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jueves

14-07-2011 de Gyteion a Plytra

El desatraque del muelle de Gyteion es todo un poema. Hay viento del NW que nos aconcha contra el muro y delante y detrás tenemos dos barcos que dan saltos como locos igual que nosotros, así que no hay espacio para una maniobra normal.

Así que recurrimos a la "ciaboga forzada" con el motor.

Me explico. Se colocan dos defensas, a ser posible esféricas y gordas, en la proa y se amarra un "sprin" muy corto a tierra. Se da motor avante y con fuerza  y se mete todo el timón a como si quisiéramos subir encima del muelle. Por efecto del empuje sobre las defensas, el barco va sacando la popa. Cuando se ha liberado la trayectoria del barco o del obstáculo que tengamos detrás, se gira la rueda de un lado a otro, se da a tras a toda máquina y se suelta el cabo de proa. y se sale marcha atrás hasta quedar liberado.

Después se echan unos cuanto juramentos y cagamentos y se hace solemne promesa de no volver a Gytheion y poner en cuarentena determinadas "desinformaciones" que empiezan a parecernos "poco casuales".

Seguimos viaje y nada mas separarnos media milla del puerto desaparece el viento, que se ve claramente que está limitado a solo ese punto.

Y así en nuestro recorrido encontramos todo lo contrario que en Gytheion en un minúsculo puerto que nos indica la guía Imray. El puerto de Plytra. Puede que no haya sitio para mas de cuatro barcos de tránsito, pero cuando entramos solo hay un pequeño barco francés.
El fondeo del ancla es complicado, pero tenemos suerte y conseguimos enganchar a la primera maniobra y aquí si tenemos agua gratis casi a pié de barco.
Y de nuevo otro pueblo de ensueño para pasar las vacaciones. Playas limpias, un pequeño supermercado y algunas tabernas y un pueblo grande a cuatro kilómetros. El puerto tiene unas construcciones donde se albergan unas manadas de patos y cisnes que deambulan a su aire por las calles.
En la playa nos encontramos con que el patrón de una lanchita de pesca viene dando gritos como un poseso y enfila directo hacia la rampa. pero no consigue su objetivo, y se hunde unos metros antes de llagar a la orilla.

Inmediatamente todos los varones (La hembras se mantienen al margen) se lanzan a achicar, empujar y hablar todos al tiempo diciendo lo que hay que hacer, hasta que llega un tal Vasili, que calla a todos y empieza a repartir ordenes muy profesionales, como embragar el barco e impedir que tiren de la roda que la pueden arrancar.

Con la ayuda de un todo terreno y poco a poco deslizando sobre tacos de madera y achicando el agua que supera el nivel del mar, termina el barquillo en la rampa.

Entonces vuelven los gritos y las conversaciones y todos juntos, incluso el patrón, se van al bar cercano a celebrar el rescate.

¿Quien quiere un "realiti" de TV? Hemos vuelto a terminar otro día con un buen sabor de boca

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