos y Marie, que no son precisamente muy amantes aun de atracar " a la griega" y han preferido quedar fondeados en la zona de la escuela naval. Nos acompañan en la primera salida a cenar con perro incluido, que resulta mas o menos bien.
A la vuelta a su barco se encuentran con un problema. Y es que otro barco ha garreado y caído encima de ellos, Marcos, ni corto ni perezoso ha cortado la cadena del otro barco para liberar el suyo y luego... Mejor dejo que lo cuente Marcos en su blog. Pero el caso es que acompañarlos a la policía me sirve para renovar el DEPKA, un cuadernillo donde figuran los datos del barco y cuya posesión es obligatoria para todos los barcos extranjeros que circulan por Grecia.
Nuestro compañero de aventuras se va acostumbrando a la vida en el barco y ha vencido uno de los obstáculos que mas me preocupaban, y que no era otro que su capacidad para subir y bajar la empinada escalera del barco, pero ya lo hace con soltura. Ahora viene enseñarle a que no se escape por la escala a morder los zapatos de todos los viandantes que pasan delante del barco.
Vuelo el drón durante casi media hora y cuando reviso lo grabado, solo tengo una imagen fija del asfalto. He confundido el botón de grabación de vídeo con el de fotografía. Espero que en otra ocasión pueda mandaros vistas de esta espectacular bahía.
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