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domingo

05-07 Agosto- El Peloponeso Sur

Derrotas seguidas por el Peloponeso
Tras unos días descansando en el fondeadero de Methoni, nos disponemos a cruzar el Peloponeso Sur, alternativa al paso del Jónico al Egeo a la ruta por el Canal de Corinto que hemos usado en la ida.

Esta costa está formada por tres puntas, Pta. Acritas, Pta. Tainaro, Punta Maleas, que encierran dos golfos, el Messiaikós y el Lakonikós.

Punta de Acritas
El primer día navegamos hasta la punta de Acritas y luego hacemos proa a la pta de Tainara, dejando atrás dos ciudades grandes y sus puertos como son el fondeadero de Koroni, que siempre nos ha dado malas noches por la peculiar manera en que inciden viento y olas , ya que el viento corre paralelo a la costa y las molas perpendicular a ella, agravando la situación el rebote de las mismas en el muelle, donde curiosamente, con mares en calma puede ser imposible desembarcar desde la auxiliar por el movimiento del mar.

Fondeadero de Koroni
Otro destino posible que dejamos atrás es la ciudad de Kalamata, con puerto y una de las pocas marinas tal como las conocemos en España. No es un sitio a olvidar pues se trata de uno de los pocos sitios donde es posible hacer reparaciones de importancia, bien comunicado y donde es posible encontrar " un poco de todo".

Puerto y Marina de Kalamata
Lo que si hacemos es entrar en un fondeadero poco antes de la Punta de Tainaro, la ensenada de Yerolimenas, que puede dar protección en caso de vientos y mares fuertes de Levante. y enel que no habíamos entrado en anteriores travesías.

Ensenada de Yerolimenas
Playa y algunas tabernas en un pueblo, como todos los de las cercanas calas de las que hemos hablado en otros lugares, con ausencia total de los colores blancos del Mediterráneo, y construidos en piedra vista, que recuerda bastante a la arquitectura de Mallorca.

Poblado de Yerolimenas
El cabo o punta Tainaro, extiende sus lineas hasta transformarse en el punto mas al sur de toda la Grecia continental y separando los golfos de Messianikós y Lakonikós,

Vista aerea de Cabo Tainaro
Aquí decidimos hacer noche en el fondeadero conocido de Puerto Kayio, sitio muy popular de fondeo, donde pasamos la noche un tanto apretados unos quince barcos, a la gira y a sabiendas de que a lo largo de la noche daremos vueltas y mas vueltas por los constantes cambios de dirección del viento.

El fondeo es complicado tanto por la profundidad ( unos 12 metros) como por la presencia de una gran extensión de Posidonia, que contra lo que se predica por los poco lógicos ecológicos de las Islas Baleares, va creciendo año tras año, como si el constante arado de los fondos por nuestras pequeñas anclas, las fortaleciera. Y tiene su lógica, ya que al ser en muchas ocasiones "una sola planta" la que ocupa casi toda la ensenada, el recorte de algunas de sus ramas no le representa mas que lo que a vides, olivos y un gran número de plantas les supone de vitalizante una buena poda.


Fondeadero de Pto Kayio
Al día siguiente y un tanto preocupados por el cambio de previsión meteorológica, que avisa de un fuerte Meltemi en el Sarónico, salimos a escape hacia la última de las puntas. El cabo maleas.

O mejor digamos el Mítico Cabo Maleas, con muy mala fama en cuanto a los vientos que aquí se suelen montar.

Tenemos suerte pues al ser el viento del norte, hacemos todo el paso del golfo Lakonikós a vela con viento del través y la mar bastante plana, y por prudencia con una reducción del trapo desde poco después de superar la isla de Elafonisos.

Zona de Catabáticos llegando a Cabo Maleas
Los fuertes vientos son causados por el efecto catabático  que impulsa la gran pendiente de la ladera del monte, aunque en ningún momento el viento ha superado los treinta nudos en las rachas, en un mar casi plano pues navegamos bastante pegados a tierra.

Vista aérea del Cabo Maleas
Lo que si nos sucede es que al doblar la punta empezamos a encontrar mar y viento de la proa, que para nuestro barco es mortal de necesidad, así que no nos queda otra que "motoceñir" es decir navegar a motor pero haciendo bordos de forma que las velas, muy cazadas, lleguen a comenzar a portar ( unos 28 grados de aparente) eso unido a que las olas las vamos tomando un poco sesgadas, reduce los pantocazos casi a cero y nos permite llevar el barco cerca de los cinco nudos de velocidad y que suponen un avance de 3,5 nudos en la dirección adecuada.

Puerto de Monenvasia
Así conseguimos llegar hasta Monenvasia, que será por unos días nuestro refugio contra el incómodo Meltemi, hasta que podamos encontrar hueco para subir a la zona mas tranquila (meteorológicamente hablando) del Argo Sarónico.

Navegando a vela por el Peloponeso