La salida programada para las siete de la mañana vuelve a ser frustrada por la burocracia de la oficina del puerto.
El puerto del Club de Mar de Almería tiene una ubicación privilegiada. Junto a los restos de una construcción de Eifell, el de la torre parisina y en la bocana del puerto y prácticamente en el centro de la ciudad, pero conservando una tranquilidad que les falta a otros puertos.
Me hacía ilusión entrar a este puerto, pues desde hace casi 25 años no me acercaba por mar a Almería. Mis recuerdos son de las regatas de Optimist de mis hijos, hoy cuarentones, de un gran gestor de este club, creo recordar que se llamaba Luis Durbán, unos pocos puestos de atraques para motoras y un restaurante bastante bueno para la época. Con el barco había que acoplarse al fondo del muelle entre cargueros con algo de suerte.
Las nuevas instalaciones parecen ordenadas y limpias. Algunos barcos aparentemente regateros y mucho plástico en el resto, algo natural en una ciudad que ha crecido en riqueza muy deprisa y gracias a los invernaderos, hasta el punto de que sería natural encontrar debajo de los toldos de los barcos alguna plantación de tomateras.
Así y todo me consta que hay buena cantera y buenos navegantes en Almería
Y todo esto parece que hay que pagarlo. Donde Almerimar cobra 9 ,00 € y Aguadulce 8.50 € el Club de Mar cobra 22,00 € algo mas del 100 % .
Nada que objetar si a sabiendas entras en ese puerto por la razón que sea. Mi crítica es mas por las mismas incongruencias de siempre.
Un marinero que se acerca cuando vas a atracar y se empeña en darte instrucciones de como debes maniobrar, cuando girar la rueda o impulsarte con el motor de proa. Mas que un ayudante en el atraque parece un libro de instrucciones parlante.
Cuando aún no hemos cobrado el cabo de proa se dirige a la torreta de instalaciones y por la emisora dicta un número a la conserjería. Lo que marca el contador del agua y la electricidad. Y se marcha
Supongo que es el mismo personaje que por la mañana desde el mismo sitio dio el nuevo numero con el consumo y después estuvo desaparecido mientras soltábamos amarras.
De nuevo una incoherencia. Hay que dejar un depósito de 15 euros a cuenta del consumo eléctrico, con lo que puedes pagar tu atraque, pero no te puedes ir hasta que no te liquidan el consumo (en mi caso fueron 35 cts de euro). Para ello tuvimos que esperar a que llegara la empleada de la oficina, conectara ordenadores, recibiera la llamada del cancerbero.
Así que salimos hacia las 8 de la mañana en dirección a Cabo de Gata
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