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domingo

10 y 11 de junio 2017.- Rodeando Milos



Circun-navegar la Isla de Milos es uno de esos recorridos que hay que hacer "SI o SI" por mucho que en nuestra querida piel de toro se haya vuelto a revindicar el "NO es NO" y amenace la crispación.

Es una recarga de paz, sosiego, belleza, contrastes, olores y toda la retaila de recovecos del alma que tratamos de renovar cada vez que podemos disfrutar de unas auténticas vacaciones.

 
El moverse con el barco aporta una vista de los sitios muy diferente a lo que hemos visto desde tierra estos días. Lo cercano y tangible del día de ayer se transforma en lo lejano y muchas veces inaccesible, pero nos ofrece una vista de conjunto difícilmente observable por otro método.

Hecho de menos la posibilidad de experimentar con un dron a pesar de la frustración que supuso perder el mio en su primer vuelo inaugural.


La naturaleza volcánica de la isla está presente en toda ella siendo la causante de los contrastes de la costa completamente plagada de rocas de lava y cenizas que emergen del agua ( y lo que es peor de las que apenas lo hacen y se transforman en un escollo peligroso).


Y a las pocas millas los enormes farallones de areniscas blancas o piedra pomez que se hunden en vertical. Sabiendo ver se encuentran fondeos tan espectaculares como los de la esquina NW. a las que sigue una serie de playas de arena fina casi inaccesible por tierra.


Casi cualquiera de estos fondeos guarda alguna sorpresa e invita al baño y mas hoy que es la fecha recomendada para quitarse el sayo  por el refranero popular español y darse el priemer baño del año.


Pero si hay un sitio realmente único, que lo reune todo y en un sitio protegido de los vientos del norte es el lugar conocido como "Rocas Blancas", pasada la esquina SW de la isla


El agua, de una transparencia total,  ha ido esculpiendo un dédalo de cuevas y túneles en un juego al azar, que obliga a mirar detrás de cada recoveco, pues puede que esté ahí nuestra cueva, donde fondear la auxiliar y darse el baño del año.


El fondeo está muy concurrido pro los barcos que hacen desde Milos puerto el recorrido turístico cargados de personas hasta límites increíble. Hemos contado 26 personas en un barco de 46 pies, preguntándonos si llevarán al menos un chaleco salvavidas por persona.


Cuando aprieta el sol, adentrarse en una de las cuevas es una experiencia muy gratificante, y mas si te has llevado un par de cervezas, para disfrutar de este "sombrajo".


Dejamos el fondeo para hacer unas millas mas por repartir el trayecto de dar la vuelta a la isla y nos dirigimos a pasar la noche, que se anuncia tranquila y serena a una de las playas marcadas por el derrotero. 

No hay nadie. Tan solo a última hora fondea otro barco a mas de doscientos metros de nosotros. Por fin puedo escuchar música a un volumen un poco mas elevado sin molestar a nadie con mis Malerianos (don Wilhelm) gustos. Me duermo pensando que Maler andubo por aquí a la caza de inspiración.


El recorrido de la zona Este de la isla ofrece menos refugios, pero el contraste de las formaciones geológicas sigue deparando regalos a nuestros sentidos.


Y aunque digo que hay menos refugios no quiere decir que no lo haya para quien sea arriesgado y muy cuidadoso. No obstante las playas mas bellas están en esta zona que ayer visitamos por tierra.


Me hacía falta esta recarga, estos viajes de encontrar sitios nuevos, de marcar puntos donde pienso en volver.

Milos es otro de los sitios que se me ha clavado en el corazón




viernes

09-06-2017 Paseando por Milos


Tal como venimos haciendo este año,alquilamos un coche para dar una vuelta por el interior de la isla y acceder a algunas playas que por cuestiones de derrota o de calado no visitaremos con el barco.

Lo primero que sorprende de una isla que es un destino conocido y deseado dentro de las cicladas, la presencia del turismo pasa desapercibida y son pocas las concesiones al folkrorismo.

Y sin embargo la isla tiene mucho que ofrecer desde todos los ángulos de vista. Desde la típica colocación de la "Chora" en una colina, donde se desparrama el dédalo de calles estrechas y laberínticas, hasta la oferta arqueológica de esta isla que nos díó una de las esculturas femeninas mas famosas de la historia del arte- La venus de Milo-. 

La mitología dice que fue en esta isla donde tres diosas (Atenea, Afrodita y Hera) se disputaron la manzana que teóricamente era para la mas bella, produciéndose tan gran confusión y disputa, que hubo de intervenir el padre de todos los dioses, Zeus (Júpiter en la mitología romana). Zeus decidió encomendar la elección a un joven mortal llamado Paris, que era hijo del rey de Troya.

Escogió a Afrodita que le prometió el amor de Elena y... Se armó la de Troya.

Pero mitología aparte la isla ha sido muy importante en el tráfico del mediterráneo y siempre muy prospera, sobre todo gracias a su puerto natural donde descansa hoy nuestro barco.

Así que hay restos de muy diferentes épocas. 


La primera que visitamos es unas catacumbas, la segunda en importancia y antigüedad después de Roma. Aún en trabajos de escavación lo recuperado son mas de seiscientos metros de galerías escavadas en la arenisca y que guardan aún muchas sorpresas.

Desgraciadamente a alguien se le ha ocurrido hacer una iluminación muy fantasmagórica y que nada tiene que ver con la que seguramente se viviría en la realidad y mas acorde a los restos de lamparillas y hornacinas para ellas.

No obstante y a pesar de lo rápido de la visita obligatoriamente guiada y sin fotos es algo que merece verse.


Al igual que los restos de un teatro de la época romana del que las escavaciones indican llegó a poder albergar casi 10.000 personas.

La entrada es libre y nadie vigila.

Es la hora del desayuno y descendemos hasta el mar, a una caleta que hay cerca de las ruinas y catacumbas.

Aparecen las "casas del agua" de los pescadores, con un sencillo programa, la vivirnda en primera planta y en la baja, a nivel del mar, el lugar para guardar la barca y sus pertrechos. Lo que le dá su particularidad es el hecho de que cada uno a utilizado un color de pintura diferente para su fachada


Alguinas, muy pocas han reciclado el garaje náutico por el de bajo comercial, en la que la artesanía local, aún visible, está siendo parasitaria y fagotizada por la producción Made in China de esa colección de "Grieguerias" ( que D.Ramón me perdone por la similitud buscada a posta). y que son contrapunto a todos los "leif motiv" auténticos.


El modelo se repite a lo largo de la costa y es aprovechado para esta variante del turismo rural.


La morfología volcánica de la Isla hace que el paisaje cambie radicalmente en pocos kilómetros, dando lugar a encantadores rincones que invitan al baño en sus aguas siempre limpias. La isla huele a hierbas provenzales.


En el extremo NE de la isla hay otro puertecito que conecta con dos islas que están a poco mas de un par de millas y se enlazan con un pequeño ferry que entra y sale constantemente, pero que observamos que inutiliza su uso para embarcaciones deportivas.

La ensenada, muy protegida está plagada de boyas y hace bastante problemático el fondeo en este sitio. Algo que apuntamos para tener en cuenta cuando navegamos con el barco.


Y por todos los sitios las iglesias ortodoxas, siempre muy cuidadas y la mayoría de las veces abiertas todo el día y sin que nadie las vigile. Con los objetos de culto a la vista, los iconos, las donaciones. Etc.

En concreto en la de la foto y en la parte trasera encontramos a tres musulmanes con sus esteras orando a su versión del Dios y teóricamente mirando hacia La Meca, aunque según mi opinión de navegante, tenian un desvío de casi 45 grados con la dirección correcta. Lo que no estoy muy seguro si en estos casos, las plegarias quedan multiplicadas por el coseno del ángulo de desvío.


En las playas al norte de este enclave, maravillosas playas de arena muy fina, por mas que a mi me gusten las rocas, hay una urbanización nueva de casitas adosadas de dos plantas destinadas a ser habitaciones de hotel. Lo curioso es que son decenas de hoteles diferentes los que comparten el mismo diseño.

Total el sueño de cualquier arquitecto de la costa del sol, donde se ha de compartir el cliente con varios arquitectos mas. Aquí parece que son los clientes los que comparten arquitecto. Lo investigaré. Que no me importaría hacerme aquí mis últimas rallas.


Paramos a comer por el sistema de radar que ya he contado y caemos en un pequeño pueblecito de pescadoresde donde sacamos esta estampa de la sublimación del charco.

Y como despedida de esta pequeña vuelta a Milos os dejo esta sugerente estampa


jueves

07 y 08 de junio 2017.- Escala en Nisos Sifnos



La siguiente isla que ponemos en nuestro camino es Sifnos, una agreste isla con poco refugio y donde llevamos marcado en el derrotero una bahía de buenas dimensiones y con un pequeño puerto, Kamares, que tal como nos viene sucediendo a lo largo de todo el recorrido, suele haber amarre, agua y electricidad, pero que dadas las diemensiones y que solo entran unos pocos barcos (8 en este caso).

El precio es asequible, unos 7.50 Euros para nuestro barco y sobre º10 euros por conectarse a la electricidad y al agua.


Algunos barcos que llegan despues de las cinco de la tarde se intentan abarloar al muelle del ferry pero son alejados por la autoridad del puerto y deben de fondear en la otra orilla de la ensenada, donde se puede estar sin mayores problemas.


El dia está gris y caen esporádicas gotas de lluvia y aunque hay un autobús cada poco para visitar la ciudad o "Chora" de lo alto del monte, nos quedamos en el barco.


Hay una soberbia playa de arena fina y parece un lugar para pasar unas tranquilas vacaciones desconectado de todo.

Damos una vuelta por la aldea del puerto, donde hay un poco de lo mas imprescindible a nivel de alimentos.

Hoy todo está descolorido por la falta de luz. Hasta los omnipresentes gatos parecen desvaídos como si se tratara de los ancestros del gato de Cheshire.

Hay uno en concreto que nos sigue a donde vallamos y se coloca siempre de forma que aparezca en todas las fotos que intento sacar. Y aunque soy mas perruno que gatero, este se ha ganado estar aquí.


A la mañana siguiente, cuando vamos a seguir el viaje, nos encontramos con que estamos rodeados por una de esas vallas de protección de vertidos.

El día anterior hemos visto que le echaban una bronca al catamarán que tenemos a bavor, pues el motor no le quemaba bien y dejó una pequeña mancha de gasoil o aceite salidos por el escape del motor.

Pero se trata tan solo de una práctica, dirigida por la guardia costera para poner y quitar la protección. así que tenemos que esperar casi hasta las 11 del día para poder salir de nuestro encierro.


Desde Sifnos saltamos a la isla de Milos, Un viaje de unas 25 millas que hacemos en menos de cuatro horas impulsados por un viento por la aleta de unos 10/12 nudos.


Al fondo de la gran bahía de Milos está el puerto principal de la isla, donde los muelles están totalmente llenos de barcos de chárter diario de todo tipo, pero hay un pantalán flotante donde en su cara externa se puede amarrar y quedaron sitios vacíos, aunque no obstante unos días después , cuando empezó a soplar el Meltemi se cubrieron todas las plazas y  un buen número de barcos la tuvieron que pasar fondeados en las cercanias.



martes

05 y 06-06-2017 Isla de Parox

 El salto desde la isla de Naxos a la isla de Parox lo hacemos con viento fuerte de norte, pero calculo mal el abatimiento y cuando quiero darme cuenta gira un poco y nos deja teniendo que remontar hacia el norte con corriente mar y viento en contra.


Y puesto que navegar de ceñida no es de señores, encomendamos el trabajo a nuestro motor, que dificilmente  hace alcanzar los tres nudos al barco en estas condiciones. Despues, al doblar los islotes y cuando el viento debería de ser portante, escasea. Es decir que se va a cero y cruzamos toda la ensenada de Naousa con el motor encendido. Vemos barcos fondeados en las ensenadas , pero nos dirigimos hacia la marina de Naousa en el puerto.


Resulta ser un pantalán donde hay amarres libres con guía y fondeo preparado, sin utilizar nuestra ancla.

Iniciamos la maniobra y cuando tensamos el cabo de fondeo, se parte, dejándonos sin amarre. Afortunadamente ha sucedido en el momento del atraque, pues se podría haber roto en una racha de viento cuando no estuviéramos a bordo .


En el pantalán que mira al norte. algo mas expuesto al posible oleaje, fondeamos nuestra ancla y quedamos firmemente asegurados con nuestra inapreciable "Rodna". Poco después el muelle queda lleno de barcos de tránsito. A las tres de la tarde no queda nada libre.


El pueblo es eminentemente turístico, y la oferta de restaurantes se hace abrumadora. La carta es en todos muy parecida y casi igual a la que te pueden ofrecer en cualquier otra isla. Así que casi todo se limita a escoger el mas lindo colorido o el patio mas tranquilo o bullicioso.


Y los "Octopus" colgados al sol decoran muchas de estas tabernas, entre las que por fin aparece una con nombres sugerentes y mas de cocina del siglo XXI. Nos proponemos probarlo esa noche, pero al llegar, entre todos los restaurantes llenos a rebosar nuestra elección está completamente vacía, lo que nos deja un tanto perplejos y poco dispuestos a experimentar.

A la mañana siguiente nos movemos a otro puerto-marina de la misma isla de Parox, en concreto a Paroikia a tiro de piedra del anterior pensando en que sería tres cuartos de lo mismo.


De nuevo un puerto que está lleno por las embarcaciones locales y los espacios reservados por los barcos de paseo de turistas a las playas de la zona, el buceo, o el simple paseo.

Un muelle por la cara de fuera y los consabidos sustos y situaciones cómicas causadas por los inexpertos charteristas que un simple PER ( el título náutico mas bajo) les permite alquilar un cincuenta pies.

Lo que observamos desde el barco no invita a explorar nada. Seguramente otro arrebujo de restaurantes como Naousa. Solo salimos a dar un paseo cuando el sol casi se ha puesto.


A unos quinientos metros hay un molino de viento que suponemos es la copia de los de Mikonos y detrás  una zona de regalos y tiendecitas. Una puesta de sol y un paseo por las calles nos lleva a una de las mejores sorpresas de este viaje.


Tras de las tiendas los bares y demás "Tipical Grecia" un recoveco nos mete de lleno en El Castro, o fortaleza primitiva de la ciudad..

No queda apenas luz y estoy rabiando porque hemos encontrado el sitio mas fotogénico de todo el viaje hasta el momento.


 Y por todos lados los colores de Grecia. El blanco de sus casas y el azul de sus carpinterias pintadas.


Pero a esta hora falta a la cita el sol, para con sus rayos componer esa danza de luces y sombras que hoy faltan en mis fotografias.


Pero volveremos, al fin y al cabo esto es una primera toma de contacto con Las Cicladas profundas, que teniamos pendiente. Como solemos hacer damos una primera lectura rápida para entrar en materia. Mas adelante empezaremos a desmenuzar el recorrido y establecer nuestros puntos base y nuestros destinos escogidos.


De momento nos hemos hecho "Parokianos".



domingo

04-06-2017 Naxos-Un agujero de gusano

Aprovechando que por la mañana muy temprano salen varios barcos del pantalán primero, cambiamos de sitio y dejamos el barco amarrado en buenas condiciones, A las 10 de la mañana se han cubierto las plazas disponibles. Un solo catamarán a cubierto tres plazas.

Hemos alquilado un automóvil por 25 euros y nos hemos sumergido en el laberinto de carreteras del interior de la isla.


Solemos utilizar el procedimiento de recoger alguna propaganda de viajes organizados para ver cuales son los sitios habituales que visitar, descartamos playas e iglesias y hacemos nuestra propia ruta, dejando bastante margen a la improvisación.

Pero la isla de Naxos tiene un sistema de carreteras un tanto laberíntico, con tres categorías de carreteras que van desde las malas a las infernales, pero que merece la pena recorrer, tanto por la oferta de sitios que ver como por los paisajes por los que discurre. Aunque a nosotros nos va a deparar una sorpresa muy extraña.


El primer sitio que visitamos es el templo de Demetra, Un edificio de dos crujías cerrado por sus cuatro caras y con un pórtico de cinco columnas dóricas. Quizás lo que mas llama la atención del sitio es su emplazamiento, ya que no es mas que una colina entre muchas rodeado de montañas, contra lo habitual de ocupar un lugar prominente.

Sin embargo cuando se llega al templo hay "un algo" que te dice que el sitio es uno de esos "vórtices" donde confluyen fuerzas que no conocemos.

Y sobre todo el olor del campo circundante. En el camino a pie hasta el templo hemos recogido laurel, tomillo, salvia, albahaca aparte de otras decenas de plantas silvestres que desconocemos hasta el punto de que empieza a entrarte la sospecha de que en vez de encontrar el templo vas a encontrarte un gigantesco estofado.


Lo siguiente que encontramos es un monasterio, La torre Baceos. El edificio es de una familia particular, que lo ha restaurado y transformado en un centro de exposiciones, con lo que todas sus salas están ocupadas por instalaciones escultóricas de artistas del mundo entero.

El edificio desde el punto de vista de un arquitecto es muy interesante, pues se pueden ir viendo las sucesivas ampliaciones a lo largo del tiempo y su adaptación a los diferentes usos. Y como siempre comento, el hecho de moverte por un sitio tridimensional, te da una idea bastante buena de las proporciones de las pequeñas celdas, el ofertorio para solo los 10 o 15 habitantes del monasterio.


Siguiendo nuestra ruta llegamos al pueblo de Damalas, Naturalmente sojuzgado al negocio del turismo. Hay una tienda en la que tienen instalada un viejo telar, Nadie lo maneja  y hasta donde llega mi conocimiento de tales cachivaches, este no puede funcionar porque está mal montado. Ofrecen paños y "jarapas " supuestamente confeccionadas a mano, pero Lola me comenta que son demasiado iguales unas a otras para ser un trabajo no industrial.

Las mira, las remira, que si la trama, que si la urdimbre y termina encontrando los restos de una etiqueta cortada donde seguramente habría un hermosos rótulo "Made in China".


En otro pueblo, Salki, visitamos una destilería del siglo XIX, donde se hace un licor llamado Kitpon, una especie de Limonchelo a base de un cítrico parecido al limón. Las instalaciones, muy cuidadas y operativas, me recuerdan mi infancia cuando casi en cada casa había un alambique para destilar orujo.

Seguimos hacia el norte hasta Zapirantos, donde aparte de una construcción en piedra de un castillo solo encontramos las tabernas y restaurantes donde comen los turistas de los autobuses.

Salimos haciendo Fúuu como el gato pues otra de las cosas que hacemos habitualmente es no entrar en las tiendas a los que dirigen los guías turísticos a sus pupilos.


Y lo mismo con los restaurantes.

Para comer llevamos la guía de Lonely Planet para excluir como primera medida todo lo que ellos recomiendan. Venimos de una zona turística y sabemos como funcionan este tipo de recomendaciones, que como mínimo suponen un intento de masificar y rentabilizar un negocio, que quizás pudiera respetar, pero que no comparto.

Eliminados guías y manuales del perfecto viajero, solemos recurrir a lo que mi querido padre llamaba "el radar".

Esta vez nos dirige a un pequeño establecimiento en una pequeña aldea con cuatro mesas sobre un pavimento inclinado y a la sombra de una parra. Uno de tantos. Solo tienen para comer ensalada, berenjenas y albóndigas y vino blanco de la casa. ¡¡BINGO!!. Las berenjenas, asadas al horno y luego cocinadas con una salsa de tomate son un poema y el especial especiado de las albóndigas de estrella michelín. De postre, que te lo traen al pedir la cuenta, un dulce borracho del licor de Kitpon.


El pueblo donde hemos comido es la bifurcación para ir al norte 40 Km, a una playa o al oeste hacia las canteras de mármol y una factoría aceite que se puede visitar y que nos lleva de nuevo a la marina.

Tomamos hacia el oeste para hacer unos 20 km y cuando llevamos no mas de cinco aparece delante de nosotros la torre de Baceos, que hemos dejado atrás por la mañana ¿como hemos llegado hasta aquí?¿Donde hemos comido?¿que carretera hemos tomado?

A partir de este punto todo se transforma en un despropósito de carreteras secundarias, callejones sin salida y aldeas que no están en el mapa. Vamos buscando las canteras y las vemos en la distancia, pero las indicaciones nos llevan al final de una carretera después de bajar por una calle con mas de 20% de pendiente, que tenemos que volver a subir. Luego descubriremos que el carril de tierra que continuaba eran solo 500 metros hasta el yacimiento de las canteras. Hacemos casi 12 kilómetros para llegar a ese punto.

La cantera es espectacular. Y contemplar sus moles bien vale las vueltas dadas. Pero nos ha dejado cansados y nos saltamos la almazara. Cansados pero felices del ddía completo que nos ha brindado Naxos