LAS PAGINAS DE MI BLOG

sábado

24-06-2023 Operamos a Drako

 El viernes 23, mientras paseamos por Scopelos, vemos que Drako, nuestro perro de agua, cojea, se tumba en el suelo y se intenta lamer entre las patas delanteras. Se ha pinchado con algo, así que toca mirarlo con detenimiento, pues por culpa del pelo tan largo y lleno de rizos es difícil localizar el punto dendetien casi con seguridad clavada una espiga.

 Con los campos casi secos, la primavera dando paso al verano, por todos lados crecen unas gramíneas que florecen con una espiga muy parecida a la del trigo. Cada vez que volvemos de un paseo hay que revisarlo para eliminar estas hierbas.

El problema con las espigas es que son como unas puntas de flecha que se clavan con facilidad, pero que al sacarlas hay que tener mucho cuidado de que salga entera, pues se rompen en capas sucesivas de flechas.

El perro, al correr detrás de sus juguetes o al tumbarse en el campo da impulso para que estas espigas penetren muy adentro en su piel. Así que tras de la revisión sobre la mesa del barco, se las quitamos con unas pinzas, le aplicamos cristalmina y un cicatrizante.

Normalmente el sitio de los pinchazos son los extremos de las patas, y para evitar que sus lamidos impidan la cicatrización, le ponemos un calcetín de los nuestros, fijado con cinta americana. He perdido la cuenta de cuantas espigas le hemos sacado y curado.

Pero esta vez tiene las espigas, (yo detecto tres),  clavadas en la axila pero solo puedo llegar a dos de ellas, así que vamos a necesitar la intervención de un Veterinario. 

Y en Scopelos mañana sábado no hay nadie que nos atienda, así que recurrimos a Jorge en Oreio, que nos localiza un veterinario en Histiea, una pequeña ciudad cerca de Oreio con el que establezco una cita para el día siguiente.


Con las primeras luces salimos de Scopelos para hacer las 41 millas en seis horas y tras coger un coche de alquiler llegar a la clínica, donde encontramos a un gran profesional y además muy cariñoso con el perro, al que hay que sedar, afeitarla zona y revisar todos los agujeros. 



Dos de ellos están limpios , pero en el tercero, la espiga ha entrado casi cuatro centímetros dentro de la piel. Al parecer, si entran en el torrente sanguíneo, pueden llegar al corazón y causar una lesión, muy grave e incluso fatal.


Drako queda muy afectado por la sedación y casi no sabe estar de pié. Ahora viene el problema de mantenerle la herida seca a un perro que se lame por que le pica o que se baña en el mar al mas leve descuido nuestro.

Lola se inventa algo mucho mas cómodo que los collares isabelinos que se ven en los perros, poniéndole una camiseta, que recogida con una goma es todo un poema que llama poderosamente la atención de todo el mundo.

Durante los días de convalecencia se hace amigo de un pequeño perro que viaja en otro barco. 

La cosa empezó un día en que los dueños del perrillo lo llamaban y lo llamaban y el perro no aparecía. Se nos ocurrió que Drako olfateara la canasta donde duerme el perrillo. (Drako está entrenado pàra usar su olfato y es parte de sus juegos encontrar cosas que yo le escondo). Tras muchas vueltas se dirige muy decidido a la proa de nuestro barco y en un hueco debajo de la auxiliar encuentra al otro perrillo. Sus colas agitadas nos dicen que no hay peligro. Salen los dos juntos por la pasarela y se dan una sesion de carreras y correteos juntos.


A partir de ese día no es raro verlos a los dos durmiendo debajo de alguna de las auxiliares de nuestros barcos. Cuando sus dueños continuaron viaje varios días después, era desgarrador ver a Drako responder con ladridos y gañidos desde la proa a su amigo que se alejaba ladrando desde la popa del otro barco lamentando la destrucción de su pequeña manada.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nos interesan mucho tus comentarios.

Puedes ponerlos aquí