Finalizadas las instalaciones mecánicas, le toca el turno a reponer las despensas del Capitan Teach, cosa que habitualmente hacíamos en un Carrefour que había junto a Marina Cea, pero que ha cerrado y ahora es un supermercado de una cadena griega.
Nos falta esa referencia que nos dála leche UHT (poco habitual en grecia) de Milvona o el te verde a que estamos acostumbrados y del que hacemos uso mas bien abusivo o unas cervezas Argus y vinos baratos.
Conseguir un supermercado Lidl no es algo fácil en Grecia, donde su implantación ha tenido bastantes dificultades por su procedencia alemana y la tirria que los griegos tienen a todo lo que sea alemán, y que estosa se ganaron a pulso con sus actuaciones primero en las guerras mundiales y despues en las negociaciones con la comunidad europea.
Hemos visto como desaparecen algunas instalaciones, como las que había enfrente de Poros, en Methana y llama la atención que las instalaciones están siempre casi vacias de compradores, en comparación con cadenas de tipo local que, mas incómodas, mas caras, y con peor calidad en muchos productos están abarrotadas.
Para un absoluto defensor de las economías globales esta situación de boicot no me entran en la cabeza, y no creo que sea cierto el mito urbano griego de que es un castigo a las condiciones laborales a que someten a los empleados los gestores de la cadena.
Pero a lo que vamos.
La isla de Salamina, la mas al norte del Argosarónico está fuera de los circuitos habituales de los navegantes y sin embargo está plagada de ensenadas preciosas, amplias playas y es lugar de vacaciones de muchos atenienses. Además es una isla cargada de historia y con una ensenada preciosa para fondear casi en cualquier sitio.
Y la existencia de un supermercado Lidl a pié de playa, pues un pequeño embarcadero a unos cincuenta metros de su aparcamiento, te permite trasladar la compra del carro a la auxiliar con una facilidad dificil de encontrar en otros lugares. Así que este se ha transformado en nuestro centro de abastecimiento para las Grandes compras.
Luego hemos pasado la noche fondeados en las inmediaciones del puerto de Salamina, dentro de la bahía que rodea la isla. No hemos entrado en la parte norte, pues al parecer se trata de una zona muy industrializada, sucia y ruidosa, donde muchas de las instalaciones son militares y con amplias zonas de prohibición de fondeo y amarre.
El puerto tiene un espigón dedicado a los barcos de pesca locales.
Y otro espigón para barcos deportivos en tránsito, un poco alejado de la ciudad, que sin embrafgo es de momento la mas barata de todas las que hemos pisado en Grecia.
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