Ver Sivota-Jónico cerca de Corfú en un mapa más grande
De todas las posibilidades de sitio para pasar unos dias amarrado, para protegerte de un mal tiempo o para hacer un abastecimiento a fondo del barco, el sitio que mas nos gusta de todo el jónico es este pequeño puerto, situado en el continente y muy cerca del Sur de la isla de Corfú.
Para amarrar a puerto hay dos zonas, cada una situada a un extremo del puerto y cada una protegida de uno de los vientos dominantes, del NW o SE.
En el dique del espigón hay lineas de fondeo y torres de conexión con tarjeta eléctrónica que suministra un extrovertido griego llamado Vasili y que charla por los codos en italiano.
En el otro extremo, en la zona de los bares, se puede amarrar pero con cadena y ancla propia y sujeto a un fuerte oleaje que entra si el viento se establece del NW (Viento dominante) y entonces el barco salta bastante. Las tomas eléctricas y de agua están debajo de unos bancos de piedra.
El puerto es limpio y sus aguas transparentes.
Entre las islas aparece una ensenada profunda donde barcos amarrados unos a otros y sujetos a grandes muertos por fuertes cadenas y maromas, pasan el invierno. El costo es cero euros si te atreves. Y si le das una propina a Vasili se encarga de arrancarte el motor cada semana y comprobar las amarras.
Tambien se puede optar por fondear amarrado a tierra por popa en la ensenada contigua para pasar una noche si el puerto está muy ocupado
Es base de algunas empresa de charter en flotillas, pero siempre queda algún hueco libre, y como en todos los puertos griegos hay mucho movimiento y todo es cuestión de esperar un poco.
En la capitanía te sellan el "loog book" si te empeñas , aunque no hacen demasiado incapié en ello.
En cuanto a la compra de comida, existe un supermercado en el mismo recinto del puerto, pero aconsejo darse una vuelta y estirar las piernas por la carretera de salida del puerto.
Varias "Vakerias"(Panaderías) pastelerías, carnicerías y supermercados se combinan con el típico comercio de las zonas turísticas. Y rebuscando hay un par de tiendas de diseñadores locales muy interesantes.
Pasaremos aquí cuatro días, de los que deberemos descontar una noche que pasamos en Corfú para recoger a nuestro amigo Jesús, aunque dejamos el atraque "reservado" en manos de Vasili, que se empeña en llamarme Calatrava, desde que se ha enterado que soy arquitecto (o eso creo recordar, aunque tal vez solo sea albañil ilustrado)
¡Vasíli, Vasíliii...!, es la llamada de los marineros y pescadores griegos convocando a los delfines. Y hay un chiste griego, un juego de palabras a propósito de Calatrava y sus pufos arquitectónicos, que también los tiene aquí como sabréis. "Calatráva, calá tráva", (literal: "Calatrava bien la clava"). Salud.
ResponderEliminarSkylorhómiros Rontrigkéas (Mavropradákos), maniotis, psilicoso
He vuelto a ojear Las islas griegas, de Durrell, buscando Tsillivi, en Zákinzos, isla de la que os contaré una estadía, pronto, ahora que estamos en el Jónico. No fui justo calificándolo casi sumariamente de malako. Pero mantengo el resto, por eso sólo lo subiré al purgatorio. Es un libro informado, con mucha letra y poca foto, frente a tanta guía al uso haciendo propaganda de hoteles con fotos prescindibles en páginas de lujo. Sigue siendo útil, un hombre de su cultura no podía sino primar ésta sobre el turismo y eso se agradece. En cuanto a Próspero... tendrá que seguir en su celda, para hablarnos de Corfú preferimos al pequeño Gerry. Besos.
ResponderEliminarRhómiros.
Un aperitivo de Zákinzos, Zante. Recordamos Katastári, que se asoma al Jónico y al Peloponeso por encima de Alikés -Salinas- como desde un pequeño balconi. Era un placer ir caminando, pero había también un taxi que comunicaba ambos pueblos, un viejo y pesado carromato, con bancos corridos, tirado por un percherón gigante y cachazudo y conducido por un griego como una montaña, con un bigotón que, rasurado, me serviría de peluca. Simpatizamos con aquel hombrón, bonachón y pacífico que hubiéramos adoptado como abuelo, no sé si él pensaría lo mismo de nosotros...Es para curarme en salud disculpándome de antemano por lo que voy a decir. ¡El hombre y el caballo se parecían!
ResponderEliminarSu tamaño, el color rubio canoso del pelo, casi rucio, la nobleza de sus miradas...Y ¡el bigote del paisano y el belfo del percherón eran idénticos! Un prodigio. Más que gemelos, como diría mi amigo Dimitris
"era el Centauro Quirón
mitad griego mitad percherón".
Yásas que jrónia polá, file Mustákia! Salud y muchos años, amigo Bigotes! Y a vosotros. Barbarhómiros.