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jueves

10 a 14 de mayo de 2018 Naxos. Bandera de Soledad.

Naxos.- Atardecer desde el templo de Apolo
Parece que tenemos por delante una semana de Meltemi o mejor de mini-Meltemi, ya que los vientos no pasan de 35 nudos y hay que tomar la decisión de donde aguantarlo.

Naxos, nuestro destino inicial parece el mas indicado. Lo conocemos y es una ciudad acojedora, al lado del puerto y hay de todo un poco.

Llegar a Naxos desde Parokia es una navegación sencilla.

Ruta Parox a Nasos
Apenas 15 millas que cubrimos en menos de tres horas, con el cielo encapotado y viento en aumento, que se calma al llegar al abrigo de la "rimbombante" Naxos Marina.

Un pequeño caos gobernado por un eficiente y amable marinero.

Ocupación del puerto
 Muchas veces al buscar puerto pensamos que somos los únicos que utilizamos esa infraestructura y somos poco conscientes de que hay otras actividades relacionadas con el mar y que son ejercidas por los verdaderos propietarios del puerto, los vecinos de esta ciudad, pescadores, paseadores, y privados poseedores de barco, que utilizan estas carísimas infraestructuras todo el año y que nosotros somos solo aves de paso, transeúntes.

Así que en el puerto quedan unos quince amarres, de los cuales se rotan a diario unos cinco o seis,

Así que cuando llegamos y con previsiones de viento, tenemos que avarloarnos a otro barco que a su vez esta abarloado a otro barco abarloado.

Los franceses hacen piña y retiran las defensas de sus barcos para colocarlas solo si llega otro barco francés. Los alemanes en cuanto ven la bandera Belga levantan la naríz y nos incorporan a no se que cuitas que tienen entre ellos.

Un barco, Enduran 35, con una diminuta bandera de la comunidad europea en la que se camufla una bandera española, nos indican que ellos son catalanes y que solo la llevan por imperativo legal. Naturalmente paso de gilipolleces y no intento mas contacto.

Hay un barco, grande con una gran bandera Belga que lleva una corona como la que lleva la española. Es la primera vez que veo un barco con bandera Belga que es Belga y no español.

Solo llevo con esta bandera unas semanas y estoy harto de esta situación que jamás se me dió con la bandera Española. Pero es que además leo en Internet que en vez de homogeneizar la legislación con toda Europa, el estado español lo que pretende es buscar la manera de hacer imposible la existencia a los que hemos cambiado la bandera, mediante imposiciones, multas y todo tipo de triquiñuelas para que volvamos al redil y pasemos por la caja de esas empresas pseudo oficiales a la que tan aficionados son los políticos una vez alcanzado el mínimo de permanencia para cobrar la pensión vitalicia que les pagamos.

Todo un despropósito.

Esperamos a que un 65 pies americano haga su tercer intento de atraque y limpiamente nos abarloamos a él al primer intento, tras de soltar nuestra ancla y nuestra cadena en un puerto cruzado por mil amarres.

!15 barcos abarloados ¡
Afortunadamente al día siguiente y ya con bastante viento se queda libre un sitio y el griego que controla el puerto me lo cede a mi, supongo que agradecido a la pequeña botella de vino de málaga que le he regalado.

Quedamos perfectamente amarrados, aunque rodeados de pesqueros. ¡¡ Hay siete abarloados frente a nosotros!! si se sueltan nos van a tener que recoger con aspiradora.

¿Que decir de Naxos? Paseos por la ciudad antigua, comprar pan en el horno de leña, llevar ropa a la lavandería, buscar una ferretería, comprar sardinas ¡¡ A siete euros!! y tratar de capturar la puesta de sol dentro del pórtico del templo de Apolo.

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domingo

04-06-2017 Naxos-Un agujero de gusano

Aprovechando que por la mañana muy temprano salen varios barcos del pantalán primero, cambiamos de sitio y dejamos el barco amarrado en buenas condiciones, A las 10 de la mañana se han cubierto las plazas disponibles. Un solo catamarán a cubierto tres plazas.

Hemos alquilado un automóvil por 25 euros y nos hemos sumergido en el laberinto de carreteras del interior de la isla.


Solemos utilizar el procedimiento de recoger alguna propaganda de viajes organizados para ver cuales son los sitios habituales que visitar, descartamos playas e iglesias y hacemos nuestra propia ruta, dejando bastante margen a la improvisación.

Pero la isla de Naxos tiene un sistema de carreteras un tanto laberíntico, con tres categorías de carreteras que van desde las malas a las infernales, pero que merece la pena recorrer, tanto por la oferta de sitios que ver como por los paisajes por los que discurre. Aunque a nosotros nos va a deparar una sorpresa muy extraña.


El primer sitio que visitamos es el templo de Demetra, Un edificio de dos crujías cerrado por sus cuatro caras y con un pórtico de cinco columnas dóricas. Quizás lo que mas llama la atención del sitio es su emplazamiento, ya que no es mas que una colina entre muchas rodeado de montañas, contra lo habitual de ocupar un lugar prominente.

Sin embargo cuando se llega al templo hay "un algo" que te dice que el sitio es uno de esos "vórtices" donde confluyen fuerzas que no conocemos.

Y sobre todo el olor del campo circundante. En el camino a pie hasta el templo hemos recogido laurel, tomillo, salvia, albahaca aparte de otras decenas de plantas silvestres que desconocemos hasta el punto de que empieza a entrarte la sospecha de que en vez de encontrar el templo vas a encontrarte un gigantesco estofado.


Lo siguiente que encontramos es un monasterio, La torre Baceos. El edificio es de una familia particular, que lo ha restaurado y transformado en un centro de exposiciones, con lo que todas sus salas están ocupadas por instalaciones escultóricas de artistas del mundo entero.

El edificio desde el punto de vista de un arquitecto es muy interesante, pues se pueden ir viendo las sucesivas ampliaciones a lo largo del tiempo y su adaptación a los diferentes usos. Y como siempre comento, el hecho de moverte por un sitio tridimensional, te da una idea bastante buena de las proporciones de las pequeñas celdas, el ofertorio para solo los 10 o 15 habitantes del monasterio.


Siguiendo nuestra ruta llegamos al pueblo de Damalas, Naturalmente sojuzgado al negocio del turismo. Hay una tienda en la que tienen instalada un viejo telar, Nadie lo maneja  y hasta donde llega mi conocimiento de tales cachivaches, este no puede funcionar porque está mal montado. Ofrecen paños y "jarapas " supuestamente confeccionadas a mano, pero Lola me comenta que son demasiado iguales unas a otras para ser un trabajo no industrial.

Las mira, las remira, que si la trama, que si la urdimbre y termina encontrando los restos de una etiqueta cortada donde seguramente habría un hermosos rótulo "Made in China".


En otro pueblo, Salki, visitamos una destilería del siglo XIX, donde se hace un licor llamado Kitpon, una especie de Limonchelo a base de un cítrico parecido al limón. Las instalaciones, muy cuidadas y operativas, me recuerdan mi infancia cuando casi en cada casa había un alambique para destilar orujo.

Seguimos hacia el norte hasta Zapirantos, donde aparte de una construcción en piedra de un castillo solo encontramos las tabernas y restaurantes donde comen los turistas de los autobuses.

Salimos haciendo Fúuu como el gato pues otra de las cosas que hacemos habitualmente es no entrar en las tiendas a los que dirigen los guías turísticos a sus pupilos.


Y lo mismo con los restaurantes.

Para comer llevamos la guía de Lonely Planet para excluir como primera medida todo lo que ellos recomiendan. Venimos de una zona turística y sabemos como funcionan este tipo de recomendaciones, que como mínimo suponen un intento de masificar y rentabilizar un negocio, que quizás pudiera respetar, pero que no comparto.

Eliminados guías y manuales del perfecto viajero, solemos recurrir a lo que mi querido padre llamaba "el radar".

Esta vez nos dirige a un pequeño establecimiento en una pequeña aldea con cuatro mesas sobre un pavimento inclinado y a la sombra de una parra. Uno de tantos. Solo tienen para comer ensalada, berenjenas y albóndigas y vino blanco de la casa. ¡¡BINGO!!. Las berenjenas, asadas al horno y luego cocinadas con una salsa de tomate son un poema y el especial especiado de las albóndigas de estrella michelín. De postre, que te lo traen al pedir la cuenta, un dulce borracho del licor de Kitpon.


El pueblo donde hemos comido es la bifurcación para ir al norte 40 Km, a una playa o al oeste hacia las canteras de mármol y una factoría aceite que se puede visitar y que nos lleva de nuevo a la marina.

Tomamos hacia el oeste para hacer unos 20 km y cuando llevamos no mas de cinco aparece delante de nosotros la torre de Baceos, que hemos dejado atrás por la mañana ¿como hemos llegado hasta aquí?¿Donde hemos comido?¿que carretera hemos tomado?

A partir de este punto todo se transforma en un despropósito de carreteras secundarias, callejones sin salida y aldeas que no están en el mapa. Vamos buscando las canteras y las vemos en la distancia, pero las indicaciones nos llevan al final de una carretera después de bajar por una calle con mas de 20% de pendiente, que tenemos que volver a subir. Luego descubriremos que el carril de tierra que continuaba eran solo 500 metros hasta el yacimiento de las canteras. Hacemos casi 12 kilómetros para llegar a ese punto.

La cantera es espectacular. Y contemplar sus moles bien vale las vueltas dadas. Pero nos ha dejado cansados y nos saltamos la almazara. Cansados pero felices del ddía completo que nos ha brindado Naxos


sábado

03-06-2017 De Mikonos a Naxos


Solo 25 millas nos separan de Naxos, una de las islas de las Cicladas que no conocemos aún. Los vientos portantes del NNW. nos empujan sin mayores problemas y tras de 5 horas, sobre la 1 de la tarde llegamos al puerto de Naxox y dentro de él a la "marina" Naxos una pequeña instalación, donde el muelle que da a la ciudad, esta completo de sitios reservados para los barcos de excursiones.


El muelle transversal por los pesqueros y las lanchas de la policía abarloadas al muelle. Así que solo queda para atracar dos pantalanes donde solo queda sitio para atracar 25/30 barcos y muchos menos si entran los catamaranes.

En estas condiciones, con viento de 20/22 nudos el contramaestre se inventa sitios para tratar de dar cabida al máximo de barcos.


En la foto los tres últimos barcos están fondeados con su cadena y solo el primer velero contra la motora tiene una pasarela por el lateral a tierra. Los otros dos están abarloados a él.

Al fondo de la imagen el catamarán esta abarloado al último barco amarrado al pantalán y a el se abarloa un velero.

En el centro nuestro barco ( con las defensas azules) está con el ancla en el patín de babor del catamaran  y con largo de popa al muelle pero abarloado a un 55 pies italiano por cuya pasarela tenemos acceso a tierra.

Para terminar de complicar la maniobra, al entrar en puerto ¡¡como no!! deja de funcionar toda la electricidad y nos quedamos sin molinete. Nos toca fondear con el freno del cabrestante y pasar por las manos de un electricista, que en menos de quince minutos descubre que la conexión del cable que va de las baterias a la placa general de negativos que lleva el barco está sulfatada y floja.

El susto es mayúsculo. Nevera y congelador a tope y sin funcionar la electricidad.... Nos cobra 70 Euros. Es sábado, ha llegado en media hora a llamada del contramaestre y me ha dado una lección de lógica eléctrica. No me parece caro a pesar de ser mucho dinero.


Pasear por el pueblo de Naxos es un encanto después de estar en Mikonos. unas empinadas calles nos llevan a lo alto de un castillo-fortaleza desde elque se divisa toda la ciudad a los pies.


Se pueden ver las iglesias, la catedral ortodoxa en la ladera y la catedral cristiana en lo alto del castillo. Se han restaurado varios edificios y albergan exposiciones, pequeños museos y algún que otro restaurante.


Y por todos lados el contraste entre las blancas fachadas con sus carpinterías en azúl añil.


Y por todos lados las bugambilias y azaleas llenandolo todo de colorido, de ese colorido tan griego.


El pueblo tiene un tamaño muy asequible un istmo que cierra la parte del puerto destinada a los ferrys nos conduce hasta un inacabado templo al dios Baco.


Solo queda en pié un descomunal pórtico de marmol con el que un grupo de fotografos trata de encuadrar la puesta de sol, que se niega a nosotros oculta por las nubes.

Volvemos al barco preocupados por una fuerte racha de viento y pensando en lo precario de nuestro amarre. Pero todo queda en este falso aviso. La tormenta se ve en la lejanía