Nos levantamos tarde, hemos dormido como los ángeles, creo que no hay nada mejor para descansar que un fondeo protegido donde el suave balanceo del barco te da un masaje a lo largo de toda la noche.
Salimos del fondeo a vela sin encender el motor y muy, muy lentamente nos dirigimos hacia uno de los destinos míticos donde este verano habrá bofetadas por conseguir un sitio, con un resultado sorprendente para los que conocemos las aglomeraciones veraniegas. En el fondeo emblemático de las Pitiusas hay solo cinco barcos. Aún no hay bollas y solo dos personas pasean por la playa. El agua está fria, muy fria aún. He intentado unir tres fotografias para transmitiros la panorámica del fondeo, aunque el resultado no es muy bueno.
Por la tarde recordamos que no tenemos apenas combustible para la auxiliar y cambiamos el fondeo a las cercanías de el puerto de "La Sabina", donde me tiene prohibida la entrada el director del banco, el asesor fiscal y el sentido común que cuidan de que no pase al otro lado de esa sutil linea azul que divide a los aficionados a la náutica y de la que pronto os hablaré mas detenidamente.
Fondeamos en Cala Sabina, entre la playa y las boyas del canal del puerto, donde a pesar de soplar viento de NW no hay ola suficiente para mover demasiado el barco. eta vez dejamos el barco solo en el fondeo y con la auxiliar nos dirigimos al surtidor de gasolina. Lola sale a tierra a comprar una barra de pan y viene endemoniada porque le han cobrado 0.95 € por una "baguette" que difícilmente cuesta mas de 20/30 céntimos en cualquier otro sitio. Ha empezado para los isleños la caza del Guiri. Era mas fácil para los exploradores de las islas del pacífico, solo había caníbales.
Nos sorprende que, con lo baja que está la temperatura del agua aún, exista tal cantidad de medusas y de un tamaño tan importante, lo que augura un verano bastante molesto incluso dentro del agua
Afortunadamente, no todo son baños de mar o escalas en puertos de precios imposibles, y si se sabe mirar la naturaleza nos brinda momentos de una gran belleza. Y esta vez es una nítida puesta de sol, con los islotes de Vedra y Vedranell frente a nuestra popa. Permanecemos casi una hora después de oculto el sol sentados en silencio con nuestras manos unidas y recostados el uno en el otro, mientras un cormorán evoluciona junto a nosostros
¡Qué afotos, compañerín!, estas últimas de concurso.
ResponderEliminar¿Y no se os apareció don Ramón en el éxtasis?
¡Aaaay que me Espalmo!...
Salud y que siga el buen rumbo!
Me parece haber visto entrar en Porroig al Captain....
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