Hoy es sábado y es día de entrega de los chárter, así que solo quedamos los trotamundos y los locales.
En Tijat encontramos una cala desabitada y ahí fondeamos, junto a otros barcos y un gran número de pequeñas motoras, cuatro o cinco metros, las que vemos amarradas en los pueblos, incluso con los sistemas de pesca con luz. Parejas de edad avanzada en cada una de ellas, que se agrupan de a dos o a tres, y comparten cena y charla hasta altas horas de la noche.
Algunos mas jóvenes, hasta nueve en una 4,50 montan tiendas de campaña en la orilla. Se escuchan guitarras, cantos, conversaciones y risas.
Nosotros oímos música de Aznavour, Gilber Becaud, Atahualpa, sus letras olvidadas vuelven a nosotros cargadas de contenido. Una luna llena lo ilumina todo como si fuera de día.
Me duermo con los sonidos irrepetibles de las orquestaciones de Los Pequeniques y sueño con aquella chica que me volvía loco y de la que solo pude ser un buen amigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesan mucho tus comentarios.
Puedes ponerlos aquí