La noche en el fondeo no ha sido demasiado buena. Una fiesta de algún tipo nos ha tenido escuchando una mala megafonía, fuerte y distorsionada a todos los borrachos del pueblo diciendo sus gracias en griego, intercalándose en música griega de actualidad, como si dijéramos las coplas que le gustan a la cantinera del Club de Benalmádena, Y suponemos que con sus mismas letras carcelarias.
Y es que hay un grupo de sociedad muy grande en el que, el que no ha estado en "la trena", no es nadie importante. Da mas lustres que ser bachiller. En fin, todo se andará.
Hacemos una visita a la bahía de Kailadia o Quilada, que es un lugar donde duermen muchos barcos el invierno griego y astilleros con mecánicos y demás. Algo poco frecuente por estas aguas y que conviene conocer, que nunca se sabe.
En Kailadia el puerto estaba lleno de hélices de aerogeneradores. Desde luego nada que ver en dimensiones a los que llevo en el barco
Pasamos el resto del día en la tranquilísima ensenada cerca del cabo Korakas, pero el viento cambia de golpe y nos vamos a buscar refugio al seguro Puerto Keli, Cheli o Heli, que de todas formas está escrito
Se trata de una ensenada natural, con fondos de 5 a 10 metros y con uno de los muelles mas caóticos que recuerdo. En un muelle donde no hay electricidad ni agua compiten por el espacio todo tipo de embarcaciones de todos los tamaños, aplastando las defensas y entrecruzando las cadenas.
Enfrente del puerto numerosos barcos se mantienen "aparcados" atados a muertos de una forma relativamente ordenada. Aunque puedes amarrarte a alguna boya, a mi personalmente es algo que no me inspira ninguna confianza y prefiero hacerla algo mas alejado y con mi ancla y cadena.
Y es que luego pasa lo que pasa. Durante la noche comenzó a soplar fuerte. Primero 25 nudos , luego 30....35.....40.....45. y la mayor racha registrada de 48 nudos.
Con fondo de 6 metros tenemos cuarenta y cinco metros de cadena en el fondo y conseguimos aguantar, eso sí. Toda la noche de guardia y rezando para que ninguno de los barcos que garreaban callera sobre nosotros y arrastrara con ellos nuestro fondeo.
Seis barcos acabaron embarrancados cerca de la orilla, y un catamarán de 50 pies, sacó los patines hasta la carretera.
El catamarán en cuestión incluso llegó a rozarnos con las defensas en su carrera y afortunadamente no enganchó el muerto que arrastraba con nuestro fondeo.
Los que peor lo pasaron fueron los responsables de un grupo de barcos de una flotilla, estaban inicialmente todos amarrados entre si, abarloados y con lineas a tierra. Las tripulaciones, muy inexpertas gritaban histéricas y desesperadas sin que nadie pudiera hacer nada. El "reef" creado por el viento daba olas de casi un metro inutilizando las auxiliares. Y muchos barcos estaban con el motor avante para aguantar.
Los monitores de la flotilla se portaron fenomenalmente y de forma muy profesional, consiguiendo dejar fondeados los 10 barcos en aguas libres.
A las siete de la mañana dejó de soplar . Nos había rozado el Meltemi que en Cicladas llegó a los 67 nudos de viento.
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