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miércoles

21-07-2010 de Foça a Lesvos


Por fin vamos a salir de Turquía y comenzar de nuevo a navegar por aguas de Grecia. Así que enfilamos hacia la isla de Lesvos, a unas treinta y cinco millas al norte, que naturalmente cubrimos a motor y contra el mar y el viento. Esperamos que sea útil esta subida por la costa de Turquíapara poder cuzar hacia las Esporadas del Oeste con vientos , si no portantes al menos por el través.

Nuestro puerto de llegada es Mitilini, en la cara este de la isla, en que se ven dos grandes ensenadas, pero que no son muy recomendables, por la falta de fondo y los enormes mosquitos que las pueblan. Mitilini es un puerto donde ya el atraque es "A la griega", es decir con tu propio ancla y cadena y amarrado al muelle, donde hay unas torretas con agua y electricidad, si compras una llave electrónica que las pone en marcha. Al llegar las están arreglando y cuando terminan nos las dejan "liberadas" por lo que tenemos agua y electricidad a tope, así que pasaremos aquí algunos dias para descansar y ver el interior, hacer la colada, endulzar.

Nos vamos a dar un paseo por esta bonita ciudad y naturalmente visitamos una de sus Iglesias monumentales y barrocas, en concreto la que se vé al aproximarse al puerto, toda decorada con pan de oro en todas las molduras de la bóveda y los capiteles. Son iglesias muy opresivas, en general oscuras y con un fuerte olor a ceras quemadas, ya que por todos lados árden las velas que los defvotos ofrendan a sus iconos preferidos

Pero el olor inconfundible de Mitilini, y como luego comprobariamos, de toda Lesvos es el olor a OUZO una especie de "anis del mono" y del que  hay infinidad de marcas y destilerias, al parecer cada una con sus peculiaridaes. De hecho en unos dias empieza el gran festival del ouzo y la isla se prepara para ello.

Los lesvianos están convencidos de ser los mas cultos y progres de Grecia y parte del estranjero y algo pudiera haber por la influencia de los muchos artistas que han hecho de esta isla su vivienda, ya desde la inmortal Safo. Un detalle significativo pudiera ser el siguiente: En las calles se está instalando teléfono, y hay cables de pares de telefonía por todos lados a la espera de las cajas de conexión. Mientras tanto los habitantes de esas calles han decorado estos rollos de alguna manera, como este encintado con lana
o este otro grabado de símbolos étnicos
En general la gente es amable y educada. Lesvos es uno de esos destinos que estaban en mi subsconciente, por la relación de su nombre y determinadas prácticas homosexuales, normalmente propias del genero femenino pero al parecer no exclusivas, ya que en una ocasión un varón que se negaba a los avances de otro varón, fué increpado por este "pero ¿por que? si tu eres Gay" y le contesto el otro "Si, maricón, pero he salido Lesviano"
Cosas

lunes

19 Y 20 DE JULIO 2010.- Últimas Millas en Turquía.-


No es fácil olvidarse de algunas cosas, por ejemplo el butano, que en esas pequeñas botellitas azules nos sirven para cocinar a bordo. Nosotros llevamos cuatro botellas. Tres de las normales de Camping Gas y una de las botellas griegas, que en general son las mismas pero pintadas con un color azul mas ultramar, que el celeste de las españolas.

En Sigaçik recambiamos la botella griega en una tienda pequeñita y con un gran cartel con su nombre. No es raro encontrar el mismo en España esto como anuncio del contenido y con esta ortografía. La verdad es que hay curiosas coincidencias.

También hacemos gasoil y gasolina para la auxiliar, que nos traen en un camión, a pesar del hermosos surtidor que se ve a la entrada. Así que nuestro plan de no mover el barco a causa del fuerte viento, se ve frustrado por dos movimientos, uno hasta el varadero a cargar y otro a volver al atraque.

Siempre ayudados por una auxiliar que utilizan a modo de remolcador pero a su aire, por lo que a veces dificultan, más que ayudan a las maniobras. Y es que en todos los puertos de Turquía utilizan el mismo procedimiento. La línea del fondeo que normalmente une el pantalán con el muerto, aquí está unida a una pequeña bolla que el marinero de la auxiliar te entrega recogida, para que no puedas liar el fondeo con la hélice al hacer la maniobra.

El camino de Sigaçic a Cesme Marina, discurre por una serie de calas que vamos revisando por si hay un futuro viaje a Turquía, con viento por el través, que se hace de proa y de treinta nudos por la proa al llegar al estrecho con la isla griega de Kios.

Nos da tiempo a amarrar en esta modernísima y muy “chic” y muy cara marina, y salir a dar una vuelta por la ciudad. Esta vuelta se ve frustrada porque con el terrible calor y el sudor se me hacen unas rozaduras en la entrepierna, que casi no me dejan andar. Nada que no solucione un poco de nuestra inseparable planta de Aloe Vera, que salió de viaje desde Málaga y resiste, amarrada en el balcón de popa toda la travesía.

De Cesme hacemos, al día siguiente, la salida hacia el norte con idea de llegar a un pequeño puerto que nos han recomendado. Todo el trayecto es con viento de proa Pero al llegar vemos algo que no nos gusta. Hay una grúa intentando mover un velero como el nuestro que está acostado sobre las rocas que forman el muelle. Así que seguimos hasta Foça (Esquifoça), un muelle más a la griega, con agua y electricidad en un poste.

Aquí salimos a cenar y al final el lio de siempre, -es un recuerdo que nos llevamos de Turquía- el intento de engañarte con una cuenta que no es la tuya o con un cambio a Euros abusivo. Soluciones pocas y desagradable. Para empezar se niegan a darte la factura, aduciendo que es para su control gubernamental. Entonces tú dices que la necesitas para poner la denuncia en la policía turística, y el cambio lo solucionas pagando con visa. Lo que era una agradable comida, bien atendida, se transforma en un mal rato. Hay quien por cuatro cuartos pasa del tema y se deja engañar diciendo que a pesar de todo le ha salido barato.

Al final todo se arregla pero te llevas el mal gusto.

domingo

17 y 18 de julio 2010.- El mercado de Sigaçik


Volvemos a este pueblo que tanto nos ha gustado, y donde ya empezamos a conocer a la gente y ellos a nosotros. Salimos a cenar al mejor restaurante recomendado por nuestra amiga Sükra. Vamos a comer el famosos “Kalamar” de Sigaçik y no nos decepciona. Es sin duda el mejor calamar frito que hemos tomado nunca, y eso que los malagueños tienen fama de freír el pescado, y también de tener unos buenos calamares.

Acompañamos la comida de “Meses!” aperitivos que te traen en una bandeja para que escojas y dos platos de pinchos, que no tienen nada que ver con los que hemos comido en el puertecito de la cala cerca del club náutico.

El domingo salimos a las ocho de la mañana a hacer la compra y nos encontramos con la sorpresa de que aquí el mercado empieza más tarde, y que incluso los lugareños, como nos confirma Samrâd, el marinero, van por la tarde, que los precios son aún más bajos.

Es un mercado local, de productos locales y de temporada. Aquí aún no conocen los invernaderos, y todo está fresco y recién cogido. Los precios similares a los que puedas encontrar en cualquier mercado rural español.

Pero después de los supermercados y mini tiendas es una delicia llenar la despensa.

Hay muchas frutas en almíbar y vegetales en salmuera. Y gran variedad de miel y aceites “personalizados”

De las casas del pueblo que dan al mercado, salen los habitantes a vender comida preparada. Lola que es muy sensible a esas cosas, se da cuenta de que la señora de la casa, con su traje típico, está a pié de la mesa que hace de mostrador. Pero en el momento en que sale a relucir el dinero, sale a relucir el marido (chulo-padre o proxeneta) que se hace cargo del dinero. Las mujeres mayores no hablan inglés, pero todas las jovencitas sí.

Hacemos acopio de carne en la tienda de unos turcos muy simpáticos que no hablan ni jota de nada que no sea su lengua. Una carne con una pinta soberbia a un precio normal. Naturalmente cordero o ternera. De cerdo ni rastro. Compramos una chacina recién hecha. Una especie de hibrido entre salchichón y chorizo, muy blando y por señas nos dicen que necesita al menos tres días curando al aire. Ya veremos.

Para hacer estas compras, que al final suponen muchos kilos y para ello hemos creado una rutina. Nos servimos de una carretilla plegable de aluminio a la que le acoplamos una bolsa de viaje, mas bién un petate de marinero. La carretilla está muy equilibrada y se puede transportar muchos kilos sin esfuerzo



Al llegar al barco, que en este caso está atracado de proa por intimidad y por no andar moviendo la auxiliar estibada en sus pescantes, viene el proceso de subir a bordo esta carga.






Lo hacemos con la driza del espinaker y un chigre y con bolsa y todo entra por uno de los tambuchos de cubierta hasta la mesa del salón, donde se saca y se pone en su sitio. La verdad es que con nuestro actual estilo de navegar, al menos le hemos encontrado utilidad a ese aparejo.

sábado

15 y 16 de Julio 2010.- Remontando hacia el norte.

Llevo varios dias pendiente de la climatología y ha llegado el momento de comenzar a remontar la costa de Turquía, que es un precio que hay que pagar en nuestra decisión de conocer algo del sur.

A las cinco y media de la mañana, está amaneciendo y con la primera luz salimos hacia el mar, con intención de navegar el máximo posible en la dirección de la salida de esta bahia de Gocova.

El viento nos permite llevar las velas en muchos tramos y avanzamos con una fuerte corriente a favor, por lo que el resultado es que podemos doblar sin problemas la punta frente a la isla griega de Kos y acercarnos al fondeo que utrilizamos en la bajada. A las tres de la tarde y ya con vientos establecidos de treinta nudos en las rachas hemos cubierto mas de sesenta millas.

Hay una marina cerca, pero decidimos fondear a pesar del viento. Conocemos ya el sitio y sabemos que es un buen tenedero. Hay varios barcos mas y lanzamos la cadena (45 metros) en seis metros de agua y no nos movemos en toda la tarde, que pasamos viendo películas en la TV.

El agua esta enfriando y yo he metido un pié y aunque lo he sacado entero, al darme el viento tengo la sensación de que se va a cortar en dos. el viento baja a las nueve de la noche a 15 nudos y dormimos con todas las alarmas encendidas. El barco no se desplaza en toda la noche.



Salimos con una mar muy incómoda y viento fuerte de Piresum a las cinco y media de la mañana y pensamos que tendremos que ir hacia la Cala Paraiso, pero a medida que salimos de la punta comienza a calmar el viento y hacemos proa hacia la isla de Samos y el estrecho entre esta y Turquía. Cruzamos la bahia de Guelluek y comenzamos a remontar hacia Samos, aunqueel viento vuelve a aparecer y es ¡¡ Como no!! de la proa.

En el intento de resguardarnos nos acercamos lo mas posible a la costa, pero se nos dispara la alarma a mas de dos millas de la costa visible, y es que esta zona se está cubriendo de tierra y a anegado los antiguos puertos.

En el estrecho de Samos frente a Pitagorium, el viento se nos pone de forma que podemos navegar a vela. La previsión es que el viento va a caer por la tarde y decidimos dar el tirón y cruzar la bahia de Kusadasi, para terminar en la cala que conocemos cerca de Sigaçik, donde queremos llegar para descansar un día y hacer compra en el mercado del domingo.

En la cala de Dogambey, hay un barco holandés fondeado en el centro a la gira y la cala es muy pequeña. No obstante fondeamos, pues el resguardo del mar es muy bueno, aunque las rachas de viento bajan endiabladas por el valle.

Yo que he buceado en esta cala a la ida, se que el fondo es de rocas y arena. Se corre el riesgo de que salte el ancla y no agarre,... y por la popa tengo unas rocas muy poco amistosas, por lo que decidimos irnos a puerto, a unas siete millas, contra un mar incómoda y viento de treinta y cinco por la proa.

Hubiera sido un buen sitio si los barcos estubieran amarrados por popa a las piedras del norte de la cala, pero a la gira... No caben dos barcos. Y como hemos llegado los últimos, pues nos toca irnos a nosotros opara no fastidiar al holandés, !!que ya llevan lo suyo¡¡


En Sigaçic siguen siendo ambles con nosotros. Le hemos caido bien a la relaciones publicas, Sukra con su medio inglés y su entera sonrisa

miércoles

14-07-2010.- Fondeo y cena en Oluk.

El viento sigue soplando fuerte por las tardes pero de mañana no hay apenas viento. Salimos a motor de Sogut para volver a la bahía de hace dos días, pero con idea de amarrarnos a uno de los muelles que preparan los restaurantes para sus clientes, de forma que si cenas o comes no pagas nada por el atraque.


Al llegar el viento sopla de costado y el atraque es a base de fuerza bruta, aunque más por culpa de los ayudantes de tierra (los camareros) que no pueden entender que un barco pueda bornear sobre las amarras con el motor. Un día debo de comentar esta peculiaridad de Turquía.

El muelle de pilotes de madera es todo un poema aunque analizándolo está muy sólidamente construido. Hay agua y electricidad ¡todo un lujo! Incluso se puede hacer compra de hielo, claro que a tenor del pantalán, son “barras de las de antes”.

Hay que tener cuidado en estos sitios con las posibles ratas y lo mejor es tomar precauciones, pues se suben por los cabos de amarre de la popa. Una solución muy extendida, fácil y barata es la de las botellas de agua, como enla foto que cuelgo en esta página

Nuestra intención era dejar el barco para adentrarnos entre los pinos, pero nos encontramos que solo se pude caminar por la polvorienta carretera, ya que no hay ni senderos ni trochas que permitan entrar entre este amasijo de vegetación que rodea a los pinos centenarios.

Así que el plan se transforma en irnos a un conato de playa con la auxiliar a un resguardo del viento. Allí buceo y de nuevo comprobar que la vida debajo de esta agua es nula.

Encontramos a la goleta con bandera española, que nos invitan a subir a bordo y pasamos un buen rato de charla y contando experiencias. Un grupo de amigos de Madrid que en número de trece han alquilado esta goleta de treinta metros con nueve camarotes con todo incluido.

No les veo muy contentos. De momento nos invitan a te y nos sirven bolsitas de “lipton”. Visitamos el interior del barco y salimos muy decepcionados. Es muy oscuro y las maderas son de muy mala calidad y el trabajo no demasiado fino. No sé como transmitirlo. Muy sólido pero muy basto.

Nos comentan que casi se tienen que amotinar para que el capitán sacase las velas, y que está constantemente queriéndoles llevar a sitios donde hacer compras, excursiones o cenas no incluidas. Es decir donde pueda sacar una comisión, lo que está bastante lejos de la imagen que se habían hecho. Supongo que contratar desde España este tipo de viaje es como jugar a la lotería.

A la vuelta a nuestro “pequeñísimo barco” podemos acercarnos a la escultura que sobre un bajo reproduce una sirena.

Cenamos en el restaurante muy bien. Una selección de “Messes” y “Kebaks” y unos pasteles caseros de hojaldre indescriptiblemente buenos. El viento cesa a las dos de la mañana.

martes

13-07-2010.- Regreso a Sogut

Hacia las 9 de la mañana levantamos el fondeo y nos despedimos de esta maravillosa cala, que pasará a ese grupo selecto de nuestros fondeos preferidos del Mediterraneo.
Según salimos de la bahia hemos ido viendo diferentes sitios para fondear. En cada rinconcito hay un barco. En los sitios mas estrechos, donde solo entraría un barco, la solución de dar un cabo a popa permite acomodarse a muchos mas, sin que las distancias hagan perder la intimidad.

Nos encontramos, en medio de ningun sitio, con una escultura que es como una copia de la famosa sirenita de Copenague. Tiene una larga inscripción en turco que dice algo así como " cuando el pino abacial humbroso y nubil se esquilorcia en la sintesis del prono..." Y es que el turco es un idioma que no tiene nada que ver con los mas normales para nosotros y no hay manera de entender nada.

Nos cruzamos con el barco de la CACA. Una embarcación del gobierno, hace un recorrido barco por barco de los que están fondeados recogiendo las bolsas de basura. Pasan al menos una vez al día y cobran un par deliras turcas por el servicio, si te lo prestan. Una buena idea de estos mares, llenos de carteles de advertencias sobre contaminación medioambiental

Nos dirigimos hacia unas islas, Yedi Adalari, o Siete Islas, pero el viento viene del oeste y se refuerza hasta los reinta y cinco nudos por la proa en la punta que hay que doblar. Vemos que muchas goletas caminan en dirección contraria, así que desistimos. Los barcos que lo intentan ya van con dos rizos en la mayor.Afortunadamente el mar no llega a levantarse apenas y se puede navegar, si te apetece que a nosotros, no.

Asi que damos la vuelta y nos dirigimos a ver de nuevo la Playa de Cleopatra, destino super-popular de esta zona, y que el otro día, con la histeria, casi no nos enteramos de como era.

Una playa de arena dorada, la única que hemos visto hasta ahora y aguas turquesas, con un muelle para las goletas de pasajeros, que constantemente van y vienen.

Hay algunos yates fondeados y sitio para alguno mas, pero nos vamos hacia el club náutico de Sogut, a amarrarnos a muelle y lamernos las heridas. En el camino encontramos una gran goleta de treinta metros que lleva una bandera española. nos acercamos pero no nos ven.

!Que bien se está amarrado al pantalán¡

lunes

12-07-2010.- English Harbour


SOGUT ---36º 56.920´N-028º 11.390´E



INGILIZI LIMANI---36º 55.353`N-028º 09.362´E.
 
Vamos a pasar el día a una bahía que todos comentan es muy bella. Se trata de la bahía de Buku con muchos posibles sitios para fondear a la turca, es decir, amarrados a un árbol por la popa.


Estamos casi al lado desde el Club Náutico donde hemos pasado estos dos últimos días y decidimos optar por el sitio más solitario que encontramos. Lo que denominan English Harbour, porque al parecer en esta cala se refugiaba una dotación de patrulleras inglesas durante II guerra mundial.

El lugar está rodeado de un bosque de pinos que llegan hasta la orilla del agua y el agua a una temperatura increíblemente caliente. Se pueden pasar horas en el agua. El viento sopla pero es soportable.

Fondeo y marcha atrás para buscar un árbol y con cuidado de no subirse al escalón que hay cercano a la costa. Nos colocamos en cinco metros de agua y amarramos el cabo que llevamos preparado en la popa a un pino, que está deformado de tantas amarras que ha soportado.

Huele a resina de pino y el agua está transparente, pero el fondo es fango y casi no hay peces ni otro tipo de vida. No sé si siempre ha sido así, pero todo parece estar cubierto con un manto de baba, de suciedad. Muchos cascos de botellas. Y aislada entre tanta mierda una pequeña Nacra y en una nasa encarnada con pan hay un pescado que no identifico de unos cuarenta cm de largo.

Fuera el paisaje es espectacular. La paz del sitio es indescriptible.

Tenemos por vecinos a una pareja de jóvenes turcos, en un velero de 30 pies, que han preparado su aperitivo a base de Rakis y queso sobre un salvavidas, y se dejarán llevar por la corriente durante más de una hora. Desde luego frescos están.

A las 9 de la noche, con la caída del sol cesa el viento y dormimos como los ángeles toda la noche, eso sí, alarmas de fondeo y garreo encendidas a pesar de los cabos a popa. Y es que aún no nos fiamos