Despues de dejar a Lola en el aeropuerto, ha llegado el momento de llevar el barco a su lugar de descanso, esta vez sin la inestimable ayuda de Jordi, a la que me he malacostumbrado.
El primer día y aprovechando un norte no muy fuerte hago las últimas millas a vela y recorro un total de 51 millas hasta el puerto de Hermioni, donde a pesar de que llego por la tarde, consigo plaza en el interior del puerto pesquero.
La maniobra para entrar en un sitio tan estrecho es complicada solo y sin motor de proa, pero todo sale a la perfección y quedo perfectamente amarrado y puedo comenzar la larga lista de chequeos y preparativos para el invernaje de todos los elementos del barco, lista de cosas a realizar durante el invierno y demás cuidados que hacen que nuestro barco, con casi veinte años de antiguedad permanezca como nuevo a pesar de los trotes que le damos.
Cuando estoy doblando la gigantesca venova al 150 % que he retirado del enrollador de proa y que hago solo, escucho una voz en español que me pregunta si me hecha una mano. Se trata de José que junto con su pareja, Mariela, viajan en el velero Fenque y empiezan a hacer sus pinitos por Grecia. José va escribiendo un blog muy cargado de sensaciones e interesante de leer. Lo teneis enlazado en el lateral.
En él manifiesta que este blog y el de Ana han sido su inspiración para este viaje, lo que supone un honor para mi y un impulso para no avandonar lo que hago.
Durante la estancia en Hermioni, un dia apareció navegando este singular velero. Un juguete realizado con maderas de la playa, hilo de pescar y plástico de bolsas de basura, con las derivas y timón solucionadas con las tapas de latas de sardinas. Un ingenioso sistema mantiene al barco navegando simpre en un deeminado ángulo al viento. Navega bastante mejor que algunos carisimos y sofisticadísimos veleros de radiocontrol.
El último tramo, casi todo a motor y contra el viento, de unos 24 millas, me lleva al varadero de Kilada ( Koilada), donde todo está preparado para sacar el barco.
Primero lo extraen del agua con un tremendo travelif para 60 toneladas ....
....para apoyarlo en una cuna metalica que ya lleva el nombre del barco y que será donde descanse....
...La cuna es transportada con varco y todo por un remolque tirado por un pequeño tractor que maneja el propietario del baradero, Kostas...
Le ayudan cuatro operarios, que en un santiamén calzan el barco...
... lo limpian y lo dejan preparado para pasar el invierno a buen recaudo.
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