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sábado

02-07-2011 EL PELOPONESO

Quando comienzo a escribir sobre nuestras etapas por el Peloponeso, han pasado ya varios días y casi estamos a punto de doblar el cabo Maleas y entrar al argosarónico.

Han sido días muy especiales, y no porque entre ellos haya cumplido años (taitantos), sino porque estas aguas han sido como una revelación de hacerme saber que es lo que estaba buscando.



Para contároslo me vais a tener que permitir remontarme mucho en el tiempo

Todo empezaba al terminar las clases a finales de junio y nos montábamos en el Seat de mi padre, cargado hasta los topes, incluidos canario, colchones y una cazuela a presión de aquellas que tenían un mango muy largo y que siempre aparecía cuando mi padre ya tenía todo perfectamente estibado.


Nos llevaba, mientras nos cantaba todo su repertorio de tangos y previa parada a comer la tortilla de patata y los filetes empanados, desde Madrid a Asturias, mi tierra de nacimiento y en concreto a un pueblecito que nosotros llamábamos Santa María del Mar y que realmente era la aldea de La Llada, del poblado de Naveces y el ayuntamiento de Castrillón.

En aquellas épocas era bastante habitual que existieran esos pueblecitos en parajes maravillosos, donde algunas decenas, pocas, de familias pasaban todo el verano.


Yo he sido auténticamente feliz en Santa María.

Y lo que el Peloponeso me ha devuelto es esa imagen que se había perdido y que las abarrotadas zonas donde habitualmente nos movemos no pueden servir ni para rememorar.

Pueblos pequeños, pocas casas, mala carretera, pero donde el contacto humano y con la naturaleza era de una profundidad entrañable.


Y con la imagen los recuerdos de las familias; Los Duarte, Los Moreno, Los Uría, Los Vascos, Los Albornoz, Los Arrieta, Los Lana, La "nena", Xindo, Román, El padre santo..

Y con ellos los nombres, Carlos, Julio, Luis, Ana, Toyi, Paloma, Teté y Mari luz, mi amor platónico a la que nunca me atreví a confesárselo por no perder su amistad y a cuyo recuerdo reservo parte muy importante de mi alma...


Todos esos recuerdos sumidos en toda una vida, han comenzado a volver a mí con una fuerza inusitada, surgiendo limpios y netos entre tantas y tantas vivencias, la mayoría de ellas mucho más glamurosas, pero no de la intensidad de las de aquellas vacaciones en ese pueblo donde aprendí a andar y a tantas cosas. Y es que todo se reduce a algo muy simple. Era feliz con aquello poco (o con todo aquello) y encontrar que quedan en el mundo sitios como aquel ha activado todas las señales de atención de mi alma.

No quiero volver a Santa María. Ya no existe se ha transformado. Y lo mismo le sucederá a las personas, serán otras. Todo ha de quedar en un recuerdo.


Pero la respuesta al análisis de que es lo que me hacía feliz tiene mucho que ver con lo que ahora hago y busco y son la clave de muchas respuestas a preguntas que casi no sabía ni como componer.

Ahora sé que lo que quiero es encontrar un pequeño pueblo, con un buen clima, un pequeño puerto para mi barco y quedarme todo el verano, con unas alpargatas y tumbarme a la sombra en la playa y leer un libro y dejar que las horas se deslicen mansamente una tras otra.

Y a la tarde bajar al bar y jugar la partida con los paisanos y por la noche cantar canciones de las de siempre.


No busco un sitio donde vivir, busco un sitio donde descansar. Y creo que lo he encontrado

viernes

30, 1 y 2-07-2011 LA ISLA DE ZAKINTHOS


El día 30, con las claras del día, salimos desde la costa continental hacia la última de las islas del Heptanato jónico, la Nisos Zakinthos o Isla de Zakintos. Hay que sortear unos bajos y las cartas en esta zona no son muy precisas ni detalladas, y por ello no puedo acercarme a sacar fotos  mas de cerca para mi amigo Agustín, enamorado de los faros, de este torreón situado sobre un islote frente a la costa Continental.
Cañas de pesca afuera y nada que llevarse al congelador, hasta llegar a Ay Nicolaos, siguiendo indicaciones del patrón de un barco de charter y amarre a un muelle con mas de cuarenta metros de cadena en menos de tres metros de agua. El tenedero es bastante deficiente.

Quiero que a partir de aquí leáis mis comentarios en la forma en que siempre hacemos. Nuestro primer viaje es siempre de exploración y aproximación para volver con mas calma y mas información. Siempre queremos pensar que habrá una segunda vez como mínimo.

Y de ahí que hagamos una excursión en barca de motor hasta los dos sitios turísticos por excelencia de la Isla. El barco naufragado que reposa sobre la arena de una playa inaccesible ¿Quien no ha visto esa foto? y las cuevas azules. Demasiada paliza para hacerlo con el barco cogemos una barca de excursión, la de Dimitri, gasolinero, restaurador, mancebo de supermercado y patrón de la motora que en menos de treinta minutos nos lleva al punto mas alejado de la visita.
 Resultado, una experiencia desagradable al máximo para nosotros, acostumbrados al dulce deslizar de nuestro velero, a todo ese espacio para nosotros....

El barco bota sobre las olas, y como no consigue planear, pues tiene el viento de cara, va inclinado hacia la popa y no permite ver nada con la proa levantada. Ponerse de pié para hacer una foto es una temeridad. Y el final de mucha máquina electrónica por las salpicaduras.

Pero el personal está disfrutando como locos. Al fin y al cabo es como lo del "chorizo volador" de la playa. Yo con el alma en un vilo de lo que puede pasar si encontramos un palo, una red o un plástico
Pero vemos el barco o fotografiamos y... nos cocemos al sol e la caldera que forma la playa de regodones del 15 (pero centímetros cada grano).

Después te llevan a ver una "cueva azul", pero nada que ver con la de Cabrera  por poner un ejemplo. Sin embargo lo poco que vislumbramos de la costa hace que al día siguiente y ya en un medio mas pausado nos diéramos una vuelta por la zona, muy fotogénica, pero de fondos a mas de treinta metros por lo que lo de fondear para ver las cuevas por dentro  no es lo mas recomendable.

La erosión ha hecho de las suyas y hay algunas formaciones muy bellas que poder fotografiar si lo haces despacio
Descubrimos también parte de la trampa de las cuevas. La verdaderamente famosa Cueva Azul es una concesión de un solo ciudadano y solo se puede acceder a ella desde tierra y a través de una agencia de viajes específica. Si lo intentas con la zódiac te echan encima sus barcos y te dan gritos de prohibido salvo que pagues una cantidad.Esta cueva es mas amplia y los barcos entran dentro y hay algunas formaciones de estalactitas, incluso una iluminación artificial. Todo muy "turistico"
Y es que la isla se mueve como paraíso turístico y solo si se penetra en el interior queda algo digno de verse como original, de donde destaca, según las guias, lo gastronómico.

Un gran puerto, Zaque (Zakinthos), y una marina con agua , luz y trámites de policía por diez euros se queda medio llena en pleno julio, y es que Zakinthos está un poco alejado para los charter o la ruta hacia Atenas. Pasamos aquí nuestro segundo día, pero no tengo nada que reseñar de esta ciudad
Y eso es lo que mantiene aún alguna colonia de las casi desaparecidas tortugas bobas, que utilizan sus playas como el último reducto para hacer los nidos, ante el clamor de los ecologistas, que han conseguido al menos que parte de la zona de la bahía de Lagana, al sur de la isla, sea declarado parque de la naturaleza y donde se han promulgado algunas reglas de uso un tanto peregrinas, como que las sombrillas solo se puedan clavar en la zona húmeda de la playa.

Mientras tanto, cientos de pequeñas barquitas son alquiladas y pese a las prohibiciones utilizadas para salir a la caza de la tortuga o lo que es peor. A la "escarvación" a la búsqueda de un huevo de tortuga.
Pasamos la última noche fondeados en frente a una playa en la que las palmeras han sido sustituidas por ancianos olivos. Otra de las reglas Prohibe incluso salir con los auxiliares al pequeño pueblo o encender las luces del barco. Nadie lo cumple ni nadie vigila que se cumpla.

martes

25 AL 29-06-2011 ASTAKOS-MESOLONGI-KYLLINI

La salida de Jesús ha sido de mañana en un taxi en compañía  de tres individuos con maletas alargadas un tanto sopechosas. Si no fuera por que ya sabemos a la hora de escribir estas lineas que está en casa, os transmitiría mi preocupación por su físico cuando lo vi partir en esa compañía.
Y s que hay una pregunta que ya me han hecho varios lectores en los comentarios y es la de como se ve desde nuestro mundo todo el problema que está padeciendo Grecia durante estos días con la discusión sobre el segundo rescate.
La verdad es que no notamos nada muy especial, pues los griegos son un pueblo bastante críptico en el gesto. De hecho no parecen mas enfadados de lo que lo parecían en años anteriores.
La diferencia aparece al mirar el entorno y notar como a los edificios les falta "esa mano de pintura" y la existencia de muchos locales de negocio cerrados y polvorientos con la correspondencia acumulada por debajo de la puerta, y que tanto me recuerda el aspecto de Portugal de hace treinta años, y que espero que no vuelva a repetirse.
En cuanto al rescate dos son los comentarios. El odio a los alemanes, que se va acentuando, y a los que consideran los responsables últimos de sus problemas y la solidaridad con España, a la que consideran su compañero de viaje en esta historia.
Lo tienen muy complicado porque no hay auténtica conciencia de que han de hacer un esfuerzo descomunal y largo en el tiempo para intentar salir de esta crisis.
¿Hablaba de Grecia? ¿Hablaba de España?.

Después de lavar nuestros trapos sucios, esta vez en una lavandería que nos recomendaron unos vecinos de pantalán y gracias a los cuales tengo toda la ropa interior de un femenino color azul, salimos hacia Mesolongi, donde pasaremos varios días amarrados en la marina para terminar mi trabajo con el Autocad-Revit y hacer algunos "renders" y pasear nuestras cansadas carnes a pasear.



El ascenso del canal desde la entrada al Golfo de Corinto hasta Mesolóngi es todo un espectáculo de casas como palafitos en ambas márgenes
Desde algunas viviendas sofisticadas que tienen pinta de casas de vacaciones a algunas cabañas mas parecidas a las casas de latas que van a ponerse de moda nuevamente para alojamiento de tanto desahuciado por los bancos despues de la política de ladrones de guante blanco que hicieron con la Burbuja inmobiliaria (cobrando comisiones por créditos, valoraciones y tasaciones por amigos y un largo etc que caí todos hemos conocido- y ¡¡ojo !! ......También aceptado) y el negocio que ahora están haciendo de quedarse con el futuro de tanta gente que confió en ellos, haciéndolos ahora excluidos sociales y esclavos a perpetuidad.

No quiero entrar en estos derroteros, que me hieren el alma y me encienden el corazón. ¡¡ Es tan facil mirar todo esto desde la popa del barco y tan dificil de justificar que no participé en el juego!!
Mesolongi, por fin casi terminada, es una marina en donde se albergan gran cantidad de yates a pasar el invierno. Hay alguno español y " Un catalán de Valencia". El sistema de sacar losbarcos del agua me pilló sin cámara y merecía la pena. Lo hacen entre dos gruas coordinando los movimientos, con unas plumas muy largas. Nada de nuestros habituales Travelifs que desconocen. Un muy bien estudiado sistema de pedestal universal les sirve para reposar el barco. Es sorprendente verlos trabajar y la precisión y profesionalidad con la que lo hacen.
 De nuevo descendemos el canal y nos dirigimos "" !!a Vela¡¡" al primer puerto del ^Peloponeso, pero antes  de adentrarnos habremos de visitar la Isla de Zaquintos
La magia del canal de Mesolongi esta en cada rincón que miras
El puerto es KILLINI, Un muelle, unas tomas de agua y electricidad y nadie en todo el muelle
 Nos sorprende despues de las aglomeraciones de dias atras.