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miércoles

03-06-2009 Despedida de Monastir

Justo al lado de la marina de Monastir, hay un castillo-monasteri conservado en muy buena forma. Y a el vamos a dedicar nuestro último día en Túnez
Se trata de una cosntrucción medio militar medio religiosa, que fué construida y habitada por unas secta islámica de guerreros. Su misión mas que la Yijad o destrucción del infiel, era la viceversa, pues este pueblo de Túnez se ha visto toda su historia recibiendo sopapos de todos lados. Egipcios, Romanos, Turcos, Otomanos, Españoles, Argelinos, Libios, Alemanes y Franceses en épocas históricas y turistas surtidos en la actualidad.
Paseando por sus habitaciones y patios, es fácil imaginar su vida de rezo y batalla y ver los diferentes sistemas de construcción que se han empleado a lo largo del tiempo. Un pequeño museo muestra algunos de los restos arqueológicos.
Las vistas sobre la ciudad y la costa son, como cabe esperar de una guarnición defensiva, sobervias
En las cercanias, la mezquita, el valle de los caidos particular de Burguiba y algunas construcciones mas cierran el recorrido de esta ciudad, en la que asoma un futuro Túnez y que es muy poco representativa de todo lo demás que hemos visto.

Pedimos la cuenta del barco, no es cara.
Pero cuando llega el momento de pagar o pagas todo con Visa o en moneda del pais. Mi intención de desacerme en este pago de las monedas sobrantes pagando el resto con la visa no funciona.
A esperar a la oficina de cambio donde me informan de que no tienen euros, a pesar de que delante de mi ha cambiado otra persona mas de 200.
Compro mas moneda Tunecina y con ella pago el puerto, pero me equivoco en treinta Dinares que salimos a gastar al supermercado
A las cinco de la mañana nos vamos el patrón del Alkaid y yo juntos a la policia y la aduana a hacer la salida. Miran, remiran, escriben, reeescriben y le dan vueltas y revueltas. Como siempre que hay dos funcionarios, se vigilan entre ellos y si además somos dos "clientes" la cosa se les complica.
Por fin consiguen separarnos y el de aduanas, dice que me acompañara al barco, pero por el camino se nos une el marinero. Cuando el policía ve que el barco atraca de proa y que hay que subir por el ancla y yo le digo que mi mujer está en la cama, desiste de entrar, me devuelve los pasaportes y "ALE" "ALE" me suelta las amarras sin que yo haya arrancado el motor... ¡¡ ni retirado la conexión de electricidad.
Se quedan en tierra policía y marinero que discuten. El marinero protesta pues le han virlado la propina esperada. A las seis y media salimos por la bocana rumbo a Lampedusa

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