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viernes

14-06-19 De Porto Koufo a Islas Diaporos


Imaginád que:

La costa del el Mar Menor estuviera cubierta de pinos, en vez de edificios mastodónticos.
A sus aguas no se vertieran todos los venenos de los pesticidas y detergentes que arrastran sus arroyos.
La circulación del agua estuviera garantizada por dos grandes aperturas al mar.
Las aguas fueran de un color turquesa como las de Formentera.
Las ensenadas donde fondear están protegidas de cualquier viento
Y además no hubiera mas de una docena de barcos

Pues ese sueño existe y está situado en la peninsula central de Halkidiki y lo forman la costa y las islas Diaporos


La navegación desde Porto Koufo siguiendo la costa nos hace pasar por delante de varios posibles fondeos protegidos del viento del norte, siguiendo una costa llena de pequeñas playas y completamente invadida por las autocaravanas, que instaladas de una forma casi permanente ocupan cualquier espacio entre la carretera y la playa.



La entrada sur es complicada y muy mal reflejada en la cartografía, siendo la que mas se aproxima la que incoprpora el Navionic de nuestro teléfono. con sondas de 4 a 5 metros se entra en la ensenada por el sitio que menos parece el adecuado, y que no es el que marcan las cartas Cmap o Navionic Gold.

Pero una vez dentro fondeamos por primera vez  en cuatro metros de agua a mas de trescientos metros de la costa, bajamos la Zodiac y sacamos al perro que disfruta de poder corre por la playa y entrar en el agua sin perder pié, ya que lo de nadar aún no se atreve a repetirlo, supongo que tras la experiencia de Volos.


Después de comer cambiamos el fondeo y nos dirigimos a una pequeña ensenada donde hay otro barco con bandera francesa.

De él salen una voces " Lola, Lola, Capitan Teach". No los conocemos de nada, pero me acerco con la auxiliar y son  Carolina y Michel,  amigos de Ivana y Carlos, que han navegado con nosotros y ahora preparan su barco para venir a Grecia el año que viene. 


Nos vamos a quedar aquí fondeados varios dias

Os añado algunas secuencias rodadas con el dron del amanecer en este fondeo.

miércoles

12-06-2019 Scopelos a Porto Koufo


Hemos tenido que permanecer en Scopelos unos días mas de los que pensábamos, ya que nuestro perro , Drako, se ha clavado una punta de espiga entre los dedos de la pata delantera izquierda, y ha estado cojeando  y lamiéndose la pata sin cesar. Afortunadamente una veterinaria se la ha extraído y  ya vuelve a corre contento por el pantalán.


Eso nos ha permitido hacer contacto con una pareja de otro barco español, el Ventolera, con el que hemos iniciado una muy buena relación y con otra tripulación de residentes en España, con la que todo parecía ir en la misma dirección, pero que se fue al traste, al encontrarnos de golpe y porrazo atendiendo a una lista de arengas y soflamas de corte secta religiosa. Ya hace muchos años que no atiendo a testigos de Jeová y similares. Es una pérdida de tiempo. Y mira que me encanta un buen debate, de los que se aprende siempre algo. Pero han de estar presididos por la verdad, la razón y la buena voluntad.


Por ese camino puedo entender lo que siente y piensa un Hare Krishna vestido de azafrán o un independentista con lazos de colores. Pero por el de la irracionalidad, la letanía como método de arraigo cognitivo. Me recuerdan aquella jaculatoria de las monjas ursulinas de Oviedo "Hombre- Pecado, Hombre -Pecado".

Pérdida de tiempo por su parte, que imaginan que una mente abierta es un fácil lugar para los bárbaros "okupas" mentales de la actualidad. Si se puede tener la mente abierta es gracias a la cantidad de recursos almacenados para evitar esos atropellos. Aunque la proliferación de todo este ejercito de energúmenos en todos los niveles del pensamiento, hace que sienta un cierto vértigo sobre el mundo que dejamos a nuestros descendientes.

Pero volvamos al mar.


Nuestro destino es un refugio natural al oeste del segundo de los dedos de Khalkidhiki, La bahía, casi el fiordo de Porto Koufo y la bahía que hay al fondo Ormos Kouforas.

Una navegación a vela con viento de un descuartelar nos lleva a una media cercana a los siete nudos desde Skopelos hasta la embocadura de la ensenada con lo que hacemos las 52 millas de la travesía en poco menos de ocho horas.


Hay un par de muelles  de pesqueros y un un muelle donde solo vemos barcos de poco porte, pero un navegante Italiano nos hace señas indicando que hay un punto de atraque en el que puede caber nuestro timón y allí amarramos nuestro barco. Poco a poco van llegando mas barcos que fondean en esta super-protegida ensenada. Una playa de aguas esmeraldas, una pequeña población, un supermercado suficientemente surtido y varios restaurantes con el indicativo de Wopotaberna o Taberna de pescados, aunque justo encima de nuestro barco encontramos una pizzería que nos trae una muy buena pizza hasta el barco. No hay, como es habitual en Grecia ni agua ni electricidad en el muelle, pero a nada que se investiga descubrimos la correspondiente manguera y enchufe clandestinos.


Nos quedaremos dos dias en los que paseamos con nuestro perro, nos bañamos ( el agua está increiblemente limpia y caliente) y me dá tiempo de volar el dron para enseñaros este peculiar lugar desde el aire.